Al menos 80 muertos y 350 heridos por un camión bomba en el barrio diplomático de Kabul

Los talibanes niegan su implicación en el atentado, uno de los más graves en la capital afgana.

Una brutal explosión ha causado este miércoles por lo menos 80 muertos y centenares de heridos en el centro de Kabul, de acuerdo con las últimas cifras facilitadas por el Ministerio de Sanidad. El atentado, atribuido a un camión bomba, es uno de los más graves que se ha producido en la capital afgana y ha afectado a varias embajadas próximas, entre ellas las de Alemania, Francia y China. También ha dañado el hospital de la ONG italiana Emergency. Los talibanes han negado su responsabilidad.
El presidente afgano ha tachado la matanza de “crimen contra la humanidad” al expresar su condena a través de Twitter. La detonación ha tenido que oírse en el propio palacio presidencial, conocido como Arg o Ciudadela, que se encuentra a apenas 800 metros en línea recta del lugar de la explosión.
Como ya sucediera tras el ataque al hospital militar de Kabul el pasado marzo, los talibanes han negado cualquier implicación. En un comunicado, el portavoz de la guerrilla, Zabihullah Mujahid, ha reiterado que condenan ese tipo de “operaciones indiscriminadas que causan víctimas civiles”. El desmentido está en línea con el intento del grupo de presentarse como una alternativa de gobierno frente al que califican de “marioneta de Occidente” y apunta como autor al Estado Islámico, crecientemente activo en Afganistán.
“Ha sido como un terremoto”, ha descrito a Reuters Mohammad Hassan, un joven de 21 años que resultó herido.
Las imágenes televisadas muestran una enorme columna de humo negro, restos calcinados de vehículos, paredes derrumbadas y coches que aún tienen a sus ocupantes, muertos o heridos en el interior. El cercano hospital Wazir Akhbar Khan se encontraba totalmente desbordado por la llegada de ambulancias y de personas en busca de familiares, según informan las agencias de noticias. Las autoridades sanitarias han pedido a los ciudadanos que donen sangre.
El atentado se ha producido hacia las 8.30 de la mañana, una hora punta en el que las calles de Kabul están atestadas de tráfico, en especial en esa zona conocida como barrio diplomático por la concentración de embajadas. De acuerdo con fuentes citadas por la cadena privada afgana ToloNews, los explosivos estaban escondidos en un camión cisterna que ha estallado a la altura de la plaza de Zandaq, entre la compañía de telefonía móvil Roshan y el recinto amurallado de la Embajada de Alemania.
El ministro alemán de Exteriores, Sigmar Gabriel, ha comunicado que varios empleados de la embajada han resultado heridos y uno de sus guardias de seguridad afganos ha muerto. Tanto la legación alemana como la vecina de Francia han sufrido “daños materiales”, según ha declarado la ministra francesa de Asuntos Europeos, Marielle de Sarnez. También portavoces indios y chinos han informado de que sus embajadas se habían visto sacudidas por la explosión, que ha reventado ventanas y puertas de numerosos edificios en cientos de metros a la redonda.
La Embajada de España, situada un poco más al Este, a apenas un kilómetro del lugar del atentado, ha comunicado que ni su personal español ni sus trabajadores locales han resultado afectados, según han informado fuentes de la Oficina de Información Diplomática (OID). Por el momento, la zona está acordonada por lo que algunos trabajadores no han podido llegar hasta el recinto. Se trata del nuevo edificio, ubicado en la conocida como Zona Verde de Kabul, al que se ha trasladado la sede de la legación española, ya que la sede anterior, situada fuera de ese barrio, sufrió un atentado talibán en diciembre de 2015.
En los últimos meses Kabul ha sufrido esporádicos atentados que apuntaban al deterioro de la seguridad en todo Afganistán, pero hay que remontarse a julio del año pasado para encontrar uno de la gravedad del de hoy. Entonces, dos suicidas causaron un centenar de muertos al hacerse estallar en una manifestación de chiíes. Como muchos de los últimos ataques, aquel también se lo atribuyó el Estado Islámico en la Provincia de Jorasán, como se autodenomina la franquicia local del ISIS.
Sea quien sea el grupo responsable, la capacidad de los terroristas para atacar objetivos de seguridad en Kabul, que se supone es la ciudad más protegida del país, pone de relieve las limitaciones de las fuerzas afganas. Aunque en parte entrenadas por Estados Unidos y otros países de la OTAN, soldados y policías se han visto afectados en los últimos años por las numerosas bajas, las deserciones y la corrupción que mantenía en nómina a agentes fantasma. En esas condiciones, y con un Gobierno paralizado por las diferencias políticas de sus dos cabezas (el presidente y el jefe ejecutivo), los uniformados afrontan serias dificultades para hacer frente a una insurgencia cada vez crecida y que ahora se encuentra en plena ofensiva de primavera.
“El país está totalmente conmocionado y devastado por la noticia de la explosión de hoy en Kabul, se han perdido muchas vidas inocentes en Ramadán”, ha tuiteado Sediq Sediqqi, el director de la Oficina de Prensa de la Presidencia.