A 200 años del Cruce de los Andes, miles de argentinos reviven la hazaña de San Martín

Las expediciones turísticas por la Cordillera son récord. Se disparó el número de participantes y hay reservas hasta marzo.

San Juan. Cruce de Los Andes.

Cuando suena el toque de diana, a las 7 de la mañana. De día, con 30 grados, y a la noche, en la llamada zona de Las frías, con 10 grados bajo cero. Arriba de las mulas, que bordean sin dudar por el precipicio sin fin. Cuando el viento aparece de repente y pega fuerte en la cara. En las tormentas repentinas que traen aguanieve. En cada historia de tantos años que traen los baqueanos y los guías. Con el mareo de los 4.800 metros de altura. En el sabor salado de los guisos con charqui. Cuando las mulas siguen el sendero con instinto, a pesar de que el jinete no se anime. En las noches con miles de estrellas, que solo se contemplan acá. Cuando el abrigo no alcanza. Y en cada uno de los seis días que dura la expedición turística para recrear el Cruce de los Andes, aparece siempre la figura de San Martín y sus hombres.Está omnipresente. De eso se habla todo el tiempo, de la hazaña, de la superación, de las penurias de la odisea. No hay corazón ni cabeza que no se hagan la pregunta una y mil veces: “¿Cómo fue que estos hombres cruzaron Los Andes de la manera en que lo hicieron?”.
En estos días se están cumpliendo 200 años de la epopeya y las expediciones turísticas por la cordillera para revivir la hazaña sanmartineana son un récord. Solo en el Paso de los Patos, por San Juan, habrá este año más de 800 turistas, cuando en años anteriores ese número estaba en 300 o como mucho 400. Por Mendoza también hay un boom turístico, con argentinos copando todas las expediciones. La empresa mendocina Trekking Travel, por ejemplo, ya organizó siete expediciones este año, con 100 turistas y tiene otros 100 reservados hasta marzo, cuando el clima impide continuar con las cruzadas montañeras. “Este año tuvimos que poner más fechas. Y completamos tours con grupos integrados únicamente por argentinos, cuando antes era normal que hubiera algún extranjero”, dice Cinthia Angileri.
Hasta los runners, esos nuevos personajes de las montañas que corren sin detenerse, tienen este año una fecha especial para el tradicional Cruce de los Andes que organiza la marca de indumentaria de aventura Columbia. Este año habrá 2500 corredores de 29 países.
¿Qué es lo que se viene a buscar a la montaña? Si hay una actividad que cambió en los ultimos años es el turismo. No es más un hecho pasivo, de contemplación y poco involucramiento, sino que se convirtió en algo más complejo, palpitante y de movimiento. En muchos casos, con compromiso fisico y espiritual. O con enseñanzas geográficas e históricas.
Una explicación posible la tiene Marcelo Reynoso, Director de Calidad y Servicios Turísticos del EMETUR mendocino: “Mientras más se parecen las ciudades, con los mismos cafés, las mismas cadenas de hamburgueserías, los mismos restaurantes, más gente elige el turismo de experiencia y viene a conocer los Andes. La naturaleza en general. En este caso, además hay un valor agregado porque no se trata únicamente del paisaje sino que también está la historia. Y este año del bicentenario es especial”, explica .
“Lo que se busca también es estar una semana sin conexión, sin mirar el teléfono ni las redes sociales”, dice Reynoso.
Antes de salir, todo transcurre entre las dudas y la ansiedad de los novatos y los consejos de los que ya hicieron el cruce: quieren saber qué tan empinada es la cuesta de El Espinacito, un tramo crucial de la travesía, qué tanto frío hace en Las Frías, si conviene ir a bordo de caballo o de mula.
El punto de partida es en Los Manantiales y desde ahí hay tres noches hasta la frontera en Valle Hermoso. La travesía es exigente, pero apta para la mayoría. No hace falta ser un experto jinete (incluso muchos de los que están nunca se subieron a un caballo) ni tener un estado físico impecable. Hay que estar dispuesto a dormir en carpa, bañarse solo cuando se puede y confiar en la ayuda de los baqueanos, los guías y los animales.
“Hay un antes y un después del cruce de los Andes, es un cambio en la vida de cualquier persona”, asegura Sergio Montt, que hizo el cruce en tres años sucesivos, entre 2008 y 2010. “Todos leímos los libros de historia pero solo los que hicimos el cruce nos preguntamos todo el tiempo cómo es posible que estos hombres hayan hecho lo que hicieron, hace 200 años, casi sin equipamiento”.
Hoy mismo, el gobierno de San Juan da inicio a su travesía anual, la edición número 12, con más de 130 invitados (también es récord) entre ellas la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Es la que recrea el camino que hizo San Martín y la que tendrá esta vez más cantidad de gente y más cantidad de mujeres: casi 30.
A ese equipo se sumará Leo Colucci, un ingeniero agrónomo cordobés que quedó maravillado con el cruce, desde aquella primera vez en la montaña, hace ya 9 años. “Fue una experiencia formidable, sin igual. Me di cuenta de la magnitud que tenía una vez que volví. Paisajes memorables todo el tiempo, y eso que yo he viajado mucho pero esto no tiene comparación”, tanto es así que Leo volvió en enero y ahora empieza un nuevo cruce. “Son siete días desconectado del teléfono y del mundo, conectado con la gente que viaja con vos y con los paisajes. En la montaña no hay gerentes ni empleados, desaparecen las diferencias, somos todos iguales. Sueño con volver a ver los cóndores y esos paisajes. La Cordillera es algo vivo, dinámico, cambian los colores todo el tiempo. Te vas a dormir con los ojos llenos”, dice.
Las travesías salen entre enero y marzo, tienen una duración de entre 6 y 12 días y un costo de 20 a 30 mil pesos por personas, con todo incluido.
“A veces la pasas mal por el clima, pero la montaña te pone a prueba”, dice Viviana, con tres cruce ya en el lomo. “Y lo mejor son los guisos de los gendarmes”, dice. Marilina Henninger es otra que hizo el cruce y su vida cambió: “No sabía andar bien a caballo y ninguna afición particular por las actividades de montaña. Quería evocar la gesta de San Martín y también conocer mi templanza ante la adversidad”. En la montaña, ahora mismo, cientos de argentinos van por ese camino. Un poco más cerca del cielo y de la libertad.

