Permanecerían detenidos solo dos de los siete aprehendidos por presunto terrorismo. Aumentaron la seguridad en instituciones judías.
A las seis de la mañana de este sábado la noticia había escalado a medios internacionales: Mendoza es el escenario donde capturaron a miembros de una célula terrorista islámica que planeaba ataques en el este provincial. Según los investigadores, había objetivos judíos y también del culto católico. No hay registros de algo así, al menos en los últimos años. Quiénes son los detenidos y cómo nació esta investigación que lleva diez meses.
La primera sensación de quienes se iban enterando era de estupor: ¿Terrorismo en Mendoza? ¿Con tintes yihadistas y vinculaciones con Afganistán? ¿Aulas enteras sin clases, por miedo a un ataque de estas personas? De esa sorpresa inicial se pasó a la preocupación; sobre todo cuando se publicó un comunicado oficial de la ministra Patricia Bullrich, que ayudó a ordenar las piezas que componen la historia y a entender qué más hay detrás.
Los dos detenidos e imputados son Matías Gutiérrez y Nicolás Escudero, según confirmaron fuentes judiciales a Diario UNO. A los dos, el allanamiento los sorprendió el jueves en sus casas del departamento de Rivadavia; de donde no se habrían movido en los días anteriores. De hecho Escudero es imposible que se moviera, porque cumplía prisión domiciliaria, precisamente por hechos vinculados a actitudes antisemitas por las cuales fue imputado tiempo atrás, contaron.
Esas detenciones son parte de las imágenes que compartió la Policía Federal, en las que escuadrones armados ingresan en distintos patios y casas de Mendoza, revisando bolsos, teléfonos y habitaciones de los sospechosos. De todos modos, ese sacudón -por ejemplo en la tranquilidad de la calle Capitán Bouchard del centro rivadaviense, donde encontraron al primero de ellos- no fue el único movimiento que hicieron estos grupos de tareas: además hubo otros cinco detenidos a los que que demoraron y les quitaron sus celulares, pero que para este momento ya estarían liberados.
Dos de ellos estaban en fronteras internacionales o con posibilidad de salir del país y eso encendió las alertas. Uno de los cinco fue hallado en el paso Cristo Redentor, en el límite con Chile, mientras que el otro estaba en el aeropuerto internacional de Ezeiza. Según se pensó, a punto de abordar un avión. Sin embargo, con el correr de las horas aparecieron datos que matizaron esos hechos y atenuaron la sensación de fuga: el primero no se estaba yendo, sino volviendo de territorio chileno hacia la provincia, y como tenía alerta de Interpol, no alcanzó a hacer demasiados pasos en Migraciones antes de que un enjambre de uniformados le aterrizase encima. El otro, en Ezeiza, habría ido sólo a buscar a un familiar y ahí lo capturaron. Todo de acuerdo a datos oficiales de la investigación.
El ataque al periodista mendocino que desató todo
En principio hubo versiones de que la División Antiterrorismo de la Policía de Mendoza había trabajado en los operativos, pero el propio Ministerio de Seguridad se lo desmintió a este medio este viernes por la tarde. “Nunca nos pidieron asistencia; lo lideró todo Interpol y lo ejecutó la Federal”, explicaron. En cuanto a acciones de organismos locales, sólo se vio a personas con camperas de la Municipalidad de Rivadavia en uno de los domicilios allanados el jueves, pero no fue confirmado si hicieron un aporte formal para dar con los sujetos buscados. Lo que se sabe es que miembros de la fuerza local aseguran no haber participado.
Lo que sí aportaron fuentes mendocinas fue una analogía en torno a cómo surgió todo. “Fue un poco la gran Alberto”, ironizaron. “Por una causa que no tenía que ver específicamente con lo que ocurrió después, las autoridades se pusieron a analizar celulares y conversaciones. Y con el correr de los días, esas conversaciones derivaron en algo quizás más grande o igual de grave que el detonante, que son estas conversaciones sobre ataques a objetivos determinados”, explicaron.
