La presidenta del Consejo Escolar de Mar del Plata, Amalia Rey, habló en la 99.9 sobre la violenta toma que sufrieron ayer por un grupo de supuestos estudiantes aunque aseguró que “había algunos que no son estudiantes, gente de 40 o 50 años”. Además, agregó que “la sensación al hablar con ellos era muy triste”.
La toma del Consejo Deliberante por parte de jóvenes que se identificaron como estudiantes continúa en Mar del Plata. Esta violenta intrusión fue explicada al detalle por la presidenta del Consejo, Amalia Rey, en la 99.9. Uno de los puntos más polémicos en torno a la violencia con la que tomaron el lugar, fue la falta de presencia de Infantería y la denuncia que realizó la propia presidenta: “me ofrecieron poner a la Guardia de Infantería en la puerta del edificio, pero si bien soy la que firma el contrato por el uso del edificio, somos 5 instituciones funcionando allí y sólo podemos decidir por el Consejo Escolar. Todos decidimos no hacerlo con Infantería y lo que decidí hacer fue preservar a los menores, di aviso a la policía y a la Fiscalía de que dejamos menores dentro de un edificio tomado por ellos mismos”, aclaró.
La preocupación pasa por lo que podía suceder durante la noche ya que no tienen control alguno: “ellos entran y salen del edificio cuando quieren. Ayer, además de las muestras de solidaridad y cariño, me llamaban preocupados porque los veían caminando por los techos. Lo que aseguré es que estuviera la guardia del Consejo Escolar que está siempre y que fuera un patrullero”, agregó Rey.
Al momento de enfrentarse con los manifestantes para escuchar sus reclamos y presentar su argumento, la presidenta del Consejo se encontró con una realidad que no esperaba: “les preparé un informe hace días y se los llevé ayer con todo lo que se hizo, se va a hacer, lo que está proyectado y lo que pudimos destrabar porque no les pagaban a los contratistas. No lo entendían, trataba de explicarles que estaban licitadas las obras y en 15 días empezaban pero no te escuchaban, hablaban en un tono agresivo, a los gritos y nos ligamos muchas puteadas”.
Incluso vivió una situación que la afectó particularmente y la relató en la 99.9: “la sensación era muy triste. En la marcha anterior vinieron los chicos del Conservatorio de Música y nosotros hicimos por ENOSUR una obra de 190.000 pesos para la reconexión nuevas de cañerías de gas y por el Fondo Nación se está comprando la caldera. Nosotros por Consejo Escolar le hicimos un cableado nuevo para poner calefactores. Ese chico estaba protestando en mayo, le expliqué lo que se iba a hacer y ayer lo veo en la marcha. Cuando lo veo le pregunté si estaban calentitos, pero bajó la cabeza y no me contestó. Me llenó los ojos de lágrimas…”, recordó emocionada.
Lo que llamó la atención desde un primer momento fue la presencia de grupos que no tenían que ver puntualmente con estudiantes y que esconden la verdadera intención de esta toma que es generar un ambiente de violencia: “había gente que no son estudiantes, gente de 40 o 50 años, había banderas de la FUM cuando nosotros no manejamos el tema universitario. Tenían que ir a la Universidad para hacer una protesta”.
Tienen en claro que la violencia se ha transformado en la forma de llevar adelante una protesta que no tiene demasiadas justificaciones. La preocupación pasa por el daño que generan y el propio daño que se pueden hacer a ellos mismos: “algunas puertas las violentaron, las internas que fueron cerradas para que se circunscriban a un espacio de uso común, han sacado ventanas. Vamos a ver si podemos hablar con ellos para ver que daños han hecho al edificio”, finalizó.