La Dra. Andrea Gómez se refirió en la 99.9 a los allanamientos que realizaron en dos domicilios buscando armas y se encontraron con dos kilos y medio de marihuana, diferentes elementos de tecnología y dólares, además de un perro que había sido robado de una vivienda: “hay familias que viven de eso”; indicó.
Los allanamientos suelen dar, en algunas ocasiones, resultados inesperados. Sin embargo, el procedimiento que realizó la Dra. Andrea Gómez en dos domicilios ubicados en Magallanes al 5.600 y Roca al 2.564, tenían como objetivo buscar armas pero se terminaron encontrando con una gran cantidad de droga, tecnología y dinero que no podía ser justificado, además de un perro que había sido sustraído en el robo a una propiedad.
Así lo expresó a través de la 99.9 la propia fiscal: “el caso comenzó con una denuncia el 1° de julio y se trataba de un enfrentamiento de bandas y ajustes de cuentas. Realizamos algunas tareas de inteligencia y se estableció que al denunciante le habían tiroteado un taller en General Savio 687 con intención de amedrentar a un tercero. Pasados los días, la persona que pretendían amedrentar le tiroteó la casa al agresor y en ese panorama se dispusieron los allanamientos en los domicilios con la intención de desarmar a esta gente y procesarlos si era necesario”.
Pero el procedimiento los llevó a un panorama muy distinto: “nos encontramos con dos kilos y medio de marihuana, una gran cantidad de dólares, dinero en efectivo del que nadie se hacía cargo; computadoras All-in-One de las que nadie tampoco se hacía cargo. También nos encontramos con una de las perras que habían sido robadas en la zona de Pompeya cuando ingresaron a la casa de una persona”.
La situación de las familias de los delincuentes, habitualmente es particular y se deben analizar por separado. En el caso de estos allanamientos, fue un bálsamo para alguno de los implicados: “en el segundo de los domicilios, se secuestraron armas y municiones y la familia nos manifestó que ya no sabían que hacer con la situación, le agradecían a la policía por haber ido”.
Lo que evidenció la Dra. Sánchez es que se siguen encontrando con familias que ya tienen tercera generación de delincuentes: “si hacemos un relevamiento de los allanamientos y si vemos la pantalla plasma de la entrada a tribunales donde se notifican las audiencias en Flagrancia; es increíble como se repiten los apellidos de generación en generación”.
Según la fiscal, son personas que encuentran en el delito una manera de “trabajar” como dicen incluso en la jerga interna: “lo que vemos es que hay una elección que hace del delito el medio de vida. La familia vive de eso y las pruebas están cuando hay allanamientos positivos porque nunca se puede comprobar el origen de los elementos que les roban a los vecinos”, finalizó.