La comparación con lo ocurrido en torno al expresidente Fernández es válida: la causa que investiga posible corrupción con los seguros del Banco Nación fue la que, lateralmente, generó que se encontraran los chats que demostrarían la violencia de género perpetrada por el dirigente. Acá ocurrió un proceso similar:
Todo empezó con mensajes de amedrentamiento a un reconocido periodista mendocino que pertenece a la colectividad judía. Esos dichos fueron el detonante para la batería de allanamientos y tareas de inteligencia que sorprendieron a los mendocinos tiempo después. Por pedido expreso de las organizaciones involucradas en la investigación, no se publicará ni el nombre ni el medio de ese cronista, pero es alguien que tiene participación activa en actos y acciones del judaísmo en Argentina y que incluso ha sido mencionado por autoridades de la DAIA en Buenos Aires. Por ejemplo, el pasado 27 de enero al conmemorarse el Día de la Memoria por las Víctimas del Holocausto. No es la primera vez que recibe amenazas, además.
Las amenazas en las redes sociales que desataron una investigación contra el terrorismo
El ataque en las redes a este mendocino fue hace más de nueve meses, poco después de la matanza de 1.198 civiles israelíes a manos de la organización terrorista Hamas, el 7 de octubre de 2023, cerca de la franja de Gaza. Lo que pasó fue que lo mencionaron en un posteo de redes sociales y, si bien en un principio se dijo que la filial mendocina de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) había iniciado o motorizado la investigación, lo que ratificaron a UNO es que en realidad fue la propia denuncia del periodista en la Justicia lo que más tarde activó a la Unidad de Investigación Antiterrorista de la Federal.
Desde ese 7 de octubre, precisamente, la colectividad judía de Mendoza vio reforzado todo el dispositivo de seguridad que la policía local despliega sobre sus instituciones. Por motivos de seguridad no se pueden describir los cambios que sufrieron, pero todos los protocolos de protección se vieron aumentados y desde la DAIA afirmaron que “lo están haciendo muy bien”.
Qué encontraron en los grupos de Whatsapp de la presunta célula terrorista
Este sábado se espera un comunicado oficial de la fiscalía en el que se detallen más aspectos de la investigación. Sin embargo, los pormenores de lo que se encontró en el grupo de Whatsapp del que formaban parte los involucrados permanecería en secreto, al menos hasta que terminen o estén más avanzadas las pesquisas. Por ahora, la información a la que pudo acceder este diario habla de una sola comunidad en esa red de mensajería instantánea y de que los dos hombres que permanecen detenidos formaban parte.
Sin embargo, el mensaje que difundió masivamente la Policía Federal da cuenta también de que se enviaban mensajes antijudíos a través de Telegram, otra red similar de contactos. Y aunque esos mismos datos, difundidos además por Bullrich el viernes, hablan de “contenido vinculado a organizaciones terroristas como Estado Islámico y el Emirato Talibán de Afganistán, no está claro que hubiese miembros de ese país en los grupos que se investigan. “Eso no está claro aún, aunque no se descarta, porque estamos viendo si hay números que no sean de Argentina”, explicaron los investigadores.
De acuerdo a datos oficiales, en las conversaciones que complican a los dos mendocinos efectivamente se habla de atacar objetivos puntuales. Uno de ellos es del culto católico y aparece en una conversación que ya data de varios meses. No es actual (lo que hace pensar a los efectivos que, de haber planeado un atentado, este no sería necesariamente inminente). A eso también hay que agregar los comentarios hostiles contra la comunidad judía, aunque no logra determinarse si con un target específico que pudiera ser víctima de ataques.
Además, las fuentes consultadas agregaron que en los chats también se habla de ofensivas definidas contra “una plaza y un monumento”, y ambos también pertenecerían al culto católico. Esto último es lo que generó una ola de miedo en la escuela Casa de María de Rivadavia, una institución tradicional de ese departamento en donde se profesa esa religión. Los padres decidieron no mandar a sus hijos casi a ningún curso el viernes, por lo que se suspendieron las clases con normalidad. Las autoridades llamaron a la DGE para explicar el cuadro de situación que tenían. Como no rige -por el momento- una alerta sobre ellos, el lunes habría dictado normal, replicaron desde la cartera educativa.
Los imputados son investigados por la presunta violación del artículo 213 bis del Código Penal, que amenaza con cárcel de tres a ocho años a quien intente “imponer o combatir ideas utilizando la fuerza o el temor”. La justicia ya trabaja sobre ambos y está buscando a un tercero, que vendría al país luego de haber salido desde Uruguay, de acuerdo a información preliminar. Escudero, uno de los dos detenidos mendocinos, podría ser el más complicado en la nueva causa por la detención que cursaba con anterioridad.