Argentina suspendió la negociación con Francia por la compra de 4 buques destinados a patrulla marítima. Es la misma que había arrancado durante la visita de Francois Hollande, cuando la relación entre el gobierno de Mauricio Macri y París era solo miel.
En el medio apareció un fantasma que acosa al país en varios frentes, el mas conocido los Estados Unidos: la presión de los productores locales para que se frenen las exportaciones argentinas de biodiésel a esos destinos.
La historia comenzó cuando los productores de colza de Francia y Alemania cerraron un acuerdo para frenar la reapertura del biodiésel argentino en el mercado europeo. Acto seguido anunciaron que presentarán una denuncia ante la Organización Mundial de Comercio.
Fue la reacción al anuncio de la Unión Europea de bajar los gravámenes de importación al biodiésel argentino. La reacción de los productores franceses no se hizo esperar y de ahí que comenzaran a preparar una presentación donde se activa un procedimiento antisubvención, algo parecido a lo que consiguieron los productores estadounidenses contra los argentinos.
Ese razonamiento se basa en que Argentina no grava la exportación de biodiésel y si cobra retenciones a las ventas de aceite de soja al exterior con una tasa de 25 %.
Para Francia la decisión de sus productores es un dolor de cabeza. No hay voluntad alguna en París de complicar las relaciones con Argentina, pero el camino parece muy complicado por ahora.
Macri se puso firme ayer y el gobierno declaró como contrapartida a ese desafío que la negociación por la compra de los 4 buques queda congelada. Para los franceses, proveedores natos de armamento a la argentina desde toda la vida, la noticia no puede ser peor. Ahora se frena esa operación, pero en el futuro cercano estaba también el tanteo por la compra de aviones Mirage para reemplazar la desmantelada flota de la Fuerza Aérea.
La negociación con Francia giraba sobre la compra de 4 buques OPV (Ocean Patrol Vessel, por su sigla en inglés) destinados a patrulla marítima, una necesidad urgente para el país.
Esos buques son de la clase L’Adroit y uno de ellos pudo verse anclado en el apostadero naval Buenos Aires durante la visita de Hollande al país.
El gobierno ya emitió la orden de gestión administrativa para autorizar el endeudamiento por 360 millones de euros para la compra de los 4 buques, tal como había adelantado este diario. Eso no significa que los fondos estén disponibles, sino que esta autorizado el financiamiento. Ahora todo quedó involucrado en esta nueva guerra comercial por el biodiésel.