El producto tiene la capacidad de eliminar fácilmente las marcas de aerosol que dejan en las paredes.
Políticos, futbolísticos, románticos, vinculados con tribus urbanas o ignotos códigos barriales, los grafiti siguen generando dolores de cabeza a los vecinos y comerciantes de la Ciudad. Pero ahora un grupo de científicos platenses parece haber encontrado un producto capaz de atenuar los efectos de esa forma de vandalismo urbano: desarrollaron una pintura antigrafiti que se limpia con facilidad y será aplicada en el edificio de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
El nuevo producto tiene la capacidad de eliminar fácilmente las marcas producidas por pintadas de aerosoles con ayuda de hidrolavadora o por cepillado intenso con cepillo de cerdas y agua. Además, el sistema de pintado producido, no permite la fijación de microorganismos (hongos, algas, líquenes), y/o de suciedad.
La novedosa pintura fue desarrollada por expertos del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología de Pinturas (CIDEPINT), cuya sede está en 52 entre 121 y 122, en colaboración con una empresa privada nacional, por requerimiento de la Facultad de Ingeniería de la UNLP.
Según detalló el doctor Roberto Romagnoli, director del CIDEPINT e investigador del CONICET, el desarrollo está compuesto por dos revestimientos: una primera capa, que consiste en una pintura poliuretánica ecológica, la cual puede ser aplicada con pincel, rodillo o soplete adiabático. En tanto, en una segunda etapa, la película aplicada se cubre con un producto compatible y adherente. Esta aplicación se efectúa en un lapso no mayor de 72 horas posteriores al secado al tacto del producto anterior. Esta segunda capa evita la adhesión permanente de los grafitis y se renovará luego de un lavado intenso con hidrolavadora, sólo en el lugar donde se ha producido el acto vandálico.
“Las ventajas de la aplicación del esquema sugerido están basadas en que el producto de base genera una película que resulta de alta resistencia a los productos químicos tales como los generados por lluvia ácida, secreciones de microorganismos, hidrólisis de la suciedad depositada sobre la superficie, hidrocarburos y sustancias carbonosas y, también, a la radiación ultravioleta”, explicó Carlos Morzilli, el técnico que desarrolló el producto y Personal de Apoyo del CONICET. Y agregó que “la segunda capa proporciona un efecto sinergético en cuanto a la acción de la primera capa, y además no provoca fijación de suciedad ni de microorganismos y permite la eliminación de pinturas y pegatinas provocadas por hechos de vandalismo, por simple lavado con agua a presión”.
UN PROCESO MAS ECONOMICO
Por otra parte, Morzilli expresó que “si uno evalúa el costo de la pintura y su desempeño a largo plazo este sistema de pintado resulta económico por el ahorro en tiempo y la mano de obra. Pintar con este desarrollo significa que por 8 o 10 años no habrá que hacer más nada. Simplemente un lavado en las áreas afectadas y la reposición de la segunda capa en esa zona. Este proceso resulta mucho más barato que volver a pintar con una pintura convencional en toda la superficie”. A su vez, la pintura antigrafiti no afecta el color ni la forma de la superficie sobre la que se aplica, punto fundamental para los trabajos de restauración en los que se tienen que mantener la estructura original. El CIDEPINT depende de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC), Ministerio de la Producción, Ciencia y Tecnología y del CONICET.