La impulsora de la Marcha de las Piedras habló a través de la 99.9 acerca del cuidado de las piedras luego de la segunda manifestación que realizaron.
La Marcha de las Piedras nuevamente fue un impacto emocional para los que participaron, principalmente, pero también para todos aquellos que, incluso a la distancia pudieron acompañar las imágenes con el dolor de las vidas perdidas.
Después de la manifestación pacífica, esta vez tuvieron que quedarse personas cuidando que nadie se lleve las piedras como pasó la primera vez que se movilizaron. La impulsora de este homenaje a las víctimas del COVID-19, Ani Martino, habló a través de la 99.9 y comentó que “me quedé casi toda la noche mirando a ver qué pasaba, por qué son pocas mujeres, solas, mayores y me quedé atenta a ver cómo estaban. Se quedaron hasta las ocho de la mañana cuando estaban comprometidas hasta las tres de la mañana, es una locura que tenga que pasar esto. Tenemos que depender de la voluntad de cuatro señoras que están ahí hace un montón de días”.
El origen de esta manifestación fue a través de las redes sociales y eso trajo un alivio para muchas familias, pero el gobierno les robó esa posibilidad sacando las piedras: “la marcha se arma a través de Twitter. Yo pongo un Tweet y de ahí se empieza a generar a través de otros usuarios que ponen imagen, que ponen día, ponen hora, voluntarios que se suman, gente del interior que empieza a pedir piedras y los voluntarios que las hacen. Así se fue haciendo una cadena enorme tanto de gente que llevaban su piedra, como que llevaba piedras de otro. Fue muy emocionante, muy sanador, un duelo colectivo. Después amanecimos con que se habían llevado todas las piedras en carretilla y han quedado desparramadas varias en el camino. Quedaron encerradas en un lugar inaccesible al que no se le pueden sacar fotos y tampoco una explicación de qué va a suceder”.
La reacción fue exactamente opuesta porque de ahí se empezó a armar una movida aún mayor: “ese mismo día se armó una segunda convocatoria organizada por la misma gente. No sabemos si entendieron el mensaje que quisimos dar, por eso no queremos que se la lleven. No sé por qué eso tendría que molestar al gobierno, la verdad que no lo puedo entender todavía. Te pones a ver las miles de piedras y tenes que pensar que son personas, historias, familias. Hemos escuchado miles de historias que tenemos que dejar de leer porque no te da el corazón. Tiene que leer las cosas que dicen las piedras”.
Las historias se quisieron politizar todo el tiempo y Martino destacó que no se trataba de una necesidad política: “una señora llevó 430 pedidos en su auto, 430 piedras. No sólo las pintó, las dibujo sino que además le sacó fotos y se las mandó a los seres queridos. Tengo audios de la gente llorando emocionada que por fin habían podido hacer un acto simbólico del velorio que no se pudo hacer, el entierro al que no pudieron llegar por una lógica que no los dejaba entrar al cementerio. Un recuerdo para el ser querido que murió solito y que el que quedó vivo no sabe si esa persona entendió que no la dejaban pasar. No era es un acto partidario, el COVID no le pregunto a la gente de qué partido era”.
De todas formas, aclaró que el gobierno tendría que estar agradecido de encontrar una salida a una situación de mucho dolor: “que agradezcan que encontramos una manera de quitarnos el dolor porque ese dolor se puede convertir en locura, el bronca, en enfermedad. Yo no sé cómo cómo se soporta si no haces algo, por lo menos ir y dejar una piedra. Muy simple y pacífico”.