Son pocos los profesionales que eligen esta especialidad, que es clave para garantizar el acceso en el primer nivel de atención. En dos provincias ya evalúan llamar a profesionales venezolanos.
El acceso al primer nivel de atención de la salud, a cargo de un médico de familia, es el que está más complicado en Argentina. Lo confirman a Clarín desde el Ministerio de Salud de la Nación: se necesita casi el doble de los profesionales especializados en Medicina General que hay en la actualidad. “La dificultad no pasa por la cantidad de médicos sino por la especialización que eligen. Menos del 30% se forma en Medicina Familiar o General cuando, en los países con mejores indicadores de salud, como Cuba, Canadá o España, la mitad de los médicos están capacitados en este rubro”, le explica a Clarín Marcelo García Dieguez, director nacional de Capital Humano de la cartera de Salud. Además, existe “una amplia diferencia entre las provincias y, en ellas, entre las ciudades, con gran cantidad de profesionales, y los pueblos”, advierte García Dieguez.
En total, entre el servicio público y privado, hay 172.502 médicos en Argentina. El promedio del país es de 3,96 profesionales cada mil habitantes. Sin embargo, en Capital son 13,12 y en provincias como Chaco y Misiones, 1,96 y 1,97 cada mil respectivamente, según los últimos datos del Observatorio Federal de Recursos Humanos en Salud del Ministerio de Salud de la Nación, que son de mediados de 2016. Río Negro es una de las provincias en las que vienen buscando profesionales y convocaron a médicos venezolanos.
“Las zonas más afectadas son el Noreste y Noroeste del país. En los sitios más comprometidos tenemos un médico de familia cada 15 mil personas. En Misiones, este año no hubo inscriptos para la residencia en esta especialidad, ningún interesado. De esa provincia, también se nos fueron muchos profesionales a trabajar a Brasil que ofrece buenos salarios para esta rama”, sostiene Sandra Fraifer, directora nacional de Salud Familiar y Comunitaria del Ministerio.
Según datos de la UBA, el número de médicos recibidos se mantiene estable desde hace 10 años. En 2007, ingresaron 2.908 estudiantes a la carrera de Medicina y egresaron 1.200, mientras que en 2017 empezaron a estudiar 3.623 y se recibieron 1292. Sin embargo, según Fraifer, cada año, menos recibidos optan por seguir Medicina Familiar. “Es importante que esto cambie ya que es un rubro clave, el profesional con esta formación, junto con un equipo, se ocupa de tener el primer contacto con el paciente y logra resolver el 80% de las consultas que le llegan”, detalla Fraifer.
La cuestión económica influye en la inclinación de los médicos por otras ramas. “La Medicina Familiar no suele ser la primera opción para la gran mayoría. En general, el médico elige una especialidad y, dentro de ella, una sub especialidad. Por ejemplo, cirugía torácica. En esos rubros son mayores las posibilidades de crecimiento y de ingresos que en la atención primaria en la que se suele recurrir al pluriempleo”, precisa Miguel Galmés, presidente de la Asociación Médica Argentina. Y remarca que con esto también tiene que ver que los médicos se queden en centros más poblados. “Cuentan con más posibilidades de desarrollarse y, en general, la calidad de vida también es mejor en las grandes ciudades”, agrega Galmés, que coincide en que hay una falencia en la formación de profesionales para el primer nivel aunque aclara que no es el único sector con dificultades. “Tampoco tenemos suficientes especialistas en Neonatología, Obstetricia y Terapia Intensiva. Estos rubros tienen la misma remuneración que otros pero un nivel de exigencia más alto y muchos juicios por mala praxis”, suma Galmés.
Fraifer reconoce que existe una diferencia de ingresos que puede repercutir en la decisión final. “En algunas prestaciones más puntuales o que implican procedimientos quirúrgicos se ofrece una mayor remuneración. Pero la Medicina General tiene otros aspectos positivos como trabajar de cerca con la comunidad o atender a una familia durante toda su vida”, sigue Fraifer, que se formó en esta especialidad.
Para estimular a los profesionales para que elijan el área, algunas provincias están mejorando sus becas para los residentes. “Eso ya ocurre en Santa Fe, Corrientes y San Juan. La idea es avanzar en esta línea sobre una propuesta nacional. También planeamos capacitar, a partir del último trimestre de este año, a profesionales que ya trabajan en el rubro aunque sin la formación pertinente”, cierra Fraifer.