Así lo indicó la abogada que participó del aplauso que hicieron varios profesionales ayer en respaldo a los jueces Gómez Urso y Viñas: “Si se los juzgará porque valoran la prueba como dice la ley, es terrible y sumamente peligroso”.
Un grupo de abogados y empleados judiciales decidieron ayer realizaran un aplauso en Tribunales respaldando a los jueces Gómez Urso y Viñas que están atravesando una instancia de juicio político por el fallo que dictaron en el caso de Lucía Pérez.
Ante esta decisión, los letrados consideran que se pone en peligro el trabajo en libertad de la justicia sólo por haber actuado de acuerdo a lo que la ley indica. Lo explicó en la 99.9 la Dra. Adelina Martorella que participó de la manifestación pública: “el aplauso sostenido fue en defensa de una justicia independiente y se desarrolló en 24 horas. Esto tuvo el apoyo de abogados que nos desempeñamos principalmente en el fuero penal y muchos funcionarios judiciales que deberían estar muy preocupados por el adoctrinamiento que se quiere hacer con el uso del jury de enjuiciamiento ante el contenido de algunas sentencias judiciales”.
También advirtió que debería ser algo que despierte el interés de toda la sociedad por la gravedad de las consecuencias: “esto no debe ser sólo apoyado por una parte, sino por la totalidad de los funcionarios judiciales, de los abogados y sobre todo de la sociedad. Lo que está en riesgo es la verdad y la imparcialidad de los jueces. Una república no puede funcionar como tal en este sistema”.
En el caso de Lucía Pérez que fue el detonante, para Martorella hay una responsable absoluta de todo lo que se generó luego que todavía sigue ocupando cargos públicos: “todo este problema tiene nombre y apellido y se llama María Isabel Sánchez que sigue siendo todavía parte del cuerpo de fiscales de nuestro departamento judicial. Es absolutamente incompetente y lo demostró en otra causa donde intervení y tiró por la borda años de compromiso de un funcionario policial impecable por el mal desempeño en su función. Esto tendría que ir contra María Isabel Sánchez que dijo sobre una adolescente que perdió su vida que había sido empalada cuando era mentira y se comprobó en el debate”.
Ante la evidencia que surgió en el juicio, se llegó a un fallo que además condenó a los acusados, pero eso no fue suficiente para lo que se pretendía y por eso se generó una situación de presión sobre los jueces que fueron designados para un nuevo juicio: “los jueces Gómez Urso y Viñas no puede cuestionarse bajo ningún punto de vista porque fallaron según lo que interpretaron y valoraron de las pruebas que tuvieron en sus narices al hacer el debate oral. Si se los juzgará porque valoran la prueba como dice la ley, es terrible y sumamente peligroso”.
También explicó que “lo lógico sería que ahora se haga el juicio y luego hacer el jury de enjuiciamiento. El nuevo juicio no puede estar sometido a jueces técnicos porque están condicionados y se debería hacer a través de juicio por jurado. Sino volvemos a la inquisición, si no se falla o se juzga como determinado clamor popular pretende vamos todos a la hoguera”.
También apeló a la propia conciencia de los magistrados que deberán dictar sentencia en el nuevo juicio: “lo que debemos pedir es que si estos jueces no creen que podrán fallar o lo deberán hacer de la forma que el clamor popular lo pide, se excusen. Debe ser difícil para los tres tener la carga de esta politización de la justicia. Sabemos quienes son los politicos a los que hay que tocarle las puertas que son los que tienen copados la Facultad de Derecho y el Colegio de Abogados y así estamos. Aprecio y respeto a las autoridades del Colegio de Abogados, pero deberían estar presentes en situaciones donde hay cosas serias en riesgo. Ayer no estaban”.
Desde su experiencia laboral, también brindó su opinión respecto de como las perspectiva de género llegó para complicar aún más la situación en muchas causas: “lo único que está haciendo es generar violencia. Nosotros como abogados nos vemos en la duda de ver si defendemos o no algunas causas porque se está usando el escrache y la amenaza y tenemos que decidir si queremos exponernos a estas acciones violentas de grupos sociales que tienen un total desconocimiento del derecho. Lo que se está viendo últimamente en Tribunales de grupos que están con pancartas y bombos, no es propio de un palacio de justicia. La policía tampoco hace nada para que esto no suceda”.
La justicia queda entonces en una posición muy particular y quienes la ejercen con libertad de pensamiento y decisión como debería ser, se sienten en riesgo: “estamos en una sociedad donde reina la anomia, nada importa. Eso preocupa porque no hay valores, no hay principios, no hay ética ni moral y todo se va desmoronando”.