Afganistán: entre el impacto regional y el terrorismo. ¿Regresa Al Qaeda?

Estamos asistiendo ante el hito geopolítico más importante, y determinante para los próximos años en Afganistán y la región, con todas sus implicancias.

Por Dr. Javier A. Ruiz. Abogado, Especialista en Derecho Penal Internacional
(el autor, participó del “Programa Avanzado en Contraterrorismo”, en el Instituto TMC Asser y el Centro Internacional para el Contraterrorismo de La Haya, Países Bajos).

Estamos asistiendo ante el hito geopolítico más importante, y determinante para los próximos años en Afganistán y la región, con todas sus implicancias.

Mas allá de encontrarnos ante el mayor error en la Política Exterior de la administración Biden, que le traerá consecuencias, no solo en su política exterior, sino también respecto de la de otros actores mundiales, como la Unión Europea, China y Rusia. Y no se reflejarán solo en la Defensa o en la Lucha contra el Terrorismo, sino tendrá efectos también económicos, desde que Estados Unidos, se esta despidiendo, del rol de policía del mundo o guardián de occidente.

Joe Biden tomó una rápida decisión: cumplir el acuerdo firmado por la Administración Trump y los talibanes.
Quienes mas perdieron, son los afganos, que continuaron en permanente estado de miseria e inseguridad, en los últimos años y ahora vuelven a quedar bajo el yugo de los talibanes, quienes desprecian la vida, de quienes no comparten su particular visión del islam.

El impacto

Los talibanes regresan con sustanciales apoyos internos y externos, mas poderosos, que previo a la invasión norteamericana de 2001. La llamada “Operación Libertad Duradera”, duro veinte años, y su resultado fue un acuerdo de “retirada” (no un Acuerdo de Paz), realizado por la Administración Trump, y ejecutado por la Administración Biden. Ambos, se olvidaronque su razón de ser era la “guerra contra el terrorismo”.

La credibilidad americana, queda seriamente afectada como gendarme del mundo, resquebrajando su rol de garante de la seguridad internacional de sus aliados, ante el empuje talibán. De hecho, países del norte de Europa y los estados bálticos, se preguntan qué pueden esperar de los EE. UU. en materia de Defensa, ante algún suceso que provenga de Pekín o Moscú. El concepto mismo de “Defensa” de occidente, estaría entrando en crisis.

Pero se equivocan aquellos que piensan que EEUUfracasó en Afganistán, porque su retirada deja desamparados a la población afgana y demás. Para tomar dimensión de un “error” en términos de defensa, no hay que perder de vista el “objetivo”: siempre fue una contundente respuesta a los eventos del 11 de Septiembre, y nunca fue el bienestar y la seguridad de los casi 40 millones de afganos y democratizar el país.

Prevenir un ataque terrorista, no desestabilizar la región y a Pakistán, eran los objetivos primarios planteados; los objetivos accesorios, un gobierno afgano que no sea hostil a los Estados Unidos, y que tampoco este dominado por una potencia exterior como Iran, China o Rusia. Ninguno de estos últimos, fueron cumplidos, ya que se hubiera necesitado, una estabilización del país, pluralidad política, cierto desarrollo económico y una mejora en los derechos humanos y la situación de las mujeres.

Las opciones que tenía EEUU eran tres: cumplir con la fecha negociada con los talibanes; extender la fecha al menos seis meses para retirarse sobre el mes de diciembre2021 o tratar de negociar algo diferente. La primera opción, que es la que se llevo a cabo, era la que mas se descartaba, por su falta de “racionalidad estratégica”. La “gran estrategia” se había convertido en intentar lograr un orden y una coherencia en un mundo cada vez más complejo, por lo que cada vez era más difícil dar una respuesta estratégica única a la variedad de riesgos. Lo mas apropiado, era extenderse hacia finales de 2021, y realizar una retirada ordenada.

La región y los aliados

Ante la retirada de Washington, no solo de Afganistán (creo que el mismo escenario con distinto resultado, se dará a en tres meses, en Irak), China y Rusia ya están planteando interrogantes y nuevos desafíos, para la región y para occidente.

Si el régimen talibán, llega a cumplir su “acuerdo” con Washington, celebrado en Doha el año pasado, respecto de la “hoja de ruta común” con las autoridades, de evitar atacar “objetivos” occidentales y de tomar distancia de Al Qaeda, lamentablemente, poco le importara a la comunidad internacional, la vida cotidiana y los derechos de la población afgana.

Párrafo aparte para la ONU, ya que se torna irrelevante su (no)reconocimiento del nuevo régimen para el talibán: ni Rusia ni China, ni mucho menos Irán, dejaran de acordar o no, según su conveniencia. Una de las situaciones donde una obsoleta ONU muestra su cara mas inoperante.

