La sociedad se ha vuelto “sumamente arrogante” al ignorar la importancia del sueño, según científicos de las universidades de Oxford, Cambridge, Harvard, Manchester y Surrey.
Los investigadores advirtieron que la reducción de las horas de sueño puede llevar a desarrollar graves problemas de salud y que los gobiernos deben seriamente tomar cartas en el asunto para solucionar el problema.
El cáncer, las enfermedades cardíacas, la diabetes tipo 2, infecciones y la obesidad están relacionadas con una disminución del descanso.
El reloj biológico del cuerpo impulsa grandes cambios. En un ritmo diario se puede alterar el estado de alerta, el ánimo, la fuerza física e incluso el riesgo a un infarto.
Se deriva de nuestro pasado evolutivo, cuando éramos activos en el día y descansábamos en la noche.
Pero los científicos advierten que la vida moderna y una sociedad de 24 horas significa que mucha gente “viven en contra” de su reloj biológico, con consecuencias dañinas para la salud y el bienestar.
El profesor Russell Foster, de la Universidad de Oxford, dijo que hoy en día las personas tienen entre una y dos horas de sueño menos por la noche que hace 60 años.
“Somos una especie sumamente arrogante, creemos que podemos abandonar cuatro mil millones de años de evolución e ignorar el hecho de que hemos evolucionado bajo un ciclo de luz y oscuridad. Lo que hacemos como especies, quizás algo único, es ignorar el reloj. Y actuar en contra del reloj (biológico) a largo plazo puede originar serios problemas de salud”.
El experto agregó que es un problema que afecta a toda la sociedad, no sólo a quienes tienen trabajos con turnos irregulares.
También agregó que la situación se agudiza en los adolescentes, con jóvenes que para dormir toman pastillas de sus padres y a la mañana siguiente se beben tres Red Bulls.
Luz azul
Cada vez hay más evidencias de que la tecnología moderna nos está manteniendo despiertos hasta entrada la noche, lo que reduce el sueño.
“La luz es el sincronizador más poderoso de nuestro reloj biológico interno”, le explica a la BBC el profesor Charles Czeisler, de la Universidad de Harvard.
Según el especialista, las bombillas de bajo consumo –así como los teléfonos inteligentes, tabletas y computadores, tienen niveles altos de luz en el extremo azul del espectro que está “en el punto justo” que afecta el reloj biológico.
“La exposición a la luz, especialmente la azulada de longitud de onda corta, reajusta nuestro ritmo circadiano a horas más tarde, prostergando la liberación de la hormona del sueño melatonina y haciendo que sea más difícil levantarnos por la mañana”.
Czeisler agrega que “es de gran preocupación estar expuestos a tanta luz, durmiendo menos y, como consecuencia, sufrir más de enfermedades crónicas”.
Una investigación genética pionera busca descubrir cómo la vida contra el reloj biológico está afectando nuestra salud.
Cerca del 10% del ADN humano tiene un patrón de actividad de 24 horas, el cual está detrás de todos los cambios fisiológicos y de comportamiento en el cuerpo.
Pero varios estudios han demostrado que el ritmo puede ser interrumpido con descansos cortos o turnos de trabajo irregulares.
El doctor Simon Archer, quien condujo los estudios en la universidad de Surrey, dijo que esto tiene un “gran impacto” en cómo funciona el cuerpo.
“Todas estas son sendas biológicas básicas que pueden ser vínculos subyacentes de algunos resultados negativos para la salud, como las enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad y -potencialmente- cáncer, que vemos en personas que no tienen suficientes horas de sueño o trabajan en turnos irregulares”, señaló.
Varios experimentos demuestran que las personas pueden ser pre diabéticas tras unas pocas semanas de trabajo con distintos horarios.
Llamado de acción
El doctor Akhilesh Reddy, de la Universidad de Cambridge, dijo que el reloj biológico influye en cada uno de los procesos biológicos en el cuerpo humano y que las consecuencias para la salud de vivir contra el reloj son “bastante claras”, particularmente en el cáncer de mama.
“Intenta vivir rítmicamente más a tono con el medio ambiente y evita demasiada luz antes de ir a la cama, porque afectará el sueño y el reloj”, aconsejó.
Por su parte, el profesor Andrew Loudon, de la Universidad de Manchester, dijo que “si bien los problemas causados por una vida contra el reloj biológico pueden ser menos atractivos que las incontables ‘historias de causas del cáncer’, es un gran problema para la sociedad”.
“Quizás a corto plazo no se note algún cambio en la salud por una interrupción en el ritmo circadiano, pero, a largo plazo, las consecuencias pueden ser bastante graves”.
Loudon agregó que “los gobiernos deben tomar (este tema) con seriedad, quizás empezar revisando las consecuencias para la salud de los turnos irregulares, y tanto la sociedad como los legisladores deben tomarlo en cuenta”.