La argentina radicada en Barcelona, Amalí Saibaha, se refirió en la 99.9 a la experiencia que vivió en torno al atentado que se dio ayer ya que trabaja apenas a unos metros de La Rambla: “no me entra en la cabeza como puede haber gente que actúe de esa manera, por religión o por cualquier motivo”, dijo en su relato de los hechos.
El atentado en La Rambla de Barcelona dejó su profunda huella en la época del año de mayor turismo y donde la catástrofe podría haber sido incluso mucho peor. El día después siempre tiene muchas connotaciones para aquellos que vivieron esos momentos que vuelven constantemente a la cabeza. Una de ellas es la argentina Amalí Saibaha que está radicada en la ciudad española y trabaja apenas a unos metros del lugar del atentado.
En declaraciones a la 99.9 indicó que “fue un día muy movilizador. Estaba trabajando y nos tomó por sorpresa, uno nunca está preparado para actuar en estas circunstancias. Todavía se sigue respirando miedo en Barcelona”. Amalí lo vivió en primera persona: “estaba en mi trabajo, a la vuelta de la Rambla, a menos de una cuadra. Tenía justo el cambio de horario, me iba a las 5 y vino mi reemplazo antes por lo que me dijo que me fuera, pero me quedé hablando. Si me iba en el momento que me dijo, veía todo”.
A partir de esos minutos que se demoró empezó a vivir una pesadilla desde otro lugar: “de repente vimos una multitud de gente que pasaba corriendo por la puerta del restaurante, empezaron a entrar algunos a refugiarse y estaban completamente en shock. Pensé que había una persona disparando por lo que cerramos el lugar y empezamos a contener a la gente. Una mujer me decía que estaban matando personas y me hacía el gesto de que era una camioneta”.
La incertidumbre reinó durante varias horas porque la información no era clara y estaban encerrados en el lugar: “hubo varios minutos donde no sabíamos lo que pasaba porque estábamos encerrados, no sabíamos que pensar. Tuvimos que quedarnos varias horas adentro porque la policía empezó a vallar la zona. Después nos dejaron salir porque nos iban diciendo de a poco que estaban dando vuelta los agresores, que habían tomado rehenes en otro lugar y hasta que había amenaza de bomba”, recordó.
Una vez que la noticia se volvió internacional, empezaron a contactarse con ella desde nuestro país para saber si había sido una de las afectadas: “las líneas estaban saturadas y veía que me llegaban mensajes por Whatsapp y lo primero que quería comunicarle a mi familia era que estaba bien, entonces escribí a través del Facebook. Sabía que las redes sociales llegan al momento a todo el mundo”, dijo sobre la red social que le permitió llevar tranquilidad a sus conocidos.
Como cada vez que suceden este tipo de atentados, su origen empieza a girar como un condicionante en su manera de analizar la realidad: “pesa tener un pasado árabe porque siempre que pasa algo se señala que fue un musulmán. Esto se ve en todas partes del mundo, estamos en una confrontación muy grande. No justifico nada, pero no hablamos mucho de lo que está pasando en otras partes del mundo donde viven en guerra todos los días. El mundo está muy injusto en distintos aspectos”. A pesar de ello, el único pensamiento que reina en muchos de los que incluso a la distancia vieron lo sucedido es el mismo: “no me entra en la cabeza como puede haber gente que actúe de esa manera, por religión o por cualquier motivo”, finalizó.