La abogada de la familia de Azul Zabaleta habló en la 99.9 sobre los hechos que se dieron a conocer recientemente donde uno de los acusados de colocar la bomba que le hizo perder la audición a la joven, la sigue acosando causando ruidos fuertes cerca de ella a punto tal que el pasado viernes debió ser retirada del Colegio Don Bosco para concurrir a la guardia. Además, adelantó que pidieron una restricción de acercamiento.
Una vez más, los agresores de Azul Zabaleta volvieron a generar una situación de acoso dentro del Colegio Don Bosco adonde están concurriendo ambos. Esta vez, uno de los involucrados en la colocación de una bomba casera que le quitó la capacidad de oír a la joven, fue responsable de generar de manera intencional ruidos fuertes cerca de Azul a punto tal que su padre debió retirarla del establecimiento el pasado viernes para concurrir a la guardia.
En base a eso, la abogada que representa a la familia, Adelina Martorella, hizo un pedido de restricción de acercamiento y contó los detalles en la 99.9: “es repudiable la actitud de este adolescente, no sólo por lo que hizo el 8 de julio sino por lo que continúa haciendo. Los padres de Azul tomaron conocimiento de esta seguidilla de molestias a las que fue sometida su hija por este adolescente que está implicado en la causa y sabe que tiene algún grado de responsabilidad. Sin embargo, sigue molestandola”.
Después de constatar con un médico la afectación de este acoso reciente, no dudaron en pedir que no esté cerca de la joven: “el viernes Azul debió ser retirada por su padre para llevarla a demanda espontánea de una clínica de privada donde se constató que tenía otalgia por un fuerte ruido que la dejó aturdida y le dio puntadas en su oído izquierdo. En esa oportunidad es donde le contó a sus padres que no es la primera vez que esto sucede. Ayer a primera hora hicimos la presentación pidiendo una medida cautelar de restricción de acercamiento e intimación a las autoridades del colegio para que no permitan que esto siga sucediendo”.
Nuevamente, la responsabilidad del colegio en este tipo de acciones está absolutamente ausente y es otra pata fundamental desde el inicio de este hostigamiento: “este joven no sólo no es consciente ni se hace responsable de su accionar, sino que las autoridades del colegio están permitiendo que este tipo de violencia de género se replique dentro del colegio, algo que nos parece inaceptable”.
Para la letrada también es necesario hacerle un análisis psicológico a esta persona porque evidencia un total desinterés en las consecuencias de lo que está realizando: “el fiscal debe disponer si este joven tiene que ser sometido a pericias psiquiátricas y psicológicas. Yo creo que si, además para que la Jueza de Garantías pueda tomar alguna determinación de su futuro debe tener una evaluación de su estado psíquico, emocional y psicológico. Límites por parte de su familia no posee porque ingresar al colegio con un elemento casero que puede producir quemaduras o daños en personas que se encuentren cerca y que siga haciendo cosas similares, indican que no hay control alguno. Tampoco hay límites dentro de la institución educativa que es una característica en la sociedad, no hay límites. No es el derecho penal quien debe poner el límite o la jueza de Garantías decirle al colegio que eso no debe suceder. Ahora tendrá que poner la justicia una orden de restricción de 300 metros, pero es la realidad que nos toca vivir. Este joven no tiene la más mínima empatía, solidaridad y respeto”.
Además, adelantó que pedirán que no esté más dentro del Colegio porque si bien hoy es un problema para Azul Zabaleta, en caso de seguir con este tipo de acciones, puede poner en riesgo al resto de sus compañeros: “a lo único que aspiro es que este joven no moleste más a una joven de 15 años a la que dañó. Lo que pretendemos es que no vaya más al colegio, que desde octubre a fin de año lo curse por aulas virtuales como lo tuvo que hacer Azul cuando estaba medicada y no podía volver al colegio”.