«Se trata más bien de personas que consideran que el Estado está “fallando” poniendo a Francia al borde de la “guerra civil», afirma el director del observatorio de radicalismo político.
Francia descubre, inquieta, la aparición de una extrema derecha radical, violenta, que se dice dispuesta a «resolver» los «problemas nacionales» a través de la «acción directa», con actos que oscilan entre la violencia física y el atentado terrorista.
Jean-Pierre B., uno de los detenidos que proyectaban atentar físicamente contra Emmanuel Macron, pertenecía a un misterioso grupo de extrema derecha radical, los «Barjols», que «predica» y propone combatir el islamismo y la «decadencia» de Francia con esta fórmula: «La acción es la solución».
Barjols es el nombre de un pequeño pueblo de 3.000 habitantes, en el departamento del Var, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, sin aparente conexión conocida con el misterioso grupúsculo fundado el 2017, y que justificó su nombre de este modo: «Los Barjols fue el nombre dado a los legionarios franceses cuando llegaron a Malí. Por nuestra parte, se trata de un guiño a nuestros militares. Nosotros pensamos que la Acción es la Solución».
Jean-Pierre B., el primer miembro conocido de los Barjols, fue detenido con otros cinco cómplices, en el departamento de la Moselle, cuando se proponían atentar contra el presidente de la República. Pocos días antes de dimitir, el 3 de octubre pasado, Gérard Collomb, exministro del Interior, había advertido la aparición de una extrema derecha radical, violenta, en estos términos: «Estamos asistiendo a la radicalización de una extrema derecha violenta, de tendencia survivalista (del inglés “survivalist”), que denuncia la legitimidad de nuestras instituciones democráticas y se dice capaz de combatirlas a través de acciones violentas. Existe un núcleo duro de 1.500 a 2.000 individuos, en diversos grupúsculos, capaces de pasar a la acción, amenazante».
Antes que los Barjols ya existían la OAS (Organización del Ejército -Armée- Secreto) y las AFO (Asociación Fuerzas Operaciones).
Entre 2016 y 2017, la nueva OAS tomó su nombre de la OAS nacida con la independencia de Argelia, formada por militares que intentaron asesinar al general de Gaulle. Varios de sus miembros fueron detenidos a finales del 2017.
Desde el 2017, la AFO se proponen «defender» Francia con acciones violentas de carácter militar. Mientras ha funcionado, su página web oscila entre la exaltación de la violencia y unas imágenes de guerra virtual, en el corazón de París. Varios miembros de esta organización fueron detenidos hace meses, cuando propagaban acciones violentas.
Visión apocalíptica
Los Barjols, la nueva OAS y la AFO, no parecen tener relaciones entre sí, y está integradas por jóvenes y pensionistas con una visión apocalíptica del futuro de Francia, que consideran amenazada por la inmigración, el multiculturalismo y la «decadencia» atribuida a unos poderes públicos que «no reaccionan».
Jean-Yves Camus, director del Observatorio de los radicalismos políticos, analiza la emergencia de una extrema derecha radical, violenta, en estos términos: «Se trata de grupúsculos que rechazan el sistema democrático y preconizan la acción directa, con posible recurso a la violencia. No se trata exactamente de fascistas o neo fascistas. Se trata más bien de personas que consideran que el Estado está “fallando” poniendo a Francia al borde de la “guerra civil”. La dimensión apocalíptica está muy presente en todos los grupúsculos, que se dicen dispuestos a atacar a los más altos representantes del Estado, creando un “ejército” de ciudadanos».
Entre los militantes de estos grupúsculos se encuentran antiguos miembros de organizaciones de extrema derecha tradicionales, de Acción Francesa (AF) al antiguo Frente Nacional (FN) de Jean-Marie y Marine Le Pen, cuyo “recentraje” presumido parece decepcionar a los partidarios de la violencia.