La analista internacional Pilar Rahola destaca la “valentía y dignidad” del fiscal Nisman, quien denunció a Cristina Kirchner y al canciller Timerman por encubrir a Irán en el atentado. Califica el polémico memorándum firmado por ambos gobiernos en 2013 como una vergüenza y dispara: “La Argentina debió estar en primera fila” en la marcha contra el terrorismo de París.
Corría julio de 2007 y la experta en terrorismo internacional, la periodista española Pilar Rahola, por entonces de visita en la Argentina, participaba junto a Néstor y Cristina Kirchner del acto de homenaje a las víctimas del atentado a la AMIA, donde pronunciaba un sentido discurso: “¡Qué suerte que ustedes los argentinos están en el lado bueno del mundo y se han plantado delante de la ONU ante Irán!”, decía. Pero en enero de 2013 todo cambió. Rahola no dudó entonces en alzar su voz para mostrar su indignación por el cambio de rumbo, apenas se enteró de que el gobierno argentino firmaba un memorándum con Irán que echaba por tierra los esfuerzos para perseguir a los culpables del brutal atentado.
La experta en el conflicto árabe israelí reconoce ahora la actitud “valiente” del fiscal especial de la causa, Alberto Nisman, quien se animó este miércoles a detonar una bomba en el corazón del poder. Pidió la indagatoria de la Presidenta y el canciller Héctor Timerman y los acusó de diseñar un plan para otorgarle impunidad a los iraníes responsables del atentado. Petróleo a cambio de granos.
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– El memorándum firmado en 2013 es una vergüenza y un insulto a las víctimas de AMIA. AMIA es una herida abierta en la Argentina y en el mundo, y la Presidenta, con su memorándum, le estaba tirando cal viva a las víctimas. Creo que Nisman ha actuado como un auténtico héroe, me parece que ha tenido una dignidad insólita, porque sabe lo que se juega. Es de una enorme valentía y solo puedo agradecer que exista un Nisman en la Argentina que impida que se escondan las culpas y las autorías del atentado a la AMIA.
La información sale a la luz en medio de una interna en la exSide, aunque según el fiscal hay dos años de escuchas telefónicas y pruebas pesadas que comprometen a la Presidenta, al canciller Timerman, el diputado camporista Andrés Larroque y a los dirigentes sociales Luis D’Elía y Fernando Esteche.
– No conozco los detalles, pero es posible. Normalmente en las democracias, cuando hay actitudes reaccionarias o autoritarias en el poder, siempre acabamos conociendo la información por alguien que ha sido perseguido o despedido. Bienvenido sea. Creo que Cristina Kirchner ha llegado a un punto de prepotencia en el poder que se cree impune. Y, por otro lado, van saliendo los problemas. El hecho es que el memorándum es un escándalo en toda regla, fue una vergüenza para Argentina, una ofensa para las víctimas y alguien tenía que levantar esa lápida que se había puesto y volver a hablar del tema.
El juez debe decidir ahora si cita a indagatoria a la Presidenta. Sería un hecho inédito que un mandatario en ejercicio deba responder en tribunales y por un hecho de tal gravedad.
– Se ha ganado la primera batalla de la verdad, que es que un fiscal ha sido valiente; ahora veremos si lo es también un juez. No es fácil enjuiciar a una presidenta, pero forma parte de las grandezas de la democracia. Yo espero que la democracia argentina sea más fuerte que la Presidenta. La Presidenta es transitoria. Solo es un servidor del pueblo y de la democracia, pero la democracia tiene que ser más fuerte. Si ella domina las leyes y las reglas y tuerce la democracia, pierde Argentina. Solo cabe esperar que a un fiscal valiente, le suceda un juez valiente y esto continúe.
