Ante el pedido de una empresa, los investigadores del Conicet llevan adelante un estudio de prospección en el ambiente marino cercano a Puerto Almanza, en Tierra del Fuego.

Un equipo de investigadores del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic), que depende del Conicet en Ushuaia, estudia las condiciones ambientales del Canal Beagle donde se produce la producción artesanal de mejillones para determinar si es factible el cultivo industrial.
El proyecto se desarrolla a partir del pedido de la empresa Newsan Food que, desde hace 15 años se dedica a la producción pesquera en Tierra del Fuego. En los últimos 5 años incursionó en la industria acuícola orientada al abastecimiento del mercado interno en un proyecto de desarrollo sustentable. Ahora se evalúa la exportación.
En este camino, la empresa requiere evaluar si el ambiente es adecuado para incrementar la escala, a través de un estudio de prospección en el que se estudia el ambiente para ver si están dadas las condiciones del crecimiento de mejillones.
“Los mejillones son organismos marinos sensibles que requieren condiciones ambientales óptimas para crecer y prosperar. Por lo tanto, comprender y evaluar el entorno en el que se planea realizar su cultivo es fundamental para el éxito a largo plazo de la actividad productiva”, señaló Irene Schloss, experta en oceanografía biológica, investigadora principal del Conicet y vicedirectora de Cadic.
El estudio consiste en la medición y análisis de variables ambientales y biológicas, como la temperatura del agua, la salinidad, la concentración de oxígeno, de amonio, de clorofila y presencia del fitoplancton (alimento de los mejillones), sin descuidar la posible presencia de especies productoras de toxinas (marea roja).
Es la primera vez que se evalúa la posibilidad de un cultivo industrial de mejillones en esa zona. «Todo lo sea producción de alimentos es buena noticia. Pero además en Tierra del Fuego es importante la diversificación de la matriz productiva y la generación de empleo», subrayó Schloss que tiene 25 años de experiencia en investigaciones en el Instituto Antártico, es especialistas en ambientes fríos.
Destacó que Tierra del Fuego tiene un desarrollo de salmonicultura, pero en este caso con el cultivo de mejillones, la diferencia es que se trata de una especie que crece naturalmente en el canal. «No estamos trayendo una especie. Crece de forma natural, es un cultivo natural y tampoco se agrega alimento», resaltó.
Como ese ambiente tiene una enorme variabilidad estacional y no es lo mismo primavera que invierno o verano, el estudio contempla al menos un año de trabajo. Arrancó en noviembre del año pasado y contempla doce campañas. «Nunca se hizo un estudio así. Requiere una inversión importante en embarcaciones, personal, aparataje», aseguró.
El estudio abarca las zonas en las que ya se cultivan mejillones y en las que no para conocer si las condiciones son similares. De todos modos, la zonificación en Canal Beagle es determinada por la Secretaría de Pesca.
Por otro lado, se emplea el Buque de Investigación Científica Shenu, una de las embarcaciones que integra la flota del Conicet que, con una periodicidad mensual, releva el hábitat marino en cinco estaciones costeras en un sector del canal Beagle comprendido entre Puerto Almanza hasta el este de la isla Gable, frente a la localidad de Puerto Williams (Chile).
El Shenu está provisto de todo el instrumental que se requiere técnicamente: un instrumento de registro multiparamétrico, preprogramable y autónomo e infraestructura para el almacenamiento de las diferentes muestras de agua tomadas con botellas Niskin entre los 5 y 8 metros de profundidad. Una parte de las muestras son fijadas (preprocesadas) en la propia embarcación, y luego todas son analizadas mediante diferentes procesos en los laboratorios de Cadic.