Menor emisión de dinero y estabilidad cambiaria, claves para que el costo de vida ceda a 1,5 o 2% mensual, la mitad que ahora.
La administración de Mauricio Macri aspira a que sea en el segundo semestre cuando finalmente desacelere la inflación y despierte la economía. ¿Puede ser? ¿Y si no?
En materia de precios, hay consenso de que post junio habría buenas noticias. Marina del Poggetto, economista del Estudio Bein, coincide en que la inflación desacelerá a un ritmo de 1,5% o 2% mensual, especialmente si el BCRA es consistente con la moderación en las tasas de interés.
A juicio de Rodrigo Álvarez, director de Analytica, los altos niveles inflacionarios son transitorios y son consecuencia inmediata del ajuste de 350%, en promedio, a las tarifas eléctricas y la salida del cepo cambiario. “La clave para reducir el ritmo depende de culminar la etapa de ajustes pendientes”, como gas o transporte, que se calculan en 200% y 70%, respectivamente, así como de despegar el consumo y reactivar las inversiones.
Según el economista Fausto Spotorno, de la Consultora Orlando Ferreres & Asociados, si hay ajustes pendientes, que el Gobierno ha dejado en stand by por la inflación que ha girado alrededor de 4% mensual desde enero, se genera una presión sobre los precios y expectativas negativas sobre la población.
Para llegar a tal objetivo, será clave la estabilidad cambiaria. “Fue un error permitir que se moviera totalmente libre, porque eso causó una nueva ola de remarcaciones en marzo”, advirtió Camilo Tiscornia, socio de C&T Asesores Económicos. Sin embargo, ninguno de los analistas consultados ve posible cumplir la meta inflacionaria de 20% a 25% planteada desde el Ejecutivo y consideran que será superior al 34%.
“La clave será adaptar los cambios monetarios y fiscales con nuevo financiamiento internacional”, asegura Aldo Abram, de Exante.
Igual sucede con el desenvolvimiento de la economía, que en el primer semestre cerrará en negativo, con un despegue lento en el segundo, para cerrar el año en territorio rojo, entre 0,5% y 0,8%.
Sin embargo, también hay escenarios en los que el segundo semestre podría no ser una panacea:
◆ En caso de que la inflación no ceda o el dólar se empiece a mantener atrasado respecto de las suba de costos, podría empezar a perderse la ganancia de competitividad post salida del cepo;
◆ Si el Gobierno fracasa en su lucha contra la inflación y el BCRA observa una caída en la demanda de dinero.
◆ Si se cayera o demorara el acuerdo con los holdouts, afirma Fausto Spotorno, podría el Gobierno verse obligado a un dramático ajuste en los subsidios y el gasto público, que conspiraría contra la reactivación.