El médico que trabaja en un hospital de Israel habló desde allí en la 99.9 sobre la atención de heridos provenientes de Siria: “Ven que somos personas y no enemigos, porque las personas no son enemigas entre sí sino los países. Los atendemos como si fueran nuestras familias o vecinos”.
La situación en Israel ha sido, desde hace muchos años, delicada. Más allá de las cuestiones políticas, en el medio quedan muchas personas afectadas por bombardeos que cruzan la frontera desde Siria para ser atendidos en los hospitales. En uno de ellos está trabajando hace años el médico argentino Alejandro Roisentul que habló en la 99.9 desde Israel sobre la situación que viven cotidianamente.
“Esta mañana han sonado sirenas de guerra y los pacientes del hospital tuvieron que ir al refugio. Estamos a 40 kilómetros de la frontera con Siria y cuando pasan misiles suenan las sirenas. Parecería que un cohete de Israel fue interceptado por lo que se denomina como la “Cúpula de Hierro” que nos protege. Así trabajamos entre paciente y paciente, cirugías y atender a heridos Sirios que vienen del otro lado de la frontera, así es la vida diaria”, contó.
En los últimos días, las tropas sirias han tomado posesión de los Altos del Golán y se está tratando de que los cascos blancos puedan salir a Jordania para llevar adelante la acción humanitaria que realizan incansablemente: “estamos bastante cerca de ese sector y lo que sale en las noticias sobre los cascos blancos a quienes sacaron el peligro parece ser verdad. Al menos es lo que nosotros sabemos. Como servidores de la salud estamos pendientes de los heridos que van llegando”.
Dentro del conflicto, la relación entre el paciente herido y el médico que lo atiende sucede en otras escalas que lejos están de la guerra desatada. “Cuando vienen a pedir asistencia médica a otro país, se habla de todas maneras de la situación de médico-paciente. Las cosas toman otra perspectiva. Ven que somos personas y no enemigos, porque las personas no son enemigas entre sí sino los países. Los atendemos como si fueran nuestras familias o vecinos. Esa brecha se rompe inmediatamente; la medicina puede crear puentes para tener paz entre la gente”, remarcó el Dr. Roisentul.
Llevan 5 años de atención ininterrumpida de heridos y los números son cada vez más elevados: “esto empezó el 7 de febrero de 2013 cuando recibimos los primeros 7 heridos sirios que llegaron a la frontera e Israel los recoge para traerlos a mi hospital. En estos cinco años han llegado más de 5.000 heridos y en mi hospital tenemos más de 1.500. Contamos también con soporte psicológico porque son personas que han perdido todo, incluso sus tierras”.
Metidos dentro de esa vorágine cotidiana, el médico confía en que todo el trabajo es una semilla a futuro para que en algún momento se encuentra la paz en ese lugar: “esperamos que estas pequeñas cosas se desarrollen y se generen cosas más lindas a futuro. Estas personas a las que Israel les tiende la mano, en el futuro serán los embajadores de la paz. Es un sueño, una utopía, pero en los últimos 100 años hemos demostrado como humanidad mucha maldad y estas cosas pueden dar vida a algo distinto”, finalizó.