Alejo Shapire: “El progresismo quiere imponer su propia moral”

El escritor del libro “La Traición Progresista” habló en la 99.9 sobre la idea que lo llevó a desarrollar este material: “una corriente que defendía el universalismo y la libertad de expresión, hoy está cuestionado por una lectura que busca imponer su propia moral”.

El libro “La Traición Progresista” escrito por Alejo Shapire habla de un tema muy actual que incluso en este contexto de pandemia y con informaciones de esta misma semana reflejan el pensamiento del autor.

Desde París, a través de la 99.9, Shapire explicó que “estamos viendo como la sensura y estas ganas de purificar la cultura en nombre del bien, se quieren imponer. Esto es algo que antes veíamos desde la derecha y ahora cambió de lado, no es la derecha sino el progresismo. De ahí, el título del libro”. Los ejemplos más recientes han sido la eliminación de “Lo Que El Viento Se Llevó” de HBO Max y lo que está sucediendo con el caso de George Floyd alrededor del mundo.

“Una corriente que defendía el universalismo y la libertad de expresión, hoy está cuestionado por una lectura que busca imponer su propia moral, sensurar obras y demás. Es un giro cultural que hoy se está viendo de una manera muy fuerte”, agregó luego el escritor.

Muchas de esas ideas, se implementan pensando que no se puede generar en la población una lectura crítica cuando sucede todo lo contrario: “hay una infantilización del público, se pretende con un anacronismo que todas las lecturas de las culturas deban leerse en la clave actual de lo que es el bien. Piensan que la gente es incapaz de contextualizar por si mismas, los tratan como tontos, todos tienen que tener mensajes propagandisticos del bien”.

Ante esta instalación de un discurso, hay gente que no se expresa públicamente ni defiende su posición, pero luego toman decisiones importantes: “hay una mayoría silenciosa que, por ejemplo, llevó a Trump al poder y que no lo va a expresar. Al momento de votar, tendrá en cuenta esa guerra cultural que estamos atravesando. Se exige que cada quien se exprese en los términos que el progresismo quiere, para salvarse del linchamiento”.

En ese contexto, todo pensamiento se lleva a extremos y eso no colabora con la libertad de pensamiento: “se ha radicalizado la democracia liberal. Valores que creíamos que estaban instalados se están cuestionando en sus cimientos. Los chalecos amarillos y Trump en Estados Unidos, demuestran que no están dispuestos a jugar con las reglas de esa democracia liberal”.