Gran parte de los casos ocurrió por disputas entre bandas narco. Más de la mitad de las víctimas eran jóvenes.
Algunos, resonantes; otros, con menor impacto. Pero todos se reflejan en la misma estadística sangrienta: se registraron 100 homicidios en el Gran Rosario durante los primeros 160 días del año. Uno cada 38 horas y una tasa que crece en forma inquietante. En el mismo lapso de 2012, se contabilizaron 82 crímenes.
Con una población de 1.198.528 habitantes, el índice de homicidios que se registró en 2012 fue de 15 cada 100 mil habitantes. Este año ya trepó a 8, y todavía quedan seis meses por delante pára terminar el 2013.
Las venganzas y enfrentamientos, en muchos casos vinculados con el narcotráfico, se convirtieron en un factor central. Las disputas territoriales por venta de drogas provocaron la muerte de algunos de los llamados “soldaditos”, figura de bajo rango en la estructura comercial de las bandas. Pero también cayeron pesos pesado; el de Claudio “Pájaro” Cantero es el caso más emblemático. El “Pájaro” lideraba una banda que extendió a sangre y fuego sus lazos delictivos en distintos puntos de Rosario.
Cayó acribillado el domingo 26 de mayo a metros de un boliche bailable en Villa Gobernador Gálvez, localidad del sur del Gran Rosario, donde distintos grupos luchan con saña para imponer sus redes de negocios ilegales. Allí, precisamente, se produjo el crimen más reciente. Ese sector, junto a la zona oeste, concentra la mayor cantidad de asesinatos: 69% del total. La estadística de crímenes elaborada por Clarín marca una profunda grieta en la ciudad. En la zona céntrica se contaron, en el período medido, solo 4 homicidios.
Dotar de mayor seguridad a los barrios fue una de las asignaturas pendientes que reconoció el viernes pasado el comisario Luis Bruschi, al asumir como nuevo jefe de Policía de la Unidad Regional II. Enfrentado con la administración provincial, el Defensor General de Santa Fe, Gabriel Ganón, aseguró a Clarín que “Rosario reproduce las características de muchas de las ciudades más violentas del mundo” al contar con “barrios y zonas liberadas a su suerte que subsisten con las economías delictivas”.
Las edades de las víctimas muestran que los jóvenes están en el centro de la violencia urbana: 19, casi 1 de cada 5 asesinados, son menores de 18 años. Y 38 tienen menos de 25. La mayoría son hombres; en total, 88 de los fallecidos.
Entre los motivos de estos asesinatos, los llamados “ajustes de cuentas” lideran la lista con el 53% del total. Treinta y siete se cometieron tras un ataque (21 de ellos disparando desde un automóvil o una moto) y 16 en enfrentamientos. Dos de cada diez fueron cometidos en ocasión de robo. El secretario de Seguridad de Santa Fe, Matías Drivet, reconoció a Clarín que el arranque de año fue “muy complicado” por el número de homicidios, aunque subrayó que en los últimos meses “la tendencia se está revirtiendo”. Como medida a tomar, el funcionario dijo que la Provincia será “implacable con los negocios de la criminalidad compleja”, pero habló de la imposibilidad de disponer “custodia policial todo el tiempo”. “Estas empresas criminales tienen su propia lógica. Y el fenómeno no es exclusivo de Rosario ni de Santa Fe”, agregó Drivet. Pero los crímenes en el Gran Rosario hace años que aumentan: de 113 en 2007 a 183 el año pasado. Es un alza del 62% en cinco años.