A diez años de su destrucción, el Irizar se prepara para zarpar

Fue el buque emblema para la campaña Antártida y se incendió en 2007. Hace siete años que lo reparan y está terminado en un 96%. Costó US$ 150 millones. En dos semanas hará las primeras pruebas en el Atlántico.

Ya había caído la noche del martes 10 de abril de 2007, cuando un incendio declarado en la sala de generadores del buque ARA Almirante Irizar preanunció una larga aventura para el emblemático rompehielos caído en desgracia y con el que la Argentina había hecho sus campañas en la Antártida por más de tres décadas. A casi dos meses de que se cumplan diez años del siniestro que dejó al buque de la Armada totalmente inutilizado, el Ministerio de Defensa lo tiene listo en el Complejo Industrial Naval Argentino (ex Tandanor) para hacerle las pruebas que le permitan volver a navegar entre los hielos.
El trabajo de dragado para sacarlo al puerto de Buenos Aires terminará finalmente esta semana y luego comenzarán los primeros testeos en el Río de la Plata. Se espera que entre diez y quince días lo lleven al Atlántico para hacerle sus primeras pruebas de mar. Las eventuales fallas darán cuenta de cuáles son las necesidades para dar fin a su larga reparación.
La meta de Mauricio Macri y su ministro de defensa, Julio Martínez, es que el Irizar vuelva a realizar el reabastecimiento de las bases argentinas en la Antártida y se convierta en el rompehielos más importante del hemisferio sur y en uno de los más desarrollados del mundo gracias a los modernos sistemas que finalmente le instalaron.
Desde la base científica de Carlini, la canciller Susana Malcorra dijo hace unos días que Macri viajará a la Antártida. ¿Será el próximo verano a bordo del Irizar? Nadie lo responde aún, y el ministro Martínez mantiene una extrema cautela. “Estamos trabajando y poniendo todo el esfuerzo para que el irizar esté listo lo antes posible”, señaló el ministro a Clarín sin negar que el objetivo es que el buque salga en la campaña 2017 / 2018. “En base a lo que pasó, queremos mirar para adelante y hay un futuro promisorio en la cuestión antártica. Tenemos la mejor predisposición del equipo técnico y profesional de Tandanor y de la Armada y las empresas subcontratistas para que salga de la mejor manera. Cuando el irizar deje de ser noticia habremos cumplido nuestro objetivo”, agregó.
La reparación del buque ha sufrido una insólita y costosa demora, si se cuentan siete años de reparación -desde 2010- más los tres primeros en los que se estuvo decidiendo su futuro. Fuentes del mercado estiman que, si bien a lo largo de este año el buque -construido en Finlandia y entregado a la Argentina en 1978- dio trabajo a mano de obra argentina, su reparación total habrá costado unos $150 millones. El propio Martinez, siendo jefe de la comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, fue sumamente crítico por no haber abaratado los costos comprando un rompehielos más moderno. Pero al llegar a Defensa decidió seguir adelante con la reparación.
El incendio del Irizar comenzó aquel 10 de abril a las 19 horas. Volvía de la campaña antártica 2006/2007, y se encontraba a unos 260 kilométros de Puerto Madryn, Chubut. No hubo pérdidas humanas. Pero desde entonces, bajo los dos gobiernos de Cristina Kirchner, el Estado debió recurrir al alquiler de buques, aviones y helicópteros extranjeros para poder cumplir con las sucesivas campañas antárticas.
Las irregularidades en los sistemas de contratación generaron hasta denuncias en la Justicia. A octubre del año pasado, sumando todos estos años de campañas -que fueron de distinto tamaño y duración- se gastaron U$S 94,9 millones en total. Para este última, el Gobierno se decidió a que buques nacionales realicen el trabajo, con algunas contrataciones especiales a empresas extranjeras como la que se hizo para el trabajo de retiro de basura antártica y aerolanzamiento en la base Belgrano II.
Según aseguró a Clarín el titular del CINAR, Jorge Arosa, el Irizar ya está terminado en un 96%. La última traba que debió sortear fue la demora del dragado para sacarlo al puerto de Buenos Aires. Este lo realizó la empresa Servimagnus con una draga china. Igual, el barco ya está flotando. Pero era necesario dragar hasta dos metros de profundidad para no dañarlo. Son 45.000 metros cúbicos del fango del Riachuelo.
Al Irizar se le colocaron 683 equipos de todo tipo, empezando por los de su planta propulsadora, motores, generadores, radares, laboratorios que, a medida que fueron terminándose debieron recibir certificaciones internacionales del sector, que funcionan como una suerte de “habilitación” final.