A partir del vertiginoso avance de la tecnología, la brecha generacional va en aumento y las personas con más de 70 años suelen sentirse excluidas por no saber usar las nuevas plataformas, desconocer el vocabulario que acompaña el uso de teléfonos celulares y de las redes sociales, o porque los dispositivos no se adaptan fácilmente a sus condiciones físicas.
Luciana Slipakoff, Coordinadora Adjunta del Centro Integral de Adultos Mayores de AMIA (CIAM) destacó que ante la vigente era digital “existen los propios miedos que genera lo desconocido”.
“Por temor al cambio, los adultos mayores tienden a mantenerse alejados de las nuevas tecnologías. Está muy instalado el preconcepto de que los dispositivos actuales son demasiados complejos o complicados”, explicó Slipakoff.
La especialista manifestó que “este rechazo se debe, en mayor parte, a que han cambiado los modos tradicionales de hacer las cosas, tal como han estado acostumbrados a hacerlo la mayor parte de su vida”.
La “sensación de fuerte extrañamiento” se ve acrecentada por la exclusión que se produce a nivel del lenguaje: palabras como “Skype”, “Whatsapp”, “postear”, “retwittear”, “GIF”, “meme”, son algunas de las expresiones que son difíciles de comprender por los adultos mayores.
Asimismo, sus familiares o conocidos no siempre tienen la paciencia, ni el tiempo suficiente, para enseñarles a utilizar las diversas herramientas y explicar el nuevo vocabulario. Esto resultaría clave ya que para la gente mayor aventurarse a explorar de forma autónoma un teléfono inteligente o una computadora es casi una tarea imposible, sin la guía o acompañamiento de una persona entendida.
Desde el taller de tecnología del CIAM, proponen que las claves para despertar el interés en quienes ya pasaron los 70 años hacia las nuevas tecnologías y reducir la brecha con las nuevas generaciones, son:
• Comprender la utilidad de la tecnología: si el uso del celular les sirve para estar comunicados con sus familiares y amigos, o para informarse sobre el clima y las noticias, hay más posibilidades de que encuentren interés en aprender.
• No dar nada por sabido: es fundamental entender que la gente mayor no parte de ninguna base. En el caso de enseñar a usar una computadora, es necesario explicar cada paso partiendo de cómo se enciende. Si hablamos de un celular, es importante mostrar cómo conectarlo para que no se agote la batería.
• Remarcar los progresos: ir poco a poco, con paciencia, y poniendo de relieve los éxitos conseguidos, alentándolos a no desesperarse y no abandonar la práctica.
Los adultos mayores los más beneficiados con las nuevas tecnologías. El uso de la tecnología ayuda a derribar los prejuicios. Una persona mayor que usa celular o domina una computadora demuestra, ante la sociedad, que tener más de 70 años no es sinónimo de quedarse en el pasado y de que actualizarse es posible.
Estar insertos en la era digital, a su vez, mejora su calidad de vida ya que se encuentran más activos y saludables: la salud no sólo se compone del equilibrio físico, sino también del psíquico.
El aprendizaje de nuevas tecnológicas estimula la actividad mental de las personas mayores, lo que repercute también en el aumento de la autoestima y del bienestar en general. Además, éstas son herramientas que ayudan a combatir el aislamiento.
Tanto la telefonía móvil, como el uso del correo electrónico, las redes sociales, y la mensajería instantánea, agilizan la comunicación con los demás y permiten mantener y a ampliar la red de contactos.
Por último, y uno de los puntos más relevantes, los adultos mayores que incorporan la tecnología tienden a ser más independientes: herramientas como Internet favorecen su autonomía, ya que pueden acceder por sí mismos y con inmediatez a información útil para su vida cotidiana.