Las manifestaciones dejan, además, 270 heridos. Al-Sadr, figura clave de la política en el país, exigía convocar elecciones legislativas anticipadas para poder formar un gobierno después de estar el país cerca de un año sin uno.
El líder chií iraquí Muqtada al-Sadr, una figura clave de la vida pública del país, ha anunciado este lunes su “retirada definitiva” de la política, en un momento en que Irak está sumido en una grave crisis.
“Yo había decidido no involucrarme en cuestiones políticas. Por lo tanto, anuncio ahora mi retirada definitiva”, ha escrito en Twitter Muqtada al-Sadr en un momento de estancamiento político total en Irak, donde hay una pugna en las fuerzas chiíes para nombrar al próximo primer ministro, tras las elecciones de octubre de 2021.
Irak sigue sin primer ministro ni gobierno, ya que las fuerzas chiíes no logran ponerse de acuerdo en cómo designarlo. Al-Sadr, muy influyente en Irak, exigía disolver el Parlamento y elecciones legislativas anticipadas para salir del impasse.
Tras el anuncio, grupos de seguidores de al-Sadr asaltaron el Palacio Presidencial en Bagdad e intentaron cruzar las barreras de hormigón instaladas en sus accesos. Estos han tomado la residencia oficial y se han paseado por las distintas estancias e, incluso, se han bañado en su piscina.
Una fuente del Comando de Operaciones Conjuntas de Irak ha confirmado que “los manifestantes entraron al Palacio Presidencial”, en la fortificada “Zona Verde”, donde están las sedes del Gobierno y de otras instituciones políticas del país. Poco después, el Comando de Operaciones Conjuntas iraquí ha anunciado un toque de queda en Irak a partir de esta tarde.
Las autoridades ya habían advertido de que actuarían con contundencia ante cualquier ataque contra las instituciones del Gobierno, las misiones diplomáticas de naciones extranjeras o la propiedad privada. Fuentes médicas han confirmado a la AFP que, al menos, 35 manifestantes han fallecido por disparos y otros 270 han resultado heridos.
Ante el caos desatado, el presidente iraquí, Barham Saleh, se ha reunido con el primer ministro en funciones, Mustafá al-Kazemi, y con los dirigentes del Parlamento y del Poder Judicial para abordar la situación. Además, Al-Kazemi ha pedido a al-Sadr que ordene a sus seguidores que regresen a casa para contener la crisis.
Muqtada al-Sadr ha anunciado que ha iniciado una huelga de hambre “hasta que cese la violencia” en Irak, informó uno de sus portavoces. “Su Eminencia anuncia una huelga de hambre hasta que cese la violencia y el uso de las armas. Porque echar a los corruptos no da a nadie, sea quien sea, una justificación para el uso de la violencia”, dijo en un breve comunicado en su página de Facebook uno de los líderes del Movimiento Sadrista, Hasan al Azari.
Una fuente de la Comandancia de Operaciones de Bagdad dijo a Efe en condición de anonimato que está habiendo enfrentamientos con metralletas y lanzacohetes antitanque RPG-7 cerca de la Zona Verde entre las fuerzas de seguridad y la milicia Saraya al Salam (Brigadas de la Paz) de Al Sadr.
Por su parte, la misión de Naciones Unidas en el país ha calificado la actual escalada de “extremadamente peligrosa” e instó a los manifestantes a “cooperar con las fuerzas e seguridad y evitar acciones que puedan desembocar una cadena de acontecimientos imparable”, según un comunicado.
“ACERCAS LAS FUERZAS POLÍTICAS AL PUEBLO”
Al-Sadr, cuyo movimiento salió vencedor de los comicios de octubre con 73 de los 329 escaños del Legislativo, afirmó que con su actividad política “solo quería reparar la deformación que, en su mayoría, causaron las fuerzas políticas chiíes, siendo las mayoritarias del país. Quería acercarlas al pueblo para que sientan su sufrimiento”.
En el pasado, al-Sadr ha optado más por la vía política y ha liderado los principales movimientos chiíes del país, aunque sin ostentar un cargo oficial.
El sadrismo mantiene una división entre el clero y los gobernantes, y esa ha sido la opción elegida por Muqtada. Las coaliciones políticas apadrinadas por él, Al Ahrar en 2014 y Sairún en 2018, lograron gran parte de los escaños del Legislativo, dando así al clérigo la posibilidad de elegir el Gobierno de Irak sin participar en él directamente.
El éxito de esas coaliciones también le ha permitido tener influencia en algunos ministerios. Lo que distingue a al-Sadr de otros partidos y milicias chiíes es su desvinculación de Teherán, que en los últimos años ha ejercido cada vez más influencia en Irak. El clérigo aboga por la soberanía de su país, el patriotismo y la independencia a pesar de sus vínculos con el vecino.