El examen de residencias fue por primera vez virtual debido a la pandemia. El Ministerio de Salud lo celebró, pero los profesionales recién recibidos se quejaron porque la plataforma mostró deficiencias y no hubo control para evitar fraudes.
El miércoles pasado, 10.300 profesionales de la salud rindieron por primera vez su examen de residencia online. Antes de la prueba, los postulantes desconfiaban de la modalidad, decían que no era segura, que dejaba librado al azar una instancia crucial en sus carreras. Después de rendir, los médicos confirmaron sus sospechas.
En teoría, el sistema que el Ministerio de Salud de la Nación le encargó a la UTN de Avellaneda garantizaba la identidad de los profesionales a partir de fotos y el registro mediante la cámara web. Incluso garantizaba, a través de un detector de fraudes con reconocimiento biométrico, que los postulantes no se pudieran copiar ni googlear las respuestas. Según los propios médicos, nada de eso pasó.
A los pocas horas de terminado el examen, que se extendía durante 150 minutos, estallaron las críticas en redes sociales, grupos de Whatsapp e incluso grupos de profesionales -que en su mayoría son médicos, pero también enfermeros, bioquímicos, psicólogos, entre otros- analizan organizarse y judicializar la prueba.
“Se cayó tres veces, no teníamos cronómetro así que no sabíamos si el tiempo que perdimos para entrar se perdió o no. De hecho a algunos 10:30 se les cerró la plataforma. Los supuestos sistemas de seguridad eran cualquier cosa. A algunos eso no les funcionó y les dijeron (por Facebook obvio, nunca un canal de comunicación legítimo) que no se preocupen por eso de las fotos o los videos porque eso era solo ’accesorio’. O sea, no existe el supuesto sistema anti fraude. No sabés lo que es estar rindiendo un examen en el que te jugás seis años de esfuerzo y que pase algo así. Es una vergüenza. Están jugando con nuestras carreras”, dijo a Infobae un médico porteño que pidió preservar su identidad.
La indignación escaló cuando el mismo miércoles, unas horas después, el director nacional de Talento Humano, Pedro Silberman, a cargo de los exámenes de residencia, celebró a través de Twitter: “Cuando en todo el mundo no se pudo ingresar a las residencias, nosotros generamos la posibilidad en el peor momento de la pandemia. 10.300 personas rindieron desde sus hogares. Gracias UTN Avellaneda y gracias al equipo del Ministerio de Salud”.
El ministro de Salud, Ginés González García, se sumó al supuesto éxito y también publicó: “Más de 10.000 argentinas y argentinos rindieron de manera virtual el Examen Único de Residentes para sumarse pronto a nuestro sistema de salud. Un orgullo que hayamos podido llevar a cabo exitosamente este proceso. Felicitaciones a todos los que lo hicieron posible”.
El examen fue un típico multiple-choice. En medicina, siempre son las mismas preguntas para todos los aspirantes. A partir de los resultados se conforma un ranking que combina esa calificación con el promedio obtenido durante la carrera, aunque esto último tiene menos peso. Una vez establecido, el ranking se divide en cada una de las especialidades. La importancia del examen radica en que los hospitales más prestigiosos reclutan residentes por sus puntajes hasta completar las vacantes en cada una de sus ramas.
Las experiencias fueron variadas, pero el denominador común fue la demora del sistema. Una médica mendocina que aspira a la residencia para pediatría le contó a este medio que nunca les llegó el mail en el que, se suponía, tenían el link para ingresar al examen. “Ese mail nunca llegó, pero lo que hicimos todos fue meternos al correo que nos habían enviado el sábado para hacer la simulación de examen. Y ahí hicimos el registro, tomamos la foto y a algunos les aparecía el examen, a otros no. A los que les aparecía el examen, de todas maneras, no podían comenzarlo”.
A diferencia del simulacro, que no exigía conexión simultánea, en el examen coincidieron los más de 10 mil postulantes. La plataforma colapsó y permitió tiempos dispares: algunos ingresaron media hora después, otros una hora más tarde e incluso algunos, como la médica mendocina, accedieron recién a las 11 a la plataforma. “Yo probé con Chrome primero, después con Microsoft, después con Mozilla. No podía. No era ni internet ni el navegador. La plataforma no podía soportar tanta gente. Estoy muy mal porque vengo preparándome desde febrero para este examen”, comentó.
El sistema de seguridad también mostró deficiencias. Según las indicaciones oficiales, la plataforma inhibía la navegación en segundo plano. En otras palabras, impedía abrir una nueva pestaña para googlear respuestas. “Se cayó tantas veces, y en la página decía que probaras con otro navegador, así que terminabas con tres pestañas abiertas en cada uno viendo cuál funcionaba”, describió uno de los postulantes.
Un día después del examen, las autoridades distribuyeron un PDF en que se enumeraban distintos inconvientes reportados seguidos de la leyenda “No se preocupen”, restando incidencia de los problemas con la plataforma al resultado final. De igual modo, los futuros residentes apostaron a hacer llegar el reclamo por la vía formal. “Esto no es un juego para nosotros, es nuestro futuro. Pusimos mucho de nuestro esfuerzo, y hay muchas otras vivencias detrás de este examen de opción múltiple. Merecemos que se trate el tema con el respeto que merece, con profesionalismo, dignidad y de forma justa”, dice la carta que enviaron al Ministerio de Salud.
La sensación generalizada es que el Gobierno busca un ingreso masivo a las residencias, un anuncio grandilocuente que informe de la incorporación de 10 mil nuevos agentes al sistema de salud, en medio de una pandemia que los vuelve más necesarios que nunca. “Nosotros somos carne de cañón para el pico de casos que es inminente. Los hospitales con agarrar un tipo que sepa tomar la temperatura y tenga matrícula les alcanza”, dicen.
Problemas con las fechas
En primera instancia, el examen se iba a rendir presencial, como es costumbre, el 19 de abril. La pandemia obligó a cambiar la modalidad y mover la fecha, lo cual generó un estancamiento en los actuales residentes, que tendrían que haber pasado al siguiente año desde hace ya seis meses. La primera fecha fijada para el examen virtual fue el 19 de agosto y después se pasó al 2 de septiembre por demoras en la puesta a punto de la plataforma.
Los postulantes se quejaron porque tampoco cumplieron con la fecha del simulacro, que era el 21 de agosto. Postergaron la prueba hasta el 29, tan solo cuatro días antes de rendirse el examen oficial.
Ahora, de cumplirse con el cronograma propuesto, el primero de octubre se renovarán las residencias. El viernes los postulantes pudieron verificar con una grilla cómo les fue en el examen e incluso denunciaron otra irregularidad: varias de las respuestas marcadas no les pertenecían. El próximo lunes, el ministerio debería publicar el ranking.