Entidades de consumidores alertan por SMS pagos que llegan sin que el usuario se haya suscrito al servicio.
De un momento a otro y sin razón aparente, las recargas duran menos y el saldo de la línea se evapora. Quienes tienen planes con facturas, las ven llegar con extras de $ 30, $ 50 o hasta más de $ 70. ¿Qué pasa? La razón se descubre muy tarde: resulta que algunos de los tantos mensajes no deseados que se reciben a diario tenían costo y fueron enviados sin pedir permiso. Entidades de consumidores denuncian que estas estafas se están dando cada vez más seguido y que el dinero no se recupera.
Los mensajes en la mira son las “alertas de SMS”. Al suscribirse al servicio, el usuario empieza a recibir mensajes con contenidos (como chistes, noticias o trivias) y se le cobra un monto por cada uno. Y también los llamados “SMS Premium”, mensajes con costo adicional que se envían a cambio de un tono, un juego o la participación en un concurso.
Según se denuncia, el problema es que muchos usuarios son dados de alta en estos servicios sin haberlo solicitado. O se los induce a aceptarlos en forma engañosa, con invitaciones confusas o cuadros de diálogo que aparecen incluso con el teléfono bloqueado. Y cuando se quejan, Personal, Movistar y Claro les dicen que deben quejarse con la empresa proveedora.
“Cada vez se ven más casos y es grave, porque pueden llegar más de $ 40 extras por factura. Son miles y miles de pesos que salen sin consentimiento de los bolsillos de los clientes sin ningún control”, comentó Adrián Bengolea, presidente de Usuarios y Consumidores Unidos. Esa entidad acaba de lanzar una campaña pidiendo que los usuarios le cuenten sus casos (a info@ucu.org.ar) para luego iniciar un reclamo masivo. “Para colmo, cuando la persona reclama, las empresas no le creen que la suscripción no fue consentida. Y en realidad, son ellas las que deberían probar que el usuario aceptó y que lo hizo bien informado sobre los costos. O bien devolverle el dinero. Es un problema grave y las empresas no están dando soluciones”, agregó Bengolea.
Desde la Unión de Consumidores de Argentina también están en alerta. Su titular, Fernando Blanco Muiño, contó que en los últimos dos meses el problema produjo varias quejas: “la persona aparece dada de alta en un servicio que no sabe de qué se trata y sin ningún tipo de consentimiento. Se entera cuando le llega la factura, a mes vencido. En la empresa solo le tramitan la baja, pero no le devuelven nada”.