Las dos nuevas centrales nucleares, cuya construcción fue acordada por el presidente Mauricio Macri en su reciente visita a China, demandarán para su funcionamiento unas 280 toneladas de uranio natural adicionales a las 250 que actualmente requieren las plantas de Embalse, Atucha I y Atucha II.
Argentina y China firmaron el miércoles en Beijing, en el marco de la visita de Macri, un contrato marco para la construcción de la cuarta y quinta central nuclear en el país, con una inversión total prevista por US$ 14.000 millones, de los cuales el país asiático financiará el 85%.
La primera de las centrales que comenzará a construirse en enero en la localidad bonaerense de Lima, brindará una potencia instalada de 700 Mw y demandará unos 7 años de construcción, mientras que la segunda de las centrales se localizará en la provincia de Río Negro, aportará 1.150 Mw de potencia y requerirá unos 8 años de obras a partir de 2020.
Con esta proyección de demanda, fuentes de la Secretaría de Minería explicaron a Télam que los requerimientos de aprovisionamiento de uranio -mineral esencial en el proceso de generación energética de las centrales nucleares- para las dos nuevas centrales sumarán unas 280 toneladas anuales de importaciones de uranio.
Argentina dejó que extraer uranio en 1997, durante la presidencia de Carlos Menem (1989-1999), cuando se decidió importar la materia prima y se cerró la producción de las minas de la localidad mendocina de Sierra Pintada, entre otras.
En el caso de las nuevas centrales, Atucha III utilizará de 100 a 110 toneladas de uranio natural por año, mientras que para la quinta central se anticipa un consumo anual aproximado de 170 toneladas de uranio natural.
En la actualidad, en Argentina el consumo para sus tres centrales en funcionamiento es de 220 toneladas de uranio natural y otras 30 de uranio enriquecido, ya que Atucha I (362 MW de potencia) utiliza unas 40 toneladas; Atucha II (745 Mw) unas 100 toneladas; y la cordobesa de Embalse (648 Mw) usa 80 toneladas de uranio natural por año.
De esta manera, cuando los 5 reactores estén en funcionamiento simultáneo el consumo de Uranio natural podría alcanzar unas 540 toneladas al año.
Para atender esta demanda, si se consideran los recursos actuales identificados en el subsuelo se estima la existencia de unas 31.000 toneladas de uranio, lo que comprende los Recursos Razonablemente Asegurados (RAR) y Recursos Inferidos (IR), por lo cual se calcula un abastecimiento de 60 años para las 5 centrales.
Los recursos identificados en el país se encuentran Sierra Pintada (CNEA); Cerro Solo, Chubut (CNEA); Don Otto en Salta (U3O8 Corporation); Laguna Colorada, Laguna Salada en Chubut (U3O8 Corporation); y Meseta Central también en Chubut (UrAmérica), de acuerdo al relevamiento de la Secretaría de Minería al que accedió Télam.
Desde el punto de vista geológico, estos recursos se encuentran en depósitos de tipo arenisca, volcánico y superficial, pero en lo que hace a recursos no descubiertos los mismos están evaluados en unas 80.000 toneladas, de acuerdo con el actual conocimiento geológico de las principales unidades de investigación uranífera del territorio.
Las fuentes consultadas resaltaron que en este tipo de estimaciones -con una vida útil de las centrales de entre 60 y 80 años- hay que tener en cuenta que los recursos no son “fijos” sino que habitualmente aumentan en el caso de prosperar las exploraciones.
Sólo para citar un ejemplo en ese sentido, en la provincia de Río Negro la empresa Blue Sky Uranium está culminando la exploración en el proyecto Amarillo Grande, para lo cual está realizando 3.000 metros de perforación para identificar nuevos recursos, mientras que la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) también realiza trabajos exploratorios en el país.
En 2016, Argentina importó 106.661 kilos de uranio natural por un valor de US$ 13,7 millones, a un promedio de US$ 129 por kilo; mientras que de uranio enriquecido se compraron 8.477 kilos por un total de US$ 8,9 millones a US$ 1.060 por kilo en promedio.