El autor del libro “Quedate tranquilo (tenemos a Lijo” habló en la 99.9 sobre lo que representa la candidatura de Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia.
La nominación de Ariel Lijo como integrante de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sigue siendo uno de los temas fuertes en la política argentina sobre el cuál sobran las advertencias de lo que puede suceder a futuro si lo terminan incorporando a ese cuerpo del Poder Judicial.
El diputado mandato cumplido, Álvaro de Lamadrid hizo un libro llamado “Quedate tranquila (lo tenemos a Lijo)” donde recopiló toda la información de las denuncias que oportunamente presentaron ante la justicia. En diálogo con la 99.9 explicó que “es una recopilación de todo lo que hemos denunciado, explicado y propuesto en estos meses desde que asumió el presidente Milei. Nosotros fuimos a la justicia el 29 de diciembre, a 19 días de asumir Milei, y denunciamos en el juzgado federal de Sebastián Ramos que en la Argentina había existido un plan de impunidad diseñado por Zanini para que las causas de la vicepresidenta y los conspicuos kirchneristas fueran al olvido, al archivo; para que fenecieran. Y ese plan estaba siendo convalidado por el gobierno, empujado por Cúneo Libarona, por Barra, por Amerio, en una continuidad que Lijo prolonga y explica. La nominación del presidente Milei no es el pacto de impunidad, sino que es lo que lo exhibe y lo que lo deja al desnudo, por eso uno hace referencia a los pocos días de asumir, porque le llevamos propuestas al gobierno para recuperar lo robado, para jerarquizar los organismos de control, para crear una comisión investigadora que impidiera el ardid de Zanini en YPF. El gobierno, lejos de hacer caso a algunas de estas propuestas fue mostrando ese derrotero que con el correr del tiempo fue sumando editorialistas, políticos, voces a este pacto de impunidad. Había que distinguir el cambio de sus apariencias, Milei no había sido un Frankenstein que se le fue de las manos, una patrulla perdida, un electrón descontrolado. Milei fue el plan A de Cristina traicionando a Massa para conseguir a manos de él lo que no había podido terminar de conseguir con Alberto y con ese plan de impunidad de Carlos Zanini”.
Desde el momento mismo del ballotage, para de Lamadrid estaba claro lo que le esperaba a la Argentina: “habíamos vuelto al 2003 no era una elección en blanco y negro, sino que había que elegir entre dos grises, entre dos males y entre dos caras de una misma moneda del peronismo. Esto también se empieza a ver, el rey está desnudo y no nos atrevemos a decirlo porque te mete miedo con que vienen los Kirchner de vuelta, con que vuelve el cuco, con que enfrente está el kirchnerismo; y la verdad que el kirchnerismo se fue del poder ejecutivo, pero no se fue ni del gobierno ni del Estado. Milei le ha garantizado deliberadamente, con una decisión clara, el manejo de cajas fundamentales, justamente para que esa amenaza esté aletargada, pero que tenga alguna posibilidad. Es increíble lo que nos está pasando en la Argentina”.
Incluso el abogado y escritor, indicó que la relación de Milei con el peronismo es de larga data: “nosotros luchamos muchísimos años cuando Milei embolsaba plata del estado siendo jefe de los equipos económicos de la campaña Scioli-Zanini, a quien votó en el 2015 llevado de la mano de Guillermo Francos por la Fundación Acordar. No estuvimos en silencio todos estos años, el país lo sabe. Milei recibía los informes macroeconómicos del desbarajuste que estaba haciendo el kirchnerismo, pero nunca alzó la voz. No se le conoce denuncia alguna por muchísimos años, donde se estaba llevando a cabo el saqueo y el latrocinio. Pero lo más duro para achacarle es que no haya podido llevar adelante un proyecto de regeneración institucional frente a la destrucción que hizo el kirchnerismo. No hay ningún proyecto institucional en la Argentina. Solo piensan en poner a un tipo como Lijo y entregar y arrojar a las fieras del PJ las vacantes del poder judicial para poder gobernar. Están lejos de la transparencia, de los controles. La verdad que al carecer de un proyecto institucional, solo piensan tener una justicia obediente y domesticada para encubrir los desaguisados administrativos y legales, al mismo tiempo que garantizar la impunidad de Cristina”.
Por último, dio una frase que evidencia la forma en la que se han planteado el tema: “Lijo desnuda este pacto que exuda ya por todos los poros de nuestra realidad. Lijo a la Corte es el nuevo Raúl Zaffaroni de Cristina”.