El fiscal Marcelo Romero, de La Plata, dio su opinión sobre el caso Nisman en la 99.9 y criticó al gobierno por sus constantes ataques hacia la persona del fiscal de la UFI AMIA. “Lo que estan haciendo con la memoria del Dr. Nisman es de una bajeza terrible”, agregó.
La muerte del fiscal Nisman sigue trayendo distintos cambios en la investigación, pero las declaraciones brindadas a través de una conferencia de prensa por la Dra. Sandra Arroyo Salgado, parecen ser muy determinantes como para que se pueda refutar con facilidad.
El fiscal de La Plata, Marcelo Romero, dio su opinión en la 99.9 y remarcó que “nos sigue conmoviendo la muerte del Dr. Nisman. Cada uno tiene su opinión o su intuición sin conocer el expediente y las pericias, pero cuando se nos presentan las conclusiones de semejantes peritos, se nos eriza la piel”.
Por otro lado, también destacó que a cualquier persona que intervenga en el juicio y tenga el dinero suficiente para pagarlo, puede poner sus propios peritos y hacer una investigación “paralela”: “estamos obligados los fiscales hacerles saber a imputados y víctimas, que tienen el derecho de presenciar las pericias y proponer peritos de parte. No es una obligación, pero si un derecho. Para eso hay que tener la plata necesaria”, destacó.
Marcelo Romero también criticó duramente la actitud que ha tenido el gobierno durante este tiempo: “lo que estan haciendo con la memoria del Dr. Nisman es de una bajeza terrible. Lo han acusado de loco, borracho, de tener relaciones con sus amigos, ahora con modelos, tratan de defenestrarlo aún muerto. Los imputados deberían defenderse y atacar la denuncia desde el punto de vista jurídico”, dijo. Luego agregó: “atacar a un muerto es un acto de una cobardía enorme, es un acto miserable”.
Por ahora, no se ha querido brindar demasiado detalles sobre la historia reciente de Nisman y es un punto donde la investigación no abundó. Sin embargo, Romero lo creyó necesario. “Muchas veces nos encontramos con el cadáver y debemos reconstruir una historia que incluye conocer a sus familiares, sus amigos, enemigos, sus últimos contactos. Hoy se analizan las comunicaciones, los emails, pero lo que no se puede hacer es atacar la memoria”, explicó.
También diferenció que “investigar al muerto no significa deshonrar su memoria, sino encontrar las respuestas a los signos de pregunta que tenemos en lo que se llama el cuadro de situación. Para hacer eso, la única forma de reconstruirlo es meternos en la intimidad de las personas”.