La reina Isabel II vuela de la bronca por la renuncia de su nieto a la corona británica y pretende ponerlo en vereda hoy, en una reunión en la que se sacarán chispas. El príncipe Carlos, heredero al trono, no quiere saber nada con su hijo y amenaza con recortarle las finanzas. Y el príncipe William, segundo en la línea sucesoria, le bajó la persiana a su hermano y advirtió que a partir de ahora están en veredas opuestas.
Harry y su esposa Meghan Merkle, en tanto, tratan de aplacar el escándalo, mientras encaminan su nueva vida y son vistos como desertores por gran parte de los británico. Aunque la peor parte, hasta ahora, se la lleva él, ya que recibió un rechazo manifiesto de los integrantes de la familia real con más peso y le espera hoy un cara a cara con la reina, que estará secundada por Carlos y William, en el que le planteará severas objeciones al camino que decidió tomar.
“Somos entidades separadas”
En el Reino Unido especulan que lo que más le duele a Harry es el desaire de su hermano, que acaba de “construir una pared” entre ambos, aparentemente infranqueable.
“Apoyé a Harry toda la vida y ya no puedo hacerlo más, somos entidades separadas”, aseguró William a The Sunday Times. Y sus declaraciones tuvieron un altísimo impacto.
También habló de su frustración porque su hermano ya no forme parte del “equipo”, a partir de su decisión de ser económicamente independiente de la corona. Igual, afirmó que espera que en algún momento el duque y la duquesa de Sussex vuelvan a “jugar para el mismo bando”, en referencia a la monarquía.
Una reunión clave
La reina, por su parte, se reunirá hoy con Harry para resolver una serie de cuestiones relacionadas con la desvinculación de su nieto de la corona, y se prevé que lo reprenda por la decisión que tomó y las consecuencias que trae para la familia real.
Según la prensa británica, el príncipe Harry verá a su abuela en compañía de su padre, el príncipe Carlos, y de su hermano, el príncipe William, con quienes mantiene relaciones tensas.
El encuentro se celebrará en la residencia privada de la Reina en Sandringham, en el este de Inglaterra.
“Apoyé a mi hermano toda la vida y ya no puedo hacerlo más, somos entidades separadas”, William Príncipe
Meghan, quien se encuentra en Canadá, podría participar en el encuentro a través de una conferencia telefónica.
Según la prensa británica, la reina, de 93 años, no fue consultada y está triste. Isabel II pidió a la familia que encuentre una “solución” al deseo de su nieto, sexto en el orden de sucesión al trono.
The Sunday Times indicó que en el encuentro se abordarán varios temas como la cantidad de la asignación financiera que el príncipe Carlos atribuye al matrimonio, que son los ingresos principales de la pareja, los títulos reales y el alcance de las transacciones comerciales que Harry y Meghan podrán emprender.
Después de que los duques de Sussex hicieran público su deseo, el Palacio aseguraba que estas “son cuestiones complicadas que requieren tiempo para ser resueltas”.
Una “mezcla tóxica”
Harry, Meghan y su hijo, Archie, de ocho meses, pasaron la Navidad en Canadá, y ella regresó a ese país esta semana. Se tomaron unas largas vacaciones tras haber expresado su malestar por las críticas de la prensa sensacionalista británica sobre los supuestos caprichos de Merkle y su lujoso estilo de vida.
Harry, que antes de sentar cabeza era conocido como el miembro más problemático de la familia real británica, siempre tuvo una difícil relación con la prensa y recientemente querelló a varios diarios, al asegurar que estaban acosando a su esposa como lo hicieron con su madre, Diana.
Hasta el momento, Meghan y Harry renunciaron a su parte de asignación mensual, aunque manifestaron su deseo de conservar sus títulos de duques, la protección policial y el uso del Frogmore Cottage, una casa en los terrenos del castillo de Windsor, al oeste de Londres, cuya renovación se pagó con 2,4 millones de libras del erario.
Además, la pareja registró la marca “Sussex Royal”, que cubre ámbitos diversos: desde tarjetas postales hasta ropa, pasando por consultorías o campañas caritativas.
Este deseo de Harry y Meghan de querer vivir al mismo tiempo como príncipes pero disfrutando de los privilegios de los ciudadanos anónimos es una “mezcla tóxica”, en palabras de David McClure, experto en finanzas reales.
“Esto nunca ha funcionado antes”, dijo a la agencia Press Association. “¿Cómo se puede estar mitad dentro, mitad fuera? ¿Cómo asumir funciones públicas durante una parte de la semana y la otra mitad ganar dinero dando conferencias o haciendo libros? Es muy arriesgado”, dijo. Y la opinión pública británica, que observa con lupa las idas y vueltas de su familia real, parece mirar con desagrado la decisión de Harry y Meghan.
Pelea con Beckham
También trascendió en las últimas horas que Harry, antes de casarse, tuvo un fuerte cruce con el ex futbolista inglés David Beckham por su esposa. Según la prensa británica, Meghan le dijo que desconfiaba de Victoria, la mujer de Beckham con quien tenía una relación muy cercana, y que consideraba que ella filtraba a los medios información sobre intimidades de la pareja real. Entonces, Harry encaró a Beckham en una reunión y le recriminó esta situación, que fue negada rotundamente por el futbolista.
Tiempo después, las aguas se calmaron y los duques de Sussex invitaron a los Beckham a su casamiento.
Los ingresos y los títulos de los duques de Sussex serán temas clave en la reunión de hoy.