Los problemas de corazón siguen siendo la principal causa de muerte femenina, no el cáncer, como se suele pensar.
La mitad de las mujeres europeas mueren de alguna dolencia cardiovascular, sobre todo por insuficiencias cardiacas y por ictus. En España las cifras son mucho más amables -28,2% en lugar del 51%-, pero sigue siendo esa la principal causa de muerte femenina, no el cáncer, como se suele pensar. “Y ese desconocimiento, ese no identificar el problema nos lleva a que muchas mujeres no reciban el tratamiento adecuado”, advierte Fina Mauri, coordinadora del grupo de mujeres de la asociación europea de intervenciones cardiovasculares percutáneas Eapci y responsable de la hemodinámica en el hospital de Can Ruti.
Según recogen varios de los trabajos presentados en el congreso europeo de cardiología, las mujeres se mueren más que los hombres sobre todo antes de llegar al hospital. Prácticamente todos los resultados -quirúrgicos, preventivos o clínicos- son peores para las mujeres. “Hemos mejorado muchísimo. Si en España ha aumentado la expectativa de vida 6,4 años en los últimos treinta, cuatro de esos años se los debemos a los avances cardiovasculares”, asegura el presidente de la Sociedad Española de Cardiología José Ramón González-Juanatey. “Pero la situación de las mujeres sigue siendo una asignatura pendiente”.
Ataque en casa y con más años. Los problemas cardiovasculares de las mujeres son menos visibles por varias razones. Un estudio danés que analizó los datos de casi 2.000 casos de muerte súbita detectó que entre las pacientes estudiadas el 78% sufrió la parada cardiaca en casa, donde era posible que nadie se diera cuenta a tiempo. “Además, el trabajo ha constatado que, debido a lo que se tardó en atenderlas, el 63% tenía una lesión difícilmente recuperable”, indica el responsable de intensivos cardiológicos del hospital de Sant Pau, Àlex Sionis. Además, ellas eran más mayores que los varones y la capacidad de recuperación está directamente relacionada con ese factor. Otro estudio, este finlandés, que analizó una población de casi 30.000 infartados, detectó más muerte entre las mujeres que los hombres, pero también más edad y más problemas de salud. Y comprobaron que cuando ajustaban los datos por la edad y por la hipertensión y la diabetes añadidos, la mortalidad es más parecida entre hombres y mujeres. “Por lo que el hecho de ser mujer no confiere una mayor mortalidad”, apunta Sionis. “Pero sí la edad: cada cinco años más de vida, un 35% más de mortalidad”.
Arterias más difíciles de operar.Los datos desfavorables también abundan en el resultado de las cirugías. Un estudio holandés siguió a más de 41.000 pacientes a los que se les había hecho un by-pass coronario (un puente utilizando otro vaso sanguíneo) y también en este caso la mortalidad entre las operadas llegó casi al doble de la de los hombres. “Se mueren más aunque se ajuste la edad”, reconoce Antoni Serra, director de Hemodinámica del hospital de Sant Pau. “Las arterias coronarias de las mujeres suelen ser más pequeñas, de menor diámetro y son más tortuosas. Por eso son más difíciles de operar. Es importante mejorar las técnicas quirúrgicas para salvar esa diferencia”. A esa realidad biológica más complicada se añade que para esos puentes coronarios van muy bien las arterias mamarias, “pero en las mujeres, que suelen ser pacientes mayores, a menudo hay osteoporosis y romper el esternón para acceder a estas arterias con las que hacer el puente puede provocar problemas graves”, explica el experto. Así que a menudo se opta por injertos menos adecuados y más accesibles. Y con peores resultados.
Mejores en implantes valvulares. A las mujeres parece que les va mejor, aunque no se sabe bien por qué, con los implantes valvulares. Son ese tipo de intervención que no necesita abrir el pecho: se lleva la válvula plegada a través de la femoral hasta la válvula aórtica que está dañada -implante percutáneo-, donde se despliega la nueva. Según un metanálisis realizado por investigadores alemanes, donde se realizan con mucha más frecuencia que en España este tipo de intervenciones, entre los 6.000 pacientes analizados, las mujeres tenían un 25% menos mortalidad que los hombres. Y si miraban lo que pasada al cabo de tres años, la mortalidad aún era menor: un 33% menos. “Puede deberse a que las mujeres suelen tener menos enfermedad pulmonar obstructiva crónica y menos infartos previos”. Los especialistas en hemodinámica se quejan de la falta de dispositivos adecuados a la realidad biológica de las mujeres. Algunas empresas han iniciado líneas femeninas de stents (los muelles que se colocan para abrir paso en arterias obstruidas), de su talla. Pero a menudo las mujeres quedan fuera hasta de los estudios: se ensaya con diámetros arteriales que no coinciden con el de la mayoría femenina. Así que no se sabe nada de ellas.
Obesidad más dañina. Las mujeres que tienen obesidad durante el embarazo tienen un 35% más posibilidades de mortalidad prematura, según un estudio escocés que investigó a lo largo de 50 años a más de 18.000 madres. La obesidad infantil -40% de niños españoles tienen obesidad o sobrepeso- genera más hipertensión, pero más aún entre las niñas: son hipertensos el 18,6% de los chicos obesos y el 24,4% entre las chicas, según un análisis de varios equipos alemanes sobre 22.000 jóvenes.