Este año ya demandó fondos por casi US$ 500 millones, lejos del récord de 2013, con Cristina Kirchner, cuando se destinaron US$ 900 millones, pero por encima de las transferencias que hizo Mauricio Macri.
En la última década, subsidiar a Aerolíneas Argentinas le costó al Estado US$ 5.833 millones. El dato surge de un análisis exhaustivo de Clarín sobre el gasto que la línea de bandera le demandó al Gobierno de 2012 a 2022, siguiendo el presupuesto de cada año y tomando el dólar promedio.
A poco menos de un mes para el final del año, la empresa estatal conducida por el camporista Pablo Ceriani gastó, en promedio, 486,6 millones. El cálculo surge a partir de transferencias realizadas por $ 63.248 millones a un dólar promedio de $ 130, según los registros del Banco Central, y con registros al 2 de diciembre.
Si bien en promedio este año el gasto de Aerolíneas viene siendo inferior a 2021, sigue estando ubicado por encima de los años de gestión de Cambiemos, aunque lejos de los más altos, en 2012 y 2013, años récord de transferencias, cuando gobernaba Cristina Kirchner.
El año pasado, el Gobierno destinó US$ 669 millones a Aerolíneas, cifra superada por 2013, cuando se giraron US$ 704 millones en concepto de asistencia financiera a la principal línea de bandera nacional. En 2012 el gasto había sido todavía mayor: US$ 904 millones. En 2014, en tanto, habían sido US$ 619 millones los girados.
Las previsiones para 2022 se encaminan a tener cifras de gasto similares a 2015, año final del segundo gobierno de Cristina, cuando se le devengaron a Aerolíneas US$ 553 millones. Incluso más baja, ya que se presume que, siguiendo el ritmo actual de transferencias, estará por encima de los US$ 500 millones.
Más allá de una reducción del 25% entre 2021 y 2022, el gasto previsto este año supera a todos los que gobernó Cambiemos. En la gestión de Mauricio Macri se destinaron a Aerolíneas US$ 304 millones; en 2017 se llegó a un piso de US$ 181 millones; en 2018, US$ 284 millones y en 2019, en plena crisis de ese gobierno, se alcanzaron los US$ 490 millones. Esa cifra se superará en diciembre por la actual conducción de la línea de bandera.
Antes de los US$ 669 millones de 2021, en un 2020 casi sin actividad aerocomercial por la pandemia de Covid-19, el gobierno de Alberto Fernández giró uS$ 638 millones. En ambos años, buena parte de la actividad de los aviones de Aerolíneas fueron viajes en busca de vacunas.
Así, sumando los gastos de los 11 ejercicios, de 2012 a 2022, se llega a la cifra de US$ 5.833 millones, con el pico de 2013 de US$ 904 millones y la baja hasta US$ 181 millones anuales de 2017, con el gobierno de Cambiemos.
El plan “austeridad” de Pablo Ceriani
Durante la época en que Mariano Recalde era presidente de Aerolíneas, el gasto diario que el Estado debía hacer para solventarla era de unos dos millones de dólares diarios. Lo mismo ocurrió en 2020, durante el primer año de gestión de Pablo Ceriani. Ahora la cifra ronda US$ 1,4 millones por día.
Pero esa “austeridad”, si es que cabe la palabra, termina allí: en la empresa que preside Ceriani, quien políticamente responde a Recalde, entienden que ese nivel de aportes del Estado ya no es posible bajar.
Para el año que viene, Aerolíneas tiene previsto pedir al Estado $ 90.000 millones, 25% por arriba de este año, según el proyecto de Presupuesto 2023, aunque se prevé que se reasignen partidas frente a una inflación que los privados proyectan en torno al 100%.
Desde la empresa vienen planteando que el “déficit” de Aerolíneas en 2021 fue de US$ 438 millones, es decir, mucho más bajo (US$ 229 millones) que durante el último año de la gestión de Cambiemos.