La paradoja es que quien más impulsó la causa AMIA como presidente, lo reconoce el propio Nisman, fue Néstor Kirchner. Vos participaste en 2007 de un acto por el atentado junto a Néstor y Cristina…
– Los Kirchner en su momento fueron avaladores de la causa de AMIA, y la comunidad judía y todos aquellos que queremos llegar hasta el final aplaudimos en su momento la actitud de los Kirchner respecto de este tema. Pero es evidente que después vendió su alma y, a partir de ese momento, las actitudes de Cristina Kirchner en este tema son muy extrañas, muy equívocas, hay muchas promiscuidades y complicidades con Irán y la verdad es que a partir de ese momento ha sido la crónica de una vergüenza. Ha sido vergonzante que el país que tuvo un acto de guerra en su propio territorio por parte de otro país, cuyos asesinos están perfectamente tipificados y además ha habido unas órdenes de Interpol para detenerlos, se ponga de rodillas ante Irán, baje la cabeza y avergüence a las víctimas.
La teoría del fiscal es que Irán rompe el pacto porque la Argentina no cumple con su parte que era, supuestamente, lograr que Interpol levante los pedidos de captura que pesan sobre los iraníes.
– No conozco ese detalle, pero en cualquier caso, a mí me parece que pactar nada con Irán es una tomadura de pelo. Irán es una dictadura teocrática vinculada a conflictos armados y grupos terroristas que ha matado mucha gente. Cualquier pacto con ellos es un pacto con el diablo. Pero venderle el alma al diablo lo que trae es problemas.
La acusación contra la Presidenta cobra mayor relevancia a una semana del atentado a Charlie Hebdo, donde la actitud del gobierno argentino también trajo polémica al no tener la contundencia esperada y también por la no participación de Timerman de modo oficial en la marcha de París.
– El canciller Timerman es del tipo que siendo judío negocia con Irán. Es decir que lo de Timerman es bastante vergonzante. Es muy triste. La Argentina es un país muy importante para los derechos humanos, es muy importante por su peso político, por su peso geoestratégico, e incluso por el peso metafórico en todos nosotros. Que no estuviera ningún representante del gobierno argentino oficialmente, o incluso la propia Presidenta en la primera fila, solidarizándose con los asesinatos en pleno corazón de Europa, es de una tristeza profunda. A mí me faltó Argentina en esa fila. Porque además, Argentina es un país que ha sufrido un atentado terrorista jihadista, sabe muy bien lo que es la muerte, la muerte masiva, y tenía que estar ahí.
Hubo varias ausencias de América latina…
Hubo ausencias que no se entendieron, tampoco se entendió la ausencia de Obama, y algunas presencias que podríamos habernos ahorrado. Sin ninguna duda la del presidente de Turquía, que ha perseguido un montón de periodistas y estaba allí defendiendo la libertad de expresión. En cualquier caso, lo que más duele es la ausencia. ¡Cómo puede ser que Argentina no tuviera nada que decir y su presidenta no tuviera que enviar a nadie en un acto de tanta importancia como esa! Cuando ungieron al Papa fue corriendo a besarle la mano, en cambio, cuando hacen una masacre en pleno corazón de París, ¿le parece que eso no le concierne? ¿Argentina puede estar fuera de ese mapa? Es una locura.
¿Enlazás de algún modo esta ausencia oficial con la revelación y la denuncia de Nisman?
– Lo que surge con el memorándum y lo que surge con la ausencia de París es una pregunta: ¿Qué está escondiendo Cristina? ¿Cuál es su actitud ante el terrorismo jihadista? ¿Sus vínculos con Irán la han secuestrado?
Formaste parte de una comisión que la DAIA convocó en su momento para estudiar la letra chica del polémico memorándum. ¿A qué conclusión arribaron?
– Sí, pero no se avanzó, desgraciadamente. Éramos gente de distintos países, era complicado…
¿Qué actitud pensás que tomarán ahora gobiernos como el de Israel si la acusación de Nisman se profundiza?
– No lo sé, pero me imagino que estará indignado. Hace mucho tiempo que el gobierno de Israel está indignado con el gobierno argentino respecto a los temas de AMIA y la Embajada. Pero a mí ya no me corresponde decirlo.