Según las autoridades sanitarias, podría haber hasta unas 500 personas afectadas en cinco estados. De ellas el 90% podría estar infectado.
Durante el transcurso de esta semana, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades confirmaba que un hombre había fallecido en Maryland de rabia casi 18 meses después de ser trasplantado de un riñón infectado. El veterano del ejército, habría sido operado en septiembre de 2011 en el Hospital Naval de Bethesda. Una vez conocida la noticia, comenzaron de inmediato a tratar a los otros tres pacientes que habían recibido un órgano del mismo donante. Se les suministró la vacuna correspondiente y están siendo medicados con inmunoglobina como método preventivo.
Sin embargo, el organismo sanitario informó que el tratamiento se tuvo que extender a 23 personas más cercanas al donante. Además se han localizado a unas 500 personas que podrían haber tenido contacto con el fallecido en cinco Estados: Maryland, Illinois, Carolina del Norte, Florida y Georgia. “De ellas, el 90% tiene riesgo real de padecer la rabia”, dijeron las fuentes de la entidad.
“Este caso es tan atípico que no podemos hacer predicciones sobre lo que les pueda suceder a estos pacientes; aunque ninguno de ellos ha padecido de momento ningún síntoma“, comunicó Richard Franka, líder en funciones del equipo de la rabia del CDC.
El donante, era un joven de 20 años recluta de la Fuerza Aérea en Carolina del Norte, que murió con síntomas similares a la rabia aunque no se llegó a diagnosticar y cuatro de sus órganos fueron trasplantados a cuatro pacientes.
La rabia es una enfermedad infecciosa viral del sistema nervioso central que causa encefalitis y es letal en casi el 100% de los casos. Se transmite por la mordedura o el contacto directo con las mucosas o lesiones bucales de un animal infectado. La incubación de esta patología varía desde cinco días a un año, aunque la media es de 20 días. Sus síntomas son cansancio, fiebre, anorexia, náusea, dificultad para la deglución, horror al agua, desorientación, y alucinaciones visuales y olfatorias entre otros.
“En EE UU, es muy raro que la rabia afecte a los humanos, y más que se dé en pacientes que han recibido un órgano”, indico la portavoz del CDC, Barbara Reynolds.
En la actualidad, más del 90% de los casos que se notifican anualmente al CDC corresponden a animales salvajes. El número de muertes en seres humanos en el país se ha reducido a uno o dos casos por año desde la década de los noventa.
El fallecido en Maryland sufrió los primeros síntomas de la enfermedad 16 meses después de recibir el riñón. Luego de su deceso, las autoridades sanitarias del Estado se pusieron en contacto con el CDC para determinar si existía una relación entre la muerte, la rabia y el trasplante de riñón. Finalmente se confirmó que existían las mismas trazas de infección tanto en el donante como el receptor.
“El donante tenía signos de encefalitis en el momento de su fallecimiento, pero no se realizó en ningún momento un análisis de la enfermedad por la propia rareza de la rabia en sí y por la tardanza de la obtención de resultados que hubieran impedido el trasplante. Además, no se contaba con información suficiente sobre la causa de la muerte del joven de 20 años”, apuntó la portavoz.