El licenciado en Ciencias Políticas habló en la 99.9 sobre la ideología de género en la actualidad y remarcó que “es el intento por traer a nuestro siglo las teorías marxistas con una vuelta de tuerca que de ninguna manera Marx habría aceptado”.
La ideología es un eje central en las manifestaciones que se llevaron a cabo en las últimas horas reclamando por el fallo de la justicia en el caso de Lucía Pérez. A punto tal que se evidenció la mano política que está detrás de las movilizaciones, dejando en un segundo plano la trágica muerte de la joven.
El Licenciado en Ciencias Políticas, Agustín Laje, expresó su opinión a través de la 99.9 y remarcó que es el regreso de una doctrina antigua, pero reversionada: “lo que ocurre con el género ha sido pensado desde la década del 50 por autores que, viniendo desde el marxismo, empiezan a reformar la teoría de Marx sabiendo que ya no iba más. Lo que estamos viviendo es el intento por traer a nuestro siglo las teorías marxistas con una vuelta de tuerca que de ninguna manera Marx habría aceptado”, indicó.
La revolución se ubica en el centro de la escena, pero bajo otros parámetros: “la idea propia de una revolución no es cultural, sino con la lucha de clases que es la historia del hombre para Marx, no la lucha de sexos. Las revoluciones de izquierda del siglo XX no le dieron ningún lugar a la mujer ni a los homosexuales”, recordó.
Por otro lado, en la actual idea del género insertado en la sociedad, para Laje se trata de algo impuesto en las universidades y no como una expresión netamente popular: “la ideología de género no es de masas, no responde a las masas que se expresan. Es una revolución intelectual académica que viene de las universidades más grandes del mundo que ni siquiera son de América Latina. Es un dogma que recibimos y quien se opone es tratado de misógino, homofóbico, fascista o machista. Es inaceptable lo que está pasando”.
En medio queda encerrada mucha gente que tiene objetivos nobles de reclamo para que ciertas cosas, socialmente no sean aceptadas, pero forman parte de un engaño mayor con fines específicos: “lo que buscan es sumar a gente bien intencionada, como pasa en el Ni Una Menos, nadie está en contra de esas situaciones; pero el gran problema con Ni Una Menos es que termina respondiendo a intereses específicos de distintos grupos. Se instrumentaliza la utilización de la víctima”, finalizó.