La Justicia local procesó hace poco a una chica platense e investiga a su amiga por presunta pornografía infantil. Que hay detrás del fenómeno de querer mostrarse y provocar.
Son pocos los varones adolescentes que nunca vieron o escucharon hablar de ella. Con apenas 20 años, Jazmín Grieco no para de sumar seguidores en las redes sociales. La chica, que vive en City Bell junto a sus padres, subió hace poco un video en el que se la ve boca abajo y con la cola desnuda. Se mueve sensual y no dice nada, y ese instante -que dura unos pocos segundos- tiene unas 150 mil reproducciones en xvideos.com, una de las páginas porno más importantes del mundo. “Es lindo mostrarse -dice “Jaz”, como se la conoce en las redes-, no es algo que esté mal”. Mal o bien, lo cierto es que su caso representa apenas una eslabón en la larga cadena que conforma el fenómeno del sexting, una tendencia que empezó con mensajes eróticos a través del celu pero que, con el paso del tiempo y la proliferación de nuevos canales de comunicación, derivó en la moda creciente entre las adolescentes de subir videos hot para que las vea el mundo entero.
Procesada
El sexting o exhibicionismo online es definido por los especialistas como la tendencia de los adolescentes a intercambiar fotos y videos propios con alto contenido erótico o subirlos directamente a la Red. El caso de la platense Grieco es un ejemplo: en los videos que subió a Snapchat aparece masturbándose y totalmente desnuda. En Instagram, donde la siguen unos 40 mil usuarios, aparece vestida y en selfies aniñadas que buscan provocar. En Twitter, mientras tanto, comparte fotos de sus pechos con 30 mil seguidores y asegura, entre otras cosas, que le gusta tanto Lionel Messi que bajaría al campo de juego para practicarle sexo oral.
La chica fue noticia hace poco cuando una de sus amigas -Antonela Pane, otra platense del barrio La Loma con la que también comparten varios videos eróticos- fuera procesada por pornografía infantil luego de subir una escena de ella teniendo sexo con un chico de 14 años. Todo comenzó en julio pasado, cuando Pane publicó una serie de videos con el menor, lo que motivó a que La NCMEC -un organismo estadounidense que supervisa la explotación infantil- diera la alerta a la Justicia argentina y así interviniera el fiscal platense Fernando Cartasegna, titular de UFI Nº4 y quien terminó procesando a la chica e investigando a Grieco por presunta pornografía infantil.
“Leí que me estaban investigando -declaró Grieco-. No tengo nada que ocultar, no tengo ningún tipo de problema en declarar. Pero hay gente que me dice que tengo que ir presa, que soy una abusadora. Tengo 20 años… ¿me entendés?”
Quienes analizan el tema, algunas de las razones de este fenómeno son la desatención familiar y el mayor acceso a los medios tecnológicos, sin que los padres hagan un debido control de uso por parte de los chicos, que no poseen criterios para medir lo que implica hoy por hoy subir a la Web o enviar por celular fotos o videos íntimos.
“Los chicos no miden el alcance y piensan que sólo sus amigos ven su perfil en las redes”, apunta Roxana Morduchowicz, especialista en cultura juvenil y para quien, entre los adolescentes, “la intimidad cede ante el deseo de ser popular”.
Lo que dice la experta sintoniza con lo que informan desde Missing Children Argentina, donde sus autoridades admiten que en los últimos años “cada vez son más frecuentes las llamadas de padres con ese tipo de consultas. Este fenómeno se comenzó a ver con el avance de Internet y con la enorme presencia de los chicos en las redes sociales”.
El tema tampoco escapa a la mirada de los psicólogos: en la Asociación Psicoanalítica Argentina, de hecho, sostienen que “el exhibicionismo de los adolescentes es una tendencia actual. Vivimos en una época en la que todo lo íntimo se expone. El sexo y la violencia se muestran como si fueran espectáculos”.
Para los especialistas de esta entidad, sin embargo, lo preocupante es que “el término ‘exposición’ puede ser tomado en dos acepciones. Una, en el sentido de exhibición y, otra, como quedar expuesto a un peligro. Los adolescentes son conscientes de la exhibición y están orgullosos de eso porque esta es una época en la que se exalta el ser famoso, aparecer en los medios de cualquier forma posible, e Internet es hoy una pantalla más donde mostrarse. Respecto del peligro, muchas veces el adolescente no es consciente. Hay un alto nivel de ingenuidad”.
