La investigación sobre el atentado en un club gay de Orlando el pasado domingo mantiene como línea principal la causa yihadista, sin embargo, el modus operandi de Omar Mateen -el presunto autor- y su supuesta homosexualidad han dado fuerza a la hipótesis de que también la homofobia llevó a Mateen a iniciar un tiroteo que acabó con la vida de 49 personas.
Las autoridades privilegian la tesis de que Mateen, que se había “radicalizado” con propaganda radical islamista, actuó solo, sin recibir órdenes del grupo Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés) pero inspirado por los yihadistas. A esta idea se suma ahora la influencia que podría haber tenido en el atacante su posible homosexualidad.
Esta hipótesis podría sacar al FBI de la incómoda posición en la que se encuentra, pues investigó a Mateen en 2013 y 2014 “por eventuales vínculos con terroristas”, pero esas pesquisas fueron archivadas por falta de pruebas.
Exonerado por el FBI y sin antecedentes judiciales, Mateen tenía dos permisos para portar armas y pudo adquirir legalmente unos días antes del ataque un arma corta y otra larga.
“Si el FBI lo vigila por sospechas de tener vínculos con terroristas, usted no podría estar en condiciones de comprar un arma”, se indignó la candidata demócrata a la presidencia Hillary Clinton, partidaria de reforzar los controles sobre la tenencia de armas.
El diario Orlando Sentinel citó el lunes varios testimonios que revelan que Mateen era un asistente regular al club gay Pulse, el mismo que atacó el domingo. “A veces se sentaba en un rincón a beber solo, y otras veces se emborrachaba tanto que era ruidoso y beligerante”, señaló Ty Smith al periódico.
Kevin West, otro asistente regular del Pulse, dijo al diario Los Ángeles Times que intercambió mensajes con Mateen en un chat homosexual durante al menos un año de manera intermitente.
Otros clientes del club han declarado a medios locales que Mateen había utilizado aplicaciones gay, incluyendo Grindr, con conocidos comunes para “ligar”.
Esa descripción choca con la que brindaron sus familiares y allegados: abusivo, violento, inestable y homófobo.
En la madrugada del domingo, Mateen, un empleado de una empresa de seguridad, irrumpió armado con un rifle de asalto y una pistola en el club Pulse, que celebraba una “noche latina” con espectáculos de drag-queens en esta ciudad turística del sureste estadounidense conocida por sus parques de atracciones.
Tres horas después, 49 personas además del atacante yacían muertas y otras 53 quedaron heridas.
Las autoridades identificaron a las 49 víctimas mortales: en su gran mayoría hombres con apellidos latinos, entre 18 y 50 años, que celebraban el inicio del mes del Orgullo Gay. Muchos de los heridos continúan en el hospital.
“Parece que el pistolero ha sido inspirado por diversas fuentes de informaciones extremistas en Internet“, afirmó el presidente Barack Obama, que el jueves visitará Orlando para “presentar sus respetos a las familias de las víctimas y a manifestar su solidaridad”, difundió la Casa Blanca.
El presidente ha subrayado que no había evidencia clara que indique Mateen “era dirigido desde el exterior” ni “pruebas indirectas que indiquen que formaba parte de un complot más vasto”.
“Anunció su adhesión al IS en el último minuto, pero no existe prueba, por el momento, de que haya sido dirigido por ellos”, agregó el presidente.
Pese a ello, el grupo yihadista se atribuyó el ataque poco después de producirse y confirmó el lunes en su radio que el atacante pertenecía a sus filas. “Era uno de los soldados del califato en Estados Unidos”, aseguró.