El director del fondo, David Martínez, envió una carta en la que desmiente versiones del mercado, recogidas en un artículo del 18 de este mes, ante un eventual default de la Argentina. Éste es su contenido:
“Tengo que recurrir nuevamente a una carta para corregir formalmente las falsedades publicadas sobre las posiciones y actividades de Fintech en el artículo titulado «Grupos de bonistas apuestan a un default para obtener fuertes ganancias» de su edición del viernes 18 de julio de 2014, así como denegar las insinuaciones que ese artículo propaga sobre el potencial uso de información privilegiada por parte de Fintech.
Ciertamente, Fintech, como cualquier otro inversor, no hace comentarios sobre sus políticas de inversión y posicionamiento financiero; pero dada la naturaleza de las aseveraciones del artículo, quiero manifestar terminantemente que Fintech no mantiene ningún credit default swap que se beneficie del default soberano de la Argentina o alguna otra posición de inversión que se beneficie de ese evento. Si bien es claramente absurdo haber “adquirido últimamente bonos argentinos apostando a una salida desordenada” tal como el artículo afirma (puesto que nadie compra bonos que van a caer con dicha apuesta), igualmente aclaro que Fintech no tiene ninguna posición «corta» sobre ningún bono argentino.
Muy por el contrario, durante la última década hemos hecho inversiones billonarias, se han anunciado públicamente inversiones igualmente importantes y seguimos trabajando por redoblar este esfuerzo en otros nuevos proyectos en diferentes sectores de la economía argentina. Esta apuesta consistente, exitosa y de largo plazo en la Argentina se basa en sus sólidos fundamentos de crecimiento, y en el caso de los bonos soberanos reflejan mi juicio de que la Argentina es sin duda uno de los mejores créditos de la región. Yo no me he cansado de repetir públicamente esta apreciación mientras que el artículo se esconde en fuentes anónimas, sin hechos concretos, hablando de una supuesta apuesta «en contra». Si ocurriera el «default» tan comentado, la cotización de mercado de ciertos valores pudieran verse afectados en el corte plazo, pero eso no cambiaría en nada los fundamentos de dichas inversiones.
Peor aún, me parece extremadamente irresponsable insinuar que el contacto con las autoridades argentinas pueda habernos proporcionado información privilegiada para establecer ciertas posiciones. Esta acusación gravísima, la cual considero una difamación, fue realizada sin ningún sustento y es absolutamente falsa. Cabe por otro lado agregar que el Gobierno ha mantenido una comunicación muy clara y abierta sobre sus posiciones. Por su parte, los mercados han girado basados en rumores infundados y fantasías de analistas que sólo proyectan su propia lógica y falta de experiencia en una materia tan compleja como ésta; y que a mi juicio no han puesto debida atención a las posiciones expresadas públicamente por las autoridades.
Nuestra posición respecto del tema del artículo y la situación en la que este juez ha arrinconado a la Argentina se basa en un análisis racional de los costos y beneficios de corto y largo plazo de los distintos caminos disponibles para resolver este problema. Desde este análisis, me permito ser ahora yo quien cuestiona la posición de los medios para reportar esos eventos y manifestar continuamente una coincidente sintonía a los intereses de los fondos litigantes.
No es mi propósito en este momento hacer una valuación sobre la eficiencia económica, riesgos e independencia jurídica de las distintas rutas disponibles a la Argentina. Este análisis no se debe limitar a cómo evitar el RUFO, como si fuera la única consideración. También se deben tomar en cuenta los potenciales beneficios económicos de restablecer un escenario genuino de negociación mucho más balanceado para la Argentina y que incluya a todos los holdouts y no sólo los fondos litigantes.
Quiero concluir señalando que aunque los mercados financieros padecen momentos de histeria y de alarma cataclísmica, su flexibilidad y capacidad de regeneración son aún más impresionantes. Y a diferencia de la predicción pesimista con la que cierra su artículo, cualquiera que sea el camino por el que se desenlace este litigio, el proceso de reincorporación de la Argentina a los mercados internacionales será acelerado, ayudado ciertamente por su indiscutible solvencia financiera y la firme y probada voluntad de pago de su Gobierno.”