La advertencia que se lanza desde la Asociación cobra fuerza al coincidir con la que se expone en Alerta Vida, una ONG que analiza el tema desde hace unos años. “El problema de una chica que sube su video erótico es que no tiene la menor idea del que está del otro lado”, sostiene Raquel Holway, titular de la ONG.
Una modalidad que suelen utilizar los pedófilos es la del “child grooming”, que consiste en el acoso a través del chat y en la inducción creciente a que el niño realice acciones frente a la cámara web, que despiertan el placer del acosador sin que el chico perciba siquiera su verdadero rostro. Ante esto, el abogado especializado en delitos informáticos, Raúl Martínez Fazzalari, asegura que lo importante es que los adultos estén atentos a la conducta de los chicos. “Si hay actitudes raras del menor -dice-, cambios de conducta o comentarios, o ante cualquier sospecha de mail, comunicación o chateo es fundamental hacer la denuncia. Sin denuncia, no ocurre nada”.
En Argentina rige la ley 26.388 sobre delitos informáticos, que fue sancionada en 2008 pero que, según sostienen los expertos, tiene como principal problema la definición conceptual de lo que es un “delito informático”. Al ser un término tan amplio, a veces ambiguo, no son pocos los especialistas que aseguran que suele resultar difícil enmarcar las infracciones que se cometen en Internet. La ley, de hecho, no contiene figuras propias y específicas como el “pedófilo”, lo que hace mucho más complicada su aplicación.
Si bien el fenómeno no es excluyente de las mujeres -son varios los chicos que suben sus fotos mostrando abdominales trabajados o, en algunos casos, hasta masturbándose frente a la cámara-, ellas son mayoría a la hora de exhibirse de manera online. Algunas veces, incluso, también son víctimas del robo de sus imágenes o de cámaras ocultas que las filman teniendo sexo sin que ellas lo sepan. Por eso los expertos subrayan la importancia de alertar a los chicos de que hay determinadas expresiones, tanto fotográficas como fílmicas, que deben quedar reservadas en la intimidad.
Un poco de popularidad
Las ONG`s que siguen el tema aseguran que unos 120 robos de imágenes y videos privados que luego son difundidas en redes sociales y páginas de internet se denuncian todos los meses en el país. Un informe de la organización no gubernamental “Defendamos la República”, de hecho, confirmó hace poco que cada día se producen entre cuatro y cinco casos de robo y/o publicación de imágenes y videos íntimos con características comprometedoras. “Esto totaliza unos 120 casos al mes. En general van a parar a la red social Facebook, que en Argentina tiene más de 25 millones de cuentas, una cifra récord en relación a la cantidad total de habitantes”, apuntan en la organización.
Las víctimas atraviesan verdaderos calvarios al ver sus imágenes y videos en redes sociales, o en sitios de internet especializados como pornhub.com o xvideos.com, los cuales no piden muchos requisitos para publicarlos.
En el caso de las chicas que suben sus videos por propia voluntad, una tendencia como se dijo en alza, en la Fundación Padres advierten que, tal como dice Morduchowicz, una de las principales motivaciones de las chicas es alcanzar la popularidad. “Esto de ser famoso se empezó a meter en el imaginario juvenil sin reparar en la diferencia que existe entre trayectoria y popularidad -dicen-. Ese famoso que salió en la tele y ‘se salvó’, se hizo muy fuerte en el imaginario juvenil, y se identificó ser famoso con ser aceptado. Esto lo potenciaron las redes. No importa qué digo, ni quién soy, lo que importa es que me conozcan muchos. Algo que abre las puertas a darse cualquier tipo de permiso.”
En la Fundación no es el único sitio donde piensan así. Según coinciden quienes trabajan el tema, el exhibicionismo online es una moda que han adoptado las adolescentes con tal de conseguir eso: un poco de popularidad.
40%
de los adolescentes reconoció haber subido a la Web o enviado por teléfono imágenes propias en poses provocativas. También visibles en redes sociales como Facebook o Snapchat.
90%
Cerca del 90% posee un smartphone o tiene acceso a él.
+50%
de usuarios de redes sociales y blogs son adolescentes de entre 12 y 18 años