Un grupo talibán ha asumido la autoría y ha afirmado que el objetivo eran los cristianos que celebraban la Pascua.
Al menos 72 personas (atendiendo a las diferentes fuentes) han muerto y unas 359 han resultado heridas en el atentado suicida perpetrado este domingo en la ciudad paquistaní de Lahore, según ha informado el superintendente de la Policía Muhammad Iqbal, en declaraciones al diario «Dawn».
Los medios paquistaníes informan citando fuentes de las fuerzas de seguridad y de los servicios de rescate de este nuevo balance, provocado por la explosión de una bomba que portaba un suicida que detonó la carga en el aparcamiento del parque, a escasos metros de los columpios. El atentado fue perpetrado en torno a las 18.40 horas (las 15.40, hora de España peninsular).
Los primeros indicios apuntan a que la bomba contaba con rodamientos de metal, que hicieron las veces de metralla, por lo que se sospecha que el atentado pretendía causar el mayor número de víctimas y de forma indiscriminada. El Ejército ha sido ya desplegado en la zona, que ha quedado acordonada por las fuerzas de seguridad.
Gran parte de las víctimas son mujeres y niños, dado que el Gulshan e Iqbal es un parque infantil, que además se encuentra en una importante zona residencial de Lahore.
Testigos de la explosión han explicado que las víctimas están siendo trasladadas a hospitales en taxis y carricoches. Hay más de 23 ambulancias en el lugar del atentado. Los testigos han informado también de que no existía presencia policial en el parque. «Es un lugar enorme y tiene una gran cantidad de entradas. La presencia de seguridad era prácticamente nula», ha lamentado un testigo.
Explosión en un lugar pacífico
El atentado suicida es una puñalada en el corazón de la base política del primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif. Lahore, capital de Punjab -en el norte del país-, ha sido un lugar tradicionalmente pacífico pero los críticos del primer ministro le acusan de haber canjeado seguridad a cambio de una enorme permisividad con los milicianos para no perder su granero de votos.
La tensión, sin embargo, se encuentra en un punto álgido desde hace dos años, cuando Pakistán lanzó una importante ofensiva contra las milicias yihadistas en Waziristán del Norte, frontera con Afganistán, para cortar las rutas de suministros de los talibán.
El año pasado sin ir más lejos, un artefacto explosivo acabó con las vidas de un importante ministro de la provincia y de otras seis personas al estallar en el domicilio del fallecido.
Un grupo talibán asume la autoría
El grupo talibán Jamaat ul Ahrar ha asumido la autoría del atentado y ha afirmado que el objetivo eran los cristianos que celebraban la Pascua. «Reclamamos la responsabilidad del ataque contra los cristianos que celebraban la Pascua», ha señalado el portavoz del grupo islamista, Ehansullah Ehsan, al diario paquistaní «The Express Tribune».
La organización terrorista ha indicado que este atentado forma parte de una serie de operaciones bautizadas como «Saut-ul-Raad» (la voz del trueno), que continuarán a lo largo de 2016. «Hemos estado esperando esta ocasión. Queremos decirle al gobernante PML-N (la Liga Musulmana) y al primer ministro que hemos aterrizado en Punjab y que le alcanzaremos».