Son crímenes ocurridos desde 2012. Hay 13 que esperan juicio y 11 en investigación. El 52% del total de casos ya tuvo condena.
En casi tres años y medio, Córdoba fue escenario de, por lo menos, 66 femicidios. Mientras que la mitad de los casos ya tienen condena, unos 24 esperan una respuesta judicial.
Los datos se desprenden de un registro propio de La Voz del Interior que comenzó en 2012 con el objetivo de visibilizar la violencia de género en su forma más extrema. En la mayoría de los casos, los presuntos femicidas son parejas o exparejas de las víctimas, aunque también hay casos registrados como femicidios cuando antes del crimen hubo un ataque sexual.
Los datos relevados por este diario muestran que una mujer fue asesinada cada 19 días en Córdoba. En el país no hay cifras oficiales sobre femicidios, y los datos que se conocen son registrados por algunos medios y por organizaciones como la ONG La Casa del Encuentro, que hace un recuento a nivel nacional a partir de noticias publicadas sobre crímenes de mujeres.
Condenas
De los 66 casos registrados, 15 no llegaron a juicio porque los femicidas se quitaron la vida tras cometer el crimen. Además, hay otro caso en el que el autor del asesinato fue declarado inimputable. Se trata del acusado de haber matado a Carina Simonetta en Villa María, en abril pasado.
De los 50 casos restantes, en los que la investigación judicial siguió adelante, el 52 por ciento ya recibió condena. El alto número de condenas podría estar relacionado con que en muchas circunstancias los autores son rápidamente identificados, ya que se trata de parejas o exparejas de las víctimas.
Las últimas condenas judiciales que se conocen son las de Alberto Armando Rodríguez, quien recibió una pena de 22 años de prisión por matar a Marta Graciela Salcedo en 2013, y la de Héctor Frías, condenado a perpetua por el femicidio de María Elena Ordóñez ocurrido en el mismo año. Ambas fueron dictadas la semana pasada en la Cámara Séptima del Crimen.
Cerca de juicio
De las 24 causas que esperan justicia, 11 están cerca de la instancia de juicio. Se trata de los femicidios de Ivana Lorena Terán y Mirta Lorena Urquía, en Cruz del Eje; Déborah Alejandra Sily y María Medina, en Córdoba capital; María Ercilia Benítez, en La Playosa; Marta Susana Núñez, en Cañada de Luque; Dahiana García, en Carlos Paz; Laura García, en Capilla de los Remedios; María del Carmen Leguizamón Zamora, en San José; Patricia Pappa en Río Cuarto, y Rosa Emilia Barberi, en Monte Cristo.
Además, hay dos femicidios que fueron elevados a juicio pero se encuentran en la Cámara de Acusación por apelaciones de los imputados. Uno es el de Paola Acosta, la joven madre que fue hallada muerta en una alcantarilla en septiembre pasado. Por el crimen está imputado Gonzalo Lizarralde.
El otro caso es el de Rocío Rodríguez, la chica de Las Varillas que fue asesinada de un escopetazo en diciembre de 2013. Por el caso está imputado Santiago Bonelli. La elevación a juicio también se encuentra en la Cámara de Acusación.
En investigación
El registro elaborado en La Voz del Interior muestra que unos 11 crímenes están en etapa de investigación. Por supuesto, incluye a casi todos los femicidios más recientes. De los ocurridos este año, sólo el crimen de Rosa Emilia Barberi en Monte Cristo ya está elevado a juicio.
Sin embargo, también hay casos que llevan más tiempo en esa primera etapa, como los de Paola Nievas y Estela Chanquíe, ambos ocurridos en Villa del Rosario en 2012. En la misma situación se encuentra el caso de una mujer cuya identidad nunca fue difundida, violada y asesinada de un fuerte golpe en la cabeza en enero de 2013 en barrio Yapeyú. La causa está sin imputados, ya que los perfiles genéticos no coincidieron con los de los sujetos acusados en un primer momento.
El otro caso es el de María Teresa Nis, agredida sexualmente y asesinada en Huinca Renancó en 2013.
Dobles femicidas
Hay al menos dos casos en los que el femicida ya había asesinado a otra mujer. Uno de ellos es Carlos Alberto Molina, quien mató a Silvana Córdoba en julio del año pasado. Siete años atrás asesinó a Elsa Cano. En aquella ocasión, la Cámara 6ª del Crimen consideró que había actuado bajo emoción violenta, por lo que le dieron una pena de tres años de prisión y quedó en libertad. Tras el segundo femicidio que cometió, Molina se quitó la vida.
El otro caso es el que involucra a Rodríguez, recientemente condenado por el femicidio de Graciela Salcedo. El hombre era el principal sospechoso de un femicidio ocurrido en Buenos Aires en 1991, pero aquella vez se dio a la fuga y esa causa prescribió.