Al término de la segunda cumbre Rusia-África, la Unión Africana hizo ver la importancia de acabar con la guerra. Declaración de cierre criticó la imposición de sanciones.
La Unión Africana pidió este viernes al dirigente ruso Vladimir Putin un alto al fuego en su ofensiva sobre Ucrania y una solución a la guerra del grano, al término de la cumbre Rusia-África que se celebró en San Petersburgo. Si bien la invasión rusa a Ucrania no tuvo lugar en la declaración final del encuentro, el medio centenar de países no ocultaron que la seguridad alimentaria depende en gran medida del cese de las hostilidades iniciadas por Moscú.
“Debemos lograr un alto al fuego (en Ucrania), ya que la guerra siempre es algo imprevisible. Cuanto más dure, más imprevisible se vuelve. Putin demostró que está dispuesto a dialogar”, dijo el presidente de Comoras, Azali Assoumani, también presidente de turno de la UA. Assoumani aludió al plan de paz de diez puntos presentado a Moscú y Kiev por los países africanos, y destacó que “ahora debemos convencer a la otra parte”.
“Nosotros actuamos en calidad de mediadores. Hablaremos con ambos bandos. Espero que logremos resultados positivos”, dijo. El plan incluye, entre otros aspectos, el arreglo pacífico del conflicto, una desescalada de las hostilidades, garantías de seguridad para ambos bandos y el respeto de la soberanía, según la carta de la ONU. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha respondido a todas las propuestas que las negociaciones deben incluir la retirada total de las tropas invasoras del territorio ucraniano.
Crítica a las sanciones
La declaración final de la segunda cumbre Rusia-África no incluye ninguna referencia concreta a Ucrania, pero condena “el nacionalismo agresivo, el neonazismo y el neofascismo”, al igual que la “afrofobia y la rusofobia”. Asimismo, incluye una condena a las sanciones unilaterales, como las que han impuesto Occidente y sus aliados al régimen ruso por su ataque a Ucrania, así como el “chantaje” a terceros países para que se sumen a esas medidas.
En su discurso de cierre, Putin afirmó que Rusia y los líderes africanos participantes en la cumbre -entre ellos 17 jefes de Estado- acordaron combatir el “neocolonialismo”, así como impulsar “el compromiso de todos nuestros países en formar un orden mundial justo, democrático y multipolar”, además de combatir “los intentos por menoscabar los valores morales tradicionales”.
Según Putin, a partir de ahora habrá una cumbre Rusia-África cada tres años y se alentará el uso “sistemático” de monedas nacionales, entre ellas el rublo, para las transacciones comerciales entre Rusia y África, una forma de deshacerse de la primacía del dólar.