Quien obtiene más beneficios, es Pakistán. Islamabad, desde hace tiempo, necesitaba de un vecino con un gobierno amigo, que no represente una amenaza y seguir concentrando su atención, en su tradicional enemigo, la India.

El Talibán

El régimen talibán, regresa “supuestamente” con una actitud de moderación, de hecho, se empieza a hablar de una “amnistía general”, incluso con una invitación a participar del mismo, a las mujeres. Esto también puede verse, como una invitación a evitar una “huida masiva “de más afganos del país, por temor a represalias, o venganzas, a quienes participaron en actividades occidentales, o con empresas o simplemente, a quienes ya habían adoptado como propio, al modelo occidental de vida. Una nueva oleada migratoria se avecina. De hecho, la UE intentará imponer un corredor humanitario.

La experiencia demuestra que los remedios de la “justicia transicional” o de posconflicto, nunca tuvieron éxito, cuando de una parte, fueron llevados adelante por un “grupo insurgente”.

Los talibanes simplemente asistieron a la implosión de un gobierno débil, por la corrupción, incompetente, con escaso apoyo popular. Solo unas pocas batallas ganadas en el terreno, para un grupo que, durante años, permaneció esperando, al acecho, sabiendo utilizar el sentido de la oportunidad. Además, con unasfuerzas armadas afganas colapsadas; casi sin voluntad de defensa, no encontraron fuerte resistencia. De ese modo, regresa el régimen talibán.

¿Regresa Al Qaeda?

Por el mes de marzo de 2021, en el gobierno de Biden ya pensaban, que los talibanes no cumplieron con los compromisos del acuerdo, porque no rompieron sus lazos con Al-Qaeda y porque los ataques a las fuerzas de seguridad afganas por parte del grupo habían crecido exponencialmente.

La retirada de Afganistán representa romper la “sensatez estratégica” y su capacidad para evaluar y adaptarse a cambios geopolíticos.

Los factores que impulsan un regreso de Al Qaeda: una relajación de la presión antiterrorista, esta modificación de la geopolítica en Afganistán, Medio Oriente, en África del Norte, y el sur de Asia.

Fueron clave la presencia de las tropas estadounidenses en Irak, Siria y Afganistán. La administración Trump había cambiado por 2016, su enfoque de la guerra global contra el terrorismo, por razones internas o de estrategia.
Un informe reciente de ONU (1 de agosto de 2019) llegó a la conclusión de que, “aunque todavía hay poca evidencia de una amenaza global directa reemergente de Al-Qaeda, hay un liderazgo mejorado y la comunicación mejorada probablemente aumentará la amenaza con el tiempo, al igual que cualquier aumento en la tendencia, visible en algunas regiones, de los partidarios del Estado Islámico, a unirse a Al-Qaeda ”.

Una retirada de las tropas estadounidenses podrá proporcionar a Al-Qaeda, el espacio operativo necesario para reconstruir sus organizaciones en el sur de Asia y una vez más comenzar a utilizar Afganistán como centro para planificar operaciones externas. Trump había declarado sus intenciones de retirar tropas de Siria y Afganistán, pero también puso en marcha planes para enviar otras tropas a Arabia Saudita para disuadir a Irán. Además, la presencia de tropas estadounidenses en Arabia Saudita, eran para disuadir a Al-Qaeda.

Las tres líneas de “recuperación” de Al-Qaeda (por ejemplo, estructura, habilidades y sistemas) estuvieron dirigidas hacia la “nueva estrategia de crecimiento encubierto”, que fue definida por un período, para reconstruir la organización pacientemente. En consecuencia, pueden verse: una estructura híbrida flexible; la capacidad de regenerarse; sus redes de contactos; y una infraestructura logística que sigue siendo crucial para la operatividad de Al-Qaeda.

A medida que Al-Qaeda continúe transformándose, será cada vez más difícil evaluarlo como organización, incluso cuándo el grupo sigue siendo peligroso. En 2018 incluso se hablaba de una red que se había debilitado.

En 2019 se demostró que Al-Qaeda, y el Estado Islámico, todavía servirían como fuente de inspiración para yihadistas y extremistas.

Al-Qaeda también ha utilizado su brazo de “propaganda” para discutir temas que ganan terreno entre los musulmanes en todo el mundo, incluido el aumento del extremismo de derecha. La “propaganda” de Al-Qaeda también ha destacado el maltrato de los musulmanes por parte de los gobiernos de India, China, Myanmar y otros lugares. Aquí es donde China se puede presentar como un actor “moderador”.

Al-Qaeda seguirá aprovechando las oportunidades que surjan de la geopolítica. Afganistán se presenta como una de ellas. Los nuevos desarrollos, incluidas guerras civiles e insurgencias, el sectarismo en el mundo islámico, así como las prioridades cambiantes de los países occidentales y, por lo tanto, la desviación de recursos, y hacia la competencia de las grandes potencias, con Estados nacionales.