Medio centenar de jóvenes recién egresados de la Escuela de Aviación Militar como alféreces deberán esperar un año para iniciar el curso de aviador militar.
La amarga noticia sacudió el espíritu y vocación de los integrantes de la promoción 81 justo al comienzo de la carrera. No hay aviones de entrenamiento suficientes para atender el plantel de aspirantes a aviador militar a pesar de que el Gobierno saliente adquirió en 2013 diez aviones Grob TP-120 de origen alemán. El Director de Instrucción de la Fuerza Aérea, brigadier Enrique Amreim, presente en la ceremonia en la Escuela de Aviación que encabezó el titular del arma, brigadier general Mario Callejo, informó en repetidas oportunidades a las autoridades del Ministerio de Defensa acerca del colapso en la formación de aviadores derivado del insuficiente número de máquinas para entrenamiento. Ocurre que hay dos promociones anteriores; 53 jóvenes oficiales; egresados en 2013 y 2014, en tierra, a la espera de poder sentarse en la cabina y recibir el curso de entrenamiento a los que ahora se sumaron los 59 promocionados el viernes último. El turno para el plantel de los 53 rezagados arranca en febrero de 2016 y se extiende por un año. Durante ese lapso los 59 recién salidos de la Escuela de Aviación se distribuirán entre la base Morón y Palomar. Mantenerlos ocupados un año obligó a diseñar un programa de guardias, cursos de inglés y otras actividades alternativas. Si tienen suerte algunos podrán volar de “paquete”, que en la jerga militar indica al pasajero-visitante; el propósito es familiarizarlos con el avión.
La acumulación de aspirantes sin avión viene de arrastre. Comenzó cuando la exministra Nilda Garré y el entonces jefe del Estado Mayor Conjunto, brigadier Jorge Chevalier, impusieron un único curso de formación de pilotos para las tres fuerzas armadas. Llamado Curso Básico Conjunto de Aviador Militar (CBCAM) arrancó en 2006, pero colapsó porque no se tuvo en cuenta que el avión Mentor, con más de 50 años de servicio y fallas en su estructura, no soportaría el desgaste de una cursada más numerosa. El Mentor dijo basta. Sucesivas promociones quedaron en espera de un sustituto, hubo parches, entre ellos cursar en avionetas Cessna y en 6 aviones turbo Mentor de la Armada Argentina, también en aparatos Tucano.
Esos atajos no alcanzaron a solucionar una crisis en la formación de pilotos que se extiende hasta hoy. La previsión era adquirir otras 5 aeronaves Grob en una segunda etapa. El número adecuado que garantiza la formación y el adiestramiento según sostiene el brigadier Amreim es de 20 unidades en total.
Julio Martínez, designado en Defensa, hereda una situación crítica sin solución a la vista. Ángel Tello, a punto de ser secretario de Asuntos Militares, viceministro, es la figura de contención para un fenómeno que no es nuevo: impedir el éxodo a la actividad privada de jóvenes pilotos decepcionados en su vocación por la aviación militar.
La administración saliente había logrado enderezar parcialmente el entrenamiento con la compra de las 10 máquinas Grob TP-120. El torniquete en el Presupuesto y la falta de dólares asfixiaron el programa de compra de repuestos para los aparatos alemanes. De 10 aviones, sólo están en la línea de vuelo 4 o 5 por día y comenzó el triste recurso de “canibalizar”, sacar partes de un aparato para tener al resto en funcionamiento.