La rivalidad entre San Juan y Mendoza

La grieta, una palabra muy presente en la última década, recrudece año tras año en la región de Cuyo entre mendocinos y sanjuaninos. Las dos provincias se disputan el protagonismo de la epopeya y, por separado, rinden homenajes al Cruce de los Andes.
La rivalidad entre provincias vecinas resurgió en 2005, cuando durante la gobernación del peronista José Luis Gioja, San Juan buscó poner en valor el aporte de sus ciudadanos a la gesta libertadora. Acompañado en sus expediciones por representantes de la minera canadiense Barrick Gold, prensa nacional y funcionarios de turno, Gioja enalteció el momento crucial en el que San Martín logró sorprender a las fuerzas realistas cruzando por San Juan, por el Paso de los Patos, en una difícil travesía con la columna más numerosa. Desde Mendoza, por el cruce más frecuentado por baqueanos y comerciantes, el Paso de Uspallata, marchó la columna al mando del coronel Gregorio de Las Heras.
“San Martín organizó su ejército en Mendoza, pero eligió la ruta por San Juan para sorprender a los realistas. Utilizó tropas, recursos y la información de los baqueanos sanjuaninos para lograr con éxito su campaña”, dijo esta semana a Clarín el vicegobernador de San Juan, Marcelo Lima, que está a cargo de la expedición que parte hoy desde Barreal hacia la estancia Manantiales. Será la edición 12ª con 160 invitados entre medios de prensa internacionales y locales, políticos y personajes de la farándula.
En cambio, el gobierno de Mendoza no responde oficialmente a la polémica y dejó en manos del Ejército la organización y logística de la travesía. Entre ayer y el salieron tres columnas desde Uspallata, El Portillo y El Planchón.Eso sí, el el pasado 19 de enero contaron con la presencia de Macri, en un acto conmemorativo.