El psicólogo Antonio Porcelli Piussi se refirió en la 99.9 al incremento de casos de suicidio adolescente a nivel mundial: “es de esperar que el efecto de la pandemia genere un agravamiento de la situación”.
El suicidio en edades adolescentes es un problema que ha tomado mucha repercusión luego del caso de las gemelas marplatenses en Sallent, pero que no es nuevo. Por el contrario, lleva muchos años incrementando sus números y la pandemia ha sido un disparador de ciertas situaciones latentes.
El psicólogo Antonio Porcelli Piussi es un especialista en la materia que habló al respecto en la 99.9: “el suicidio adolescente desde 1990 hasta hoy se ha triplicado. Estos datos son pre-pandemia, todavía no hay datos correspondientes a lo que ha sucedido después pero teniendo conocimiento del aumento que ha tenido la cantidad de trastornos emocionales y del estado anímico en la población en general y adolescente en particular, es de esperar que tenga cierto agravamiento”.
Los factores sociales también tienen una incidencia en las cifras que se pueden relevar e incluso el profesional destacó que son más hombres que mujeres los que terminan suicidándose: “es un aumento que se fue dando progresivamente. En la población adolescente se está dando y sobre todo en la población de niveles económicos más bajos que tienen un aumento más importante respecto del resto de la población. Se da significativamente más en los varones que en las mujeres, el riesgo es 3 veces mayor a pesar de que las mujeres realizan más intentos de suicidio que los hombres que han demostrado ser más eficaces al momento de intentarlo”.
Las cifras tienen un impacto más grande que los casos en particular que se puedan tomar y en ese sentido, el Dr. Porcelli Piussi destacó que “estamos ante un problema significativo porque estamos ante la segunda causa de muerte adolescente en el mundo y de la mismo forma sucede en nuestro país”.
Por otro lado, lejos de lo que habitualmente se suele decir respecto del tema, el psicólogo explicó que hay claras señales que emite la persona que intenta suicidarse antes de intentarlo: “el suicidio es previsible, prevenible y predecible. Hay señales. Uno de los mitos al respecto de este tema es que es imposible predecirlo y que sucede de un momento al otro, algo que no es así. La investigación indica que 9 de cada 10 personas que se suicidan le han manifestado a alguien el interés en terminar con su vida. No hay que tomarse a la ligera cualquier manifestación del orden de “siento que las cosas no tienen sentido”, “no aguanto más todo esto”, “dentro de poco todo esto se va a terminar” y demás. Las señales, si uno aprende, suelen estar a la vista de quien se interesa”.
Respecto específicamente del impacto de la pandemia, considera que agravó lo que ya estaba presente pero no introdujo factores nuevos: “necesitamos tiempo para analizar el coletazo que generó la pandemia. Lo que pienso yo, es que no se han generado perturbaciones nuevas, sino que agravó cosas que estaban pasando. La violencia no la inventó la pandemia, por ejemplo. Tenemos que redoblar nuestros esfuerzos para ayudar a una población que está ávida de herramientas, de contención, ayuda y buena información. Hoy está disponible, pero no para todos”.