El director de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales detalló la participación local. Y repasó los proyectos satelitales de la Conae.
Desde la estación ubicada en la localidad neuquina de Bajada del Agrio que cuenta con una antena de 35 metros de diámetro capaz de recibir señales a más de 300 mil kilómetros de distancia de la Tierra, Argentina participa en la misión china para estudiar el lado oculto de la Luna. “La antena es china, Argentina brindó el espacio físico, la logística y el abastecimiento para la construcción de la base espacial. Eso se traduce en la posibilidad de acceder a un 10% del uso de la antena para investigaciones nacionales del espacio profundo”, describió el nuevo director de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), Raúl Kulichevsky. “Ese tiempo es muy valioso ya que es un instrumento muy poco común”, agregó. Este intercambio surge de un acuerdo entre la empresa estatal China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC), dedicada al seguimiento y control de las misiones de ese país, y la Conae argentina.
La estación argentina junto con otras serán las encargadas de recibir la información del satélite QueQiao que fue lanzado a fines de mayo para superar uno de los principales problemas de la misión china: asegurar la comunicación del módulo lunar Chang’e-4 desde el lado oculto de La Luna. Para ello, QueQuiao se ubicará en el segundo punto de Lagrange, lugar donde se podrá observar al mismo tiempo al satélite desde la Tierra y desde el lado aún poco conocido de la Luna para asegurar la retransmisión continua. Así el satélite, a unos 455 mil kilómetros de la Tierra, actuará como un puente para permitir un buen alunizaje de la nave Chang’e-4, del vehículo de exploración espacial y el monitoreo de la misión a través de la comunicación con los controladores terrestres.
El lanzamiento del módulo lunar será a fines de 2018. Además de la colaboración con otras agencias espaciales, la Conae está llevando adelante misiones nacionales como el próximo lanzamiento –en el último trimestre del año– del satélite argentino de observación con microondas Saocom 1A para monitorear la humedad de suelo. Satélites. “Nunca habíamos hecho un satélite con un instrumento de radar. Hay pocos en el mundo y el Saocom está en la frontera del arte por el tipo de información que va lograr adquirir”, destacó Kulichevsky. Este instrumento tendrá aplicaciones en agricultura y en alerta, prevención y mitigación de desastres. Y en el 2019 se le sumará el Saocom 1 B. Para el estudio del mar y de las costas, la calidad del agua, la gestión de los recursos pesqueros y el control de la pesca ilegal, Conae está trabajando en el diseño y fabricación del satélite de observación Sabia-Mar que llevará distintas cámaras.
El proyecto original incluye la formación de una constelación de dos satélites, uno argentino y otro brasileño. “Cuando las condiciones estén dadas en Brasil ellos harán el segundo satélite, planificamos que el nuestro estará listo para el año 2020 o 2021”, adelantó el ingeniero aeronáutico. Otro de los grandes desafíos de Conae es el proyecto Tronador II para poder contar con un lanzador satelital. Kulichevsky explicó que “estamos desarrollando nuevos procesos de fabricación porque cuando se habla de construir el fuselaje de un vehículo lanzador con una estructura de 2,5 metros de diámetro que tiene que ser muy liviana y a su vez muy resistente se requiere de nuevas tecnologías de producción”. El proyecto está en la etapa de desarrollo de la estructura y de los motores. “Apuntamos a poder tener un primer vehículo que pueda lanzar el primer satélite para el año 2021”, estimó el director de Conae. Además, entre los objetivos pendientes figura la formación de una agencia espacial regional. “Es un deseo que tenemos en Conae porque creemos que puede ser beneficioso para todos. Hay algunos proyectos que a veces son muy difíciles de encarar con el presupuesto de una sola agencia”, explicó Kulichevsky. Entre esos proyectos se encuentra tener un satélite meteorológico para Latinoamérica. Los lanzamientos que vienen En el último trimestre de 2018 la Conae tiene planeado lanzar el Saocom 1A, con un radar capaz de monitorear la humedad de suelo. Tendrá aplicaciones en agricultura y en alerta, prevención y mitigación de desastres. También se encuentra en fase de fabricación el satélite de observación Sabia-Mar, cuyo objetivo será para el estudio del mar argentino y sus costas.
Si no hay atrasos, su lanzamiento se estima que será entre los años 2020 o 2021. Otro de los proyectos “estrella” de la Comisión de Actividades Espaciales es terminar de desarrollar el primer vehículo del proyecto Tronador II. Sería un lanzador nacional, capaz de poner un satélite en órbita baja, en el año 2021. Para darle continuidad Después de 24 años frente a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) Conrado Varotto, una figura emblemática en este campo, se jubiló y quedó en su lugar el ingeniero aeronáutico Raúl Kulichevsky quien hace más de 10 años que está en la agencia luego de trabajar para la Comisión Nacional de Energía Atómica. Kulichevsky aseguró la continuidad de los proyectos ya que no han tenido recortes drásticos en el presupuesto. “Sufrimos algún tipo de restricción como lo sufre el resto de la sociedad”, puntualizó y aseguró que “hay un esfuerzo importante por mantener la actividad espacial”. El nuevo director agregó que mantienen el plantel de gente y la actividad de los proyectos aunque en algunos casos con un poco de demora. Respecto de Varotto, informó que seguirá como un asesor ad honorem “ya que es fundamental por su capacidad de generar ideas nuevas”.