Científicos han identificado 2.034 sistemas estelares cercanos, en el rango de 326 años luz, desde donde se podría encontrar la Tierra simplemente observando nuestro pálido punto azul cruzar nuestro sol.
Según esta investigación, publicada en la revista ‘Nature’, son 1.715 sistemas estelares que podrían haber visto la Tierra desde que la civilización humana floreció hace unos 5.000 años, y 319 sistemas estelares más que se añadirán en los próximos 5.000 años. Así, los exoplanetas que rodean a estas estrellas cercanas tienen un asiento cósmico de primera fila para ver si la Tierra alberga vida, dicen los científicos.
“Desde el punto de vista de los exoplanetas, nosotros somos los extraterrestres –recuerda en un comunicado la autora Lisa Kaltenegger, profesora de astronomía y directora del Instituto Carl Sagan de la Universidad de Cornell–. Queríamos saber qué estrellas tienen el punto de vista adecuado para ver la Tierra, ya que bloquea la luz del Sol. Y como las estrellas se mueven en nuestro dinámico cosmos, este punto de vista se gana y se pierde”.
Kaltenegger y la astrofísica Jackie Faherty, científica principal del Museo Americano de Historia Natural y coautora del estudio, utilizaron las posiciones y los movimientos del catálogo Gaia eDR3 de la Agencia Espacial Europea para determinar qué estrellas entran y salen de la zona de tránsito de la Tierra, y durante cuánto tiempo.
“Gaia nos ha proporcionado un mapa preciso de la Vía Láctea –explica Faherty–, permitiéndonos mirar hacia atrás y hacia delante en el tiempo, y ver dónde se han situado las estrellas y hacia dónde van”.
De los 2.034 sistemas estelares que han pasado por la Zona de Tránsito Terrestre durante el periodo de 10.000 años examinado, 117 objetos se encuentran a menos de 100 años luz del Sol y 75 de ellos han estado en la Zona de Tránsito Terrestre desde que las estaciones de radio comerciales de la Tierra empezaron a emitir al espacio hace aproximadamente un siglo.
“Nuestro vecindario solar es un lugar dinámico donde las estrellas entran y salen de ese punto de observación perfecto para ver a la Tierra transitar por el Sol a un ritmo rápido”, apunta Faherty.
En el catálogo de 2.034 sistemas estelares hay siete que se sabe que albergan exoplanetas. Cada uno de estos mundos ha tenido o tendrá la oportunidad de detectar la Tierra, al igual que los científicos de la Tierra han encontrado miles de mundos que orbitan otras estrellas mediante la técnica del tránsito.
Observando a los exoplanetas lejanos transitar -o cruzar- su propio sol, los astrónomos de la Tierra pueden interpretar las atmósferas retroiluminadas por ese sol. Si los exoplanetas albergan vida inteligente, pueden observar la Tierra a contraluz del sol y ver las firmas químicas de vida de nuestra atmósfera.
El sistema Ross 128, con una estrella enana roja situada en la constelación de Virgo, está a unos 11 años luz y es el segundo sistema más cercano con un exoplaneta del tamaño de la Tierra (unas 1,8 veces el tamaño de nuestro planeta). Los habitantes de este exoplaneta podrían haber visto a la Tierra transitar por nuestro propio sol durante 2.158 años, comenzando hace unos 3.057 años; perdieron su punto de vista hace unos 900 años.
El sistema Trappist-1, a 45 años luz de la Tierra, alberga siete planetas del tamaño de la Tierra en tránsito, cuatro de ellos en la zona templada y habitable de esa estrella. Aunque hemos descubierto los exoplanetas que rodean a Trappist-1, no podrán detectarnos hasta que su movimiento los lleve a la zona de tránsito de la Tierra dentro de 1.642 años. Los observadores potenciales del sistema Trappist-1 permanecerán en los asientos del estadio cósmico de tránsito de la Tierra durante 2.371 años.
“Nuestro análisis muestra que incluso las estrellas más cercanas suelen pasar más de 1.000 años en un punto de vista en el que pueden ver el tránsito de la Tierra -subraya Kaltenegger–. Si asumimos que lo contrario es cierto, eso proporciona una línea de tiempo saludable para que las civilizaciones nominales identifiquen a la Tierra como un planeta interesante”.
El telescopio espacial James Webb –cuyo lanzamiento está previsto para finales de este año– está preparado para echar un vistazo detallado a varios mundos en tránsito para caracterizar sus atmósferas y, en última instancia, buscar signos de vida.
La iniciativa Breakthrough Starshot es un ambicioso proyecto en curso que pretende lanzar una nave espacial de tamaño nanométrico hacia el exoplaneta más cercano detectado en torno a Próxima Centauri -a 4,2 años luz de nosotros- y caracterizar completamente ese mundo.
“Uno podría imaginar que los mundos más allá de la Tierra que ya nos han detectado, están haciendo los mismos planes para nuestro planeta y sistema solar –comenta Faherty–. Este catálogo es un intrigante experimento mental por el que uno de nuestros vecinos podría encontrarnos”.