Según el gobierno provincial, la planta empezará a funcionar en no más de 2 años.
Jujuy está un paso más cerca de producir baterías de litio. La planta que fabricará estos dispositivos para almacenar energía comenzará a funcionar en un plazo no mayor a 2 años en el Parque Agroindustrial de Servicios y Comercial de Perico, 35 kilómetros al sur de la capital provincial, aseguraron a Clarín desde el ministerio jujeño de Desarrollo Económico y Producción y una empresa estatal. De concretarse, será la primera industria de este tipo en el país.
El avance, que se conoció durante la visita del presidente de Italia Sergio Mattarella, viene de un acuerdo entre la estatal Jujuy Energía y Minería (JEMSE) y la italiana Lithops-FAAM, del grupo Seri, líder en la fabricación de baterías. Ambas se comprometieron a constituir una sociedad en los próximos 90 días para darle forma un complejo industrial.
Según Desarrollo Económico y JEMSE, el proyecto, que representa una inversión total de 49 millones de dólares, tendrá una primera etapa de ensamble de baterías, con celdas importadas, que servirá para profundizar el conocimiento del mercado. Está previsto que el carbonato de litio, la materia prima, sea suministrado por las empresas Exar -que aún no produce- y Sales de Jujuy, conformada por la extractora australiana Orocobre, Toyota y JEMSE.
El tipo de baterías que se comenzarían a producir son para transporte público y grandes vehículos y sistemas de acumulación de energía solar, aunque podría haber cambios según las necesidades del mercado.
Llamado por muchos el nuevo “petróleo blanco”, el litio es el principal insumo de las baterías recargables, como las que utilizan los teléfonos celulares, las notebooks, tablets y también, los vehículos eléctricos. Sin embargo, esto representa el 20% del mercado: entre otras industrias que emplean al litio como insumo se encuentran la farmacéutica, la de cerámicos y la de aluminio.
En un mundo que busca alternativas más limpias y económicas que los combustibles fósiles, y en el que la industria automotriz se inclina hacia la producción de autos híbridos y eléctricos, la Argentina forma parte de lo que se conoce como el “triángulo del litio”, donde se concentra según distintas estimaciones, entre el 45% y el 80% de las reservas mundiales en salmuera, conformado por la Puna de Jujuy, Salta y Catamarca, el norte de Chile y el sur de Bolivia. Las mediciones realizadas a nivel local indican que sólo en el norte del país se encuentra alrededor 20% de la reserva global.
Desde 2015, Sales de Jujuy es el proyecto más grande y reciente de producción de litio en el país, en el Salar de Olaroz, con una producción que ronda las 17 mil toneladas anuales. Y le sigue con 15 mil toneladas la estadounidense FMC corporation, instalada desde fines de los ’90 en el Salar del Hombre Muerto, en Catamarca. En conjunto producen alrededor de 30 mil toneladas de materia prima que es exportada en su totalidad y son los únicos emprendimientos activos a nivel nacional. Existe por lo menos una decena de proyectos de extracción en marcha. Hoy, el carbonato de litio tiene un valor de mercado que alcanza los 15 mil dólares por tonelada.
El conjunto de empresas que forman Sales de Jujuy busca maximizar las posibilidades económicas de cara a los próximos 40 años. Según un informe de Télam, Orocobre aporta el know how para extraer el litio; Toyota, advirtiendo potencial uso del mineral en la industria automotriz, se orienta a la colocación de la materia prima en el mercado; y JEMSE busca ser parte de un negocio relativamente nuevo y estratégico de la provincia, con amplio potencial de crecimiento, a la vez que intenta garantizarse la oferta necesaria para cuando se completen los proyectos de producción de baterías en Jujuy.
Los países que por estos días constituyen los principales consumidores de litio son China, Japón y Corea del Sur, importantes fabricantes de productos electrónicos, y de los más avanzados en relación a la industria automotriz eléctrica.
En la Argentina, el litio se extrae a través de la evaporación de la salmuera presente en los salares. Se trata de una técnica más económica que la extracción mineral de roca. Según EXPERTOS consultados por Clarín, no hay mediciones que indiquen que el proceso de extracción provoque daños a la salud.