La fonoaudióloga Romina Curra, habló esta mañana en la 99.9 sobre las posibilidades que tiene un paciente con tartamudez de recuperar su fluidez en el habla. Lo hizo en el marco del Día Internacional del Difluente.
Hoy se celebra a nivel internacional el Día del Difluente, que no es más que recordar e informar sobre un problema puntual: la tartamudez. Esta mañana, la fonoaudióloga Romina Curra habló en la 99.9 sobre los diferentes tratamientos a los que se puede acceder en la actualidad.
En principio, aclaró que “hace unos años que lo llamamos difluencia porque hay dificultades en la fluidez del habla. Este tema se ha investigado mucho y hay tratamientos específicos para modificarlo”. Como en la mayoría de los problemas, una detección temprana se torna clave para tener un mejor tratamiento: “hoy se llega tempranamente a la consulta, antes se espera e incluso se decía que iba a desaparecer con el tiempo. Cuanto antes se detecte, es más fácil devolver la fluidez en el habla”.
En la actualidad, tanto en el ámbito privado como en el público se pueden encontrar especialistas que brindan tratamientos y puede evidenciar mejoras en los pacientes. “El tratamiento es fonoaudiológico y hay capacitaciones para los fonoaudiólogos. La Asociación Argentina de Tartamudez es la que capacita y forma porque es un tema complejo. Hay fonoaudiólogas tanto en lo público como en lo privado, en condiciones de brindar el tratamiento”, remarcó.
No pareciera ser algo masivo en la sociedad, pero los números marcan una importante cantidad de personas con tartamudez: “afecta a 1 de cada 10 personas, hay 500.000 personas en Argentina y 40 millones de personas en el mundo. Es más importante de lo que se piensa”, aseguró Curra.
Para poder reconocer el período en el cuál se comienza con la tartamudez, aclaró que “tiene algunas características particulares como que no aparece todo el tiempo, hay momentos donde la persona hace esfuerzo para hablar y en otros puede hacerlo más cómodo. Las personas que se traban al hablar pueden cantar sin trabarse. Además se da más en varones que en mujeres”.
Sobre los motivos por los cuáles aparece esta dificultad, no dudo en asegurar que “la causa tiene que ver con lo genético. No se ha determinado exactamente aún, pero se orientan las investigaciones hacia un gen que predispone a la difluencia”.
Por último, Romina Curra volvió a remarcar la necesidad de una detección temprana para luego evolucionar mejor en el tratamiento. “La idea en el Día Internacional de la Tartamudez, la gente pueda saber un poco más y cuanto antes un papá detecte que su hijo hace esfuerzo para hablar o repiten varias veces las palabras o frases, debe hacer una consulta temprana. La fluidez del habla se desarrolla entre los 2 y los 6 años, cuando se detecta antes de que se termine de desarrollar, tiene muchísimas posibilidades de restablecerla”, concluyó.