El Doctor en Historia Antigua que trabaja en la Universidad de Jaén, Alejandro Jiménez Serrano, habló en la 99.9 sobre un sorprendente descubrimiento que tuvieron en Egipto y que se trata de una tumba conservada en muy buen estado: “se ha dado por azar; no esperábamos encontrar nada”, explicó.
Un grupo de investigación que integra el doctor en Historia Antigua, Alejandro Jiménez Serrano, descubrió en egipto una tumba de más de 4.500 años conservada en un estado poco común. A través de la 99.9, el profesor del Departamento de Antropología, Geografía e Historia de la Universidad de Jaén, explicó que este descubrimiento “ha sido el resultado de 9 campañas arqueológicas en el mismo yacimiento. Encontramos la sexta cámara intacta, algo que no es común”.
También agregó que, como en muchos de estos casos, dieron con el descubrimiento de casualidad: “se ha dado por azar; no esperábamos encontrar nada. Íbamos a poner una puerta metálica para proteger el sector a futuro y encontramos un pozo que era el comienzo de la estructura funeraria”.
Lo que pudieron hallar no tiene que ver con personas de la realeza egipcia que habitualmente eran depositados en las pirámides: “por debajo de la realeza, estaban los altos administradores del país que se enterraban en dos tipos de tumbas, una de ellas son los hipogeos, tumbas excavadas en la roca. Una parte sería la capilla de culto dedicada a la familia para dejar ofrendas y luego lo que sería la tumba con un pozo de cámaras funerarias que es lo que hemos encontrado”, especificó sobre lo que pudieron analizar.
Si bien se trata de un descubrimiento poco común, tienen un gran equipo detrás para tratar de conseguir datos más significativos de esta tumba: “somos 50 investigadores los que estamos trabajando sobre el material que vamos descubriendo y pueden cambiar de acuerdo a los objetivos que tengan las campañas. Son distintos especialistas de diferentes áreas los que están trabajando, no hace falta ser egiptólogo para estar ahí, tenemos especialistas en semillas históricas, por ejemplo”.
Mientras no escapan del asombro que despertó la calidad de conservación de los distintos elementos que conforman la estructura funeraria, han convivido con un tramo complicado de Egipto y una revolución de por medio. Sin embargo se sienten seguros trabajando allí ahora: “hemos visto de todo. Trabajamos antes de la revolución, durante la misma y ahora estamos en el post revolución. Con el tiempo ha mejorado la situación, ahora estamos de a poco sintiéndonos más seguros. Es un país muy grande donde hay sectores de guerra y donde nosotros trabajamos estamos completamente seguros, aunque siempre puede suceder algo malo. Eso nos puede pasar en cualquier lado del mundo”, advirtió sobre los constantes ataques que se dan a lo largo y ancho del planeta.