Los habitantes de Themar, en el Estado de Turingia, no logran impedir un macroconcierto de rock.
Themar, una pequeña localidad de 3.000 habitantes en el Estado alemán de Turingia, se ha convertido este fin de semana en la capital musical de los neonazis, que llegaron al pueblo para participar en un macroconcierto de rock que se celebró bajo el lema Rock contra la extranjerización. El concierto, que estuvo vigilado por unos mil agentes de la policía, se desarrolló sin incidentes, pese a la gran afluencia: 6.000 personas, según las autoridades.
Los neonazis comenzaron a llegar a Themar el sábado por la mañana, ante la impotencia de la población, que trató por medios legales de impedir el concierto. Vestidos con camisetas negras donde se podía leer “La toma de Themar”, “División Turingia”, “Pájaros libres”, “Testigos de sangre” y “El III camino”, los nostálgicos del Tercer Reich comenzaron a llenar una inmensa carpa que había sido levantada en las afueras del pueblo y que estaba protegida por un fuerte contingente policial.
El concierto despertó la rabia entre la población de Themar, que fracasó en su intento de impedirlo. Aún así, los habitantes se rebelaron contra la presencia de los neonazis, con carteles, marchas pacíficas y pequeñas fiestas populares. “¡No dejaremos la ciudad a merced de los extremistas de derecha!”, anticipó un portavoz de una espontánea alianza a favor de la democracia.
En vísperas del concierto, los habitantes del pueblo celebraron un servicio religioso ecuménico para protestar de forma pacifica contra un espectáculo que fue calificado por el ministro del Interior de Turingia de “daño” a la imagen del Estado federado. Los dueños de las pensiones del pueblo decidieron, por su parte, cerrar sus negocios para no tener que alojar a los neonazis.
La realización del concierto y la presencia de unos 6.000 neonazis en el pueblo convirtió a Themar en el centro de una discusión que puede acabar con la tranquilidad de la localidad: los neonazis tienen un apoyo sólido en la región. El concierto tuvo lugar en un terreno alquilado por Bodo Dressel, un activo exmilitante del partido Alternativa para Alemania (AfD).
Dressel alquiló el terreno a Tommy Frenck, un cocinero de 30 años, conocido en la zona por sus simpatías con la escena neonazi. Dressel y Frenck, después de constatar el éxito que tuvo el concierto, anunciaron otro evento para el próximo 29 de julio.
Turingia, uno de los Estados federados de la extinguida República Democrática Alemana, tiene el dudoso honor de albergar cada año la mayor cantidad de conciertos de música ultraderechista. Según datos del Ministerio del Interior de Turingia, aquí tuvo lugar una quinta parte de los 68 conciertos de rock de ultraderecha que se celebraron en 2016.