Anna Grau: “Hay un pogromo informativo, la guerra de la propaganda para criminalizar a las víctimas de un intento de genocidio”

La periodista y escritora catalana se refirió en la 99.9 a la postura del gobierno español respecto del accionar de Hamas y señaló que “defender Israel y la vida humana no es de extrema derecha, es de extrema decencia“.

España tiene en su vida cotidiana temas que generan una fuerte discusión interna. Tienen que ver con decisiones políticas que impactan en la vida de los españoles. En Barcelona, en lo particular hay una intención constante de imponer el catalán como lengua, algo que incluso resulta increíble para los propios catalanes.

La periodista y escritora catalana, Anna Grau, habló en la 99.9 sobre su postura al respecto indicando que “Cataluña es una parte de España donde el español es lengua oficial. Quiero mandar un mensaje de tranquilidad a todos los argentinos que se planteen visitar Barcelona o Cataluña. Pueden hablar en español, todo el mundo les va a entender. Ahora, sí es verdad que las autoridades catalanas hace un tiempo que tiene una política muy agresiva de imponer el conocimiento del catalán. Hasta cierto punto, eso puede llevar una cierta carga de buena intención, habida cuenta que durante los largos años de la dictadura la lengua catalana no recibió la ayuda adecuada, incluso fue expulsada de la administración, de la escuela, de los medios de comunicación. El problema es que ahora nos hemos ido al otro lado y de hecho hace un cierto tiempo que las autoridades catalanas intentan desincentivar que lleguen a vivir a Cataluña personas procedentes de la Argentina o de otros países de habla hispana porque una persona que habla español y llega a Cataluña, como ya está cómoda hablando español tiene, esa es la mentalidad de las autoridades, menos incentivos para hablar catalán o para aprender catalán. Lo que han hecho es endurecer y, por ejemplo, si una persona opta a un cargo en la administración pública o a subvenciones o ayudas o a determinado tipo de posiciones, pues se le va a presionar mucho para que aprenda catalán”.

El problema está en el momento en que la ley no es tenida en cuenta y donde muchos españoles objetan lo que se pretende hacer: “eso está al borde de ir contra la Constitución española, porque el español sigue siendo lengua oficial de pleno derecho en Cataluña. Se intenta diluir esa oficialidad por la vía de los hechos. Eso nos preocupa a algunos catalanes porque creo que eso no ayuda a nada a la lengua catalana, todo lo contrario, la hace antipática y retrocede todavía más su uso social. Animo a todos los argentinos que quieran hacer turismo en Cataluña, pero incluso venir a vivir aquí y estudiar, que vengan, que defiendan sus derechos, que hablen catalán si quieren, que es una lengua preciosa, con una literatura muy bonita, pero que no se sientan acorralados en su derecho a usar el español”.

Por otro lado, Grau ha sido muy crítica de la postura que tomó el gobierno español encabezado por Pedro Sánchez Castejón respecto de la situación en la Franja de Gaza y la violencia aplicada por el grupo terrorista Hamás: “En España y sobre todo en Barcelona, las personas sensatas, amigas del pueblo de Israel y amigas del gran pueblo judío al que tanto debemos todos los europeos y toda la humanidad, estamos muy tristes con la oleada de antisemitismo que con todo el desparpajo han hecho suya algunas de nuestras autoridades. El señor Sánchez Castejón en realidad no es que sea particularmente antisemita, pero tiene de socios de gobierno a unos señores que su eslogan favorito para hablar de estos temas es “del Río al Mar”. Todos sabemos lo que eso significa. Aunque estas autoridades tienen unos mecanismos de propaganda tremendos y mucha gente desinformada sucumbe a esos mensajes antisemitas, yo sostengo que hay una mayoría social que a lo mejor no se atreve a verbalizarlo como me atrevo yo, que me rompo la cara en defensa de estas cosas, pero que ven las cosas como son”.

Se ha instalado la idea de que Israel lleva adelante un genocidio en tierras palestinas, pero eso para la periodista es “una frase absurda”. Luego explicó que “ni Palestina existe como país, ni Israel está buscando ningún genocidio en ninguna parte, al contrario, lo padece porque se intenta borrar el estado de Israel de la faz de la tierra. Solo hay que sacar una calculadora y ver. Para liberar a una civil secuestrada en un kibbutz o en el festival Nova, una persona que no ha hecho daño a nadie, tienes que soltar a 30 presos, que lo son por algo, la mayoría por cometer ataques terroristas, y si es un soldado esa cifra se eleva a 50. Si algo demuestra el pueblo judío es que para ellos la vida vale mucho más que para sus enemigos. Como periodista, me parece un escándalo que no se insista más en esta desproporción. Se habla mucho de la proporción, de la supuesta desproporción de la respuesta israelí al salvaje 7 de octubre, pero no se habla de esta desproporción. Esto es el mundo y la moral al revés”.

La retórica mediática a nivel mundial ha tenido un efecto fuerte y en tiempos modernos, también hay mucha gente que elige ver lo que está pasando y no lo que le quieren “vender”. “Mandaría un mensaje a la población: no estamos en los tiempos de Goebbels. No hay excusa. Una persona inteligente y con buen corazón se puede informar, puede leer, puede sacar la calculadora, puede mirar qué ocurrió. No se dejen lavar el cerebro, por Dios. Después del pogromo ha venido el pogromo informativo, ha venido la guerra de la propaganda para criminalizar a las víctimas de un intento de genocidio. El 27 se celebra todos los años el aniversario de la liberación del campo de Auschwitz. Este año me he negado a ir a ninguna de las celebraciones institucionales que organiza el parlamento de Cataluña porque estoy harta de ir. Actos de conmemoración de la liberación de Auschwitz en clave antisemita, lo cual es un sinsentido. Te vas a un acto de conmemoración del Holocausto y lo protagonizan personas que predican el genocidio contra Israel y que justifican el 7 de octubre. Yo llamo a reaccionar pacíficamente, pero firmemente contra todos estos lavados de cerebro, porque se empieza lavando el cerebro y se acaba atentando contra la vida humana”.

Lejos de temer a los extremistas, Anna Grau creyó que son mucho más peligrosos, aquellos que justifican lo injustificable: “a mí me dan más miedo los supuestos laicos, los supuestos normales que normalizan estas cosas que los radicales islámicos. Es la propaganda al revés, porque yo creo que defender Israel y la vida humana no es de extrema derecha, es de extrema decencia”.