Así lo indicó en la 99.9 el diputado nacional que fue deportado cuando quiso ingresar a Venezuela pr ser veedor de las elecciones que se celebraron ayer.
En el proceso de elecciones en Venezuela, muchos argentinos, convocados por la oposición de Maduro quisieron ingresar al país para ser veedores del proceso y se encontraron con la negativa del gobierno junto con la posterior deportación.
Eso le sucedió al diputado nacional Alejandro Bongiovanni que contó lo sucedido en la 99.9: “lo que me tocó vivir a mí es más anécdota personal. Una demora larga en un aeropuerto, en un cuartito de migraciones con un policía de seguridad aeroportuaria y después de ese par de horas estando ahí, sin ninguna explicación, una deportación exprés en la otra punta del aeropuerto, en donde me indicaron que tenía que subir a un avión que iba para Panamá y me dijeron que el gobierno de Venezuela no me autorizaba la entrada y que me tenía que subir a ese avión”.
Para el legislador fue un caso más de una persona del común, pero el problema más grave es lo que sucedió en la elección: “más allá de lo desagradable de la situación, es lo que representaba eso, por el volumen de personas como yo que quisieron entrar a Venezuela por invitación del grupo de campaña de la oposición. El régimen siempre ha utilizado fraude, pero ya lo ayer fue mucho. Ya no se cuentan los votos, fue demasiado rústico. Y querían la menor cantidad de ojos posibles, la menor cantidad de personas que puedan contar lo que estaba pasando posible. Eso fue lo que hicieron”.
Los métodos no son nuevos, pero si ha cambiado el nivel de apoyo que tiene Nicolás Maduro en su país y que lo lleva a maniobras de todo tipo para conservar el poder. “Una dictadura es una dictadura. Y el chavismo es así. Están mucho más débiles, basta ver la simulación de triunfo que hicieron ayer. Había poca gente, las caras no tenía ninguna alegría. Maduro puede robarse la elección como lo está haciendo, pero sabe que el 80 % de Venezuela no lo votó y esto es llamativo. Digo, el 80 % de Venezuela implica gente que está también alrededor de él. Al tipo no lo quiere nadie en Venezuela. El repudio por Maduro fue expandiéndose a círculos donde antes no existía. Ya no tiene más margen este gobierno, pero tienen las armas todavía. Y ahora el tema se dirime en cuestión del poder. ¿Qué va a hacer la gente? ¿Qué va a ser la oposición? ¿Qué va a hacer el ejército? ¿Qué va a hacer la comunidad internacional?”, se preguntó Bongiovanni.
Lo que ya no puede ser disimulado de ninguna manera es que Maduro encabeza un dictadura y se maneja bajo esos estándares: “es una dictadura que ha asesinado gente, que ha torturado gente que tiene uno de los centros de tortura más grande que tiene América Latina, que es el Helicoide. Yo en la Cámara de Diputados, en la comisión de Derechos Humanos, hace muy poquito recibimos una persona tres años torturada en el Helicoide y es desgarrador escuchar lo que sucede. Y abrazarse a esto de nuevo, siempre está mal. Siempre estuvo mal abrazarse a las dictaduras. Y esta es una dictadura hecha y derecha en todo